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Todo sobre ETFs

Todo sobre ETFs

 
En los últimos tiempos, uno de los conceptos financieros de los que más se ha hablado es el de los ETFs. Y no es para menos, porque son un vehículo de inversión con múltiples beneficios para los inversores. 

En el blog de inbestMe, te hablaremos largo y tendido sobre este producto de inversión. Te explicaremos qué son los ETFs, cómo funcionan, cuándo invertir en ellos y mucho más

¿Qué es un ETF?

Empecemos por el principio: ¿qué son los ETFs? Pues bien, son instrumentos de inversión que destacan por su sencillez y por sus múltiples ventajas. Es por ello que, en los últimos tiempos, han crecido tanto.

Invertir en ETFs es tan fácil como invertir en acciones, porque, de hecho, cotizan en las Bolsas como si lo fueran. Así, es más que probable que tu bróker te permita comprar muchos ETFs, al igual que te permite comprar muchas acciones (dependerá de la calidad de tu bróker a cuántos ETFs o acciones tengas acceso, claro).

¿Pero qué es exactamente lo que hace especiales a los ETFs? Pues bien, lo que los hace especiales es que replican el comportamiento de un cierto conjunto de valores. Por ejemplo, el ETF Vanguard S&P 500 es un ETF que replica el comportamiento de las acciones del S&P 500.

Es por ello que, a la pregunta de cómo replicar el rendimiento de un índice, la mejor respuesta es utilizando ETFs.

No obstante, no hace falta que se replique un índice nacional ni tan grande como es el S&P 500. Por ejemplo, se puede replicar el comportamiento de una canasta de acciones de un sector concreto o de una cierta capitalización. Hay muchas opciones.

Adicionalmente, hay que destacar que los ETFs tienen características únicas que, a menudo, se traducen en importantes ventajas y beneficios. No obstante, de eso, hablaremos un poco más abajo.

Por último, si te preguntas dónde invertir en ETFs, tienes muchísimas opciones. Desde la compra directa de los mismos a través de tu bróker habitual, hasta la inversión a través de fondos de gestión pasiva (que suelen invertir a través de ETFs) o a través de la gestión automatizada, también conocidos como Robo Advisors.

¿Qué tipos de ETF hay?

Lo cierto es que hay muchísimos tipos de ETFs, por lo que hacer una lista no tiene mucho sentido. No obstante, vamos a mencionar los tipos más destacables:

En primer lugar, puedes encontrar ETFs físicos o sintéticos. Los físicos compran las acciones que buscan replicar, mientras que los sintéticos hacen la réplica en base a derivados financieros (lo cual tiene ciertos peligros adicionales, aunque este no es el lugar para comentarlos). 

Así que, si te preguntas en qué invierten los ETFs, decirte que depende del tipo que sean. Si son físicos, invierten directamente en las acciones que replican. Si son sintéticos, invierten en derivados financieros que les permiten replicar dicha canasta de acciones.

En segundo lugar, puedes invertir en ETFs por área geográfica. Los ETFs recomendados para inversores noveles suelen estar asociados a un área geográfica concreta, porque son más predecibles y comprensibles para el inversor con menos experiencia.

En tercer lugar, por supuesto, también puedes elegir entre ETFs que pagan dividendos y ETFs que no lo hacen. Se conocen como ETFs de reparto y ETFs de acumulación. Por nuestra parte, los ETFs con rentabilidad por dividendo no nos parecen tan buenos a largo plazo (preferimos la acumulación de capital para beneficiarnos del interés compuesto), pero es cierto que, en algunos casos, pueden ser interesantes.

En cuarto y último lugar (aunque, recuerda, esta no es una lista exhaustiva), tienes los ETFs por sector. Aquí encontramos algunos de los ETFs más rentables. Son ETFs que invierten en acciones de un cierto sector. Por ejemplo, tecnológicas, o mineras, o biotecnología, etc. Si inviertes en un ETF que refleje un sector al alza, la rentabilidad suele ser alta.

Como decimos, hay muchas otras formas de organizar los ETFs. Sin embargo, estas son las más destacables.

¿Cuándo invertir a través de ETFs?

Puesto que los beneficios de los ETFs son tantos, invertir en ellos está recomendado en cualquier momento. Hasta hace un tiempo, se creía que los ETFs eran una buena forma de rentabilizar los ahorros de forma pasiva, pero que no servían para acumular capital.

Esto hacía que, por ejemplo, para los perfiles más agresivos o para las personas más jóvenes este vehículo de inversión no resultase atractivo. 

Sin embargo, a día de hoy, está más que demostrado que los ETFs pueden permitir acumular capital tan rápidamente como la inversión en acciones. 

Por tanto, abrir una cartera de ETFs es una decisión inteligente en cualquier momento.

Evidentemente, tendrás que formar una cartera de ETFs acorde a tu perfil de inversor y a tu situación en ese momento particular, pero, más allá de eso, no hay “un momento adecuado” para invertir en ETFs.

Ahora bien, dicho lo anterior, lo cual es cierto, también conviene mencionar que, a menudo, los ETFs se utilizan para invertir en algo razonablemente estable a largo plazo y no tener que andar preocupándose por la inversión realizada. 

Si este es tu objetivo, sí puede ser recomendable hacerlo una vez ya hayas acumulado una buena cantidad de capital. Esta estrategia desde un primer momento puede no ser la más inteligente, porque las rentabilidades asociadas a ETFs que permiten esa estrategia no es tan alta.

Si quieres invertir a corto plazo es mejor invertir en otros vehículos, ya que los ETFs son un vehículo principalmente a largo plazo.

¿Fondos indexados o ETFs?

El debate entre fondos de indexados o ETFs tiene bastantes aristas y lleva ya bastante tiempo en marcha, y, por supuesto, no lo vamos a agotar en esta breve guía. Así que vamos a señalar únicamente la diferencia más importante y de la que se derivan todas las demás:

Los ETFs cotizan como si fueran acciones, mientras que los fondos indexados no lo hacen, sino que tienen su valor liquidativo, que se actualiza al final del día. En este sentido, los fondos indexados funcionan como cualquier otro tipo de fondo de inversión.

Esto, que, a priori, podría parecer poco importante, tiene consecuencias relevantes en lo relativo a la operativa y a la fiscalidad de cada instrumento, así que conviene tenerlo presente.

A la hora de decidir si formarte una cartera ETFs o una de fondos indexados hay que tener en cuenta esta diferencia, así como otras (tales como la mayor variedad de opciones entre ETFs, su mayor liquidez, etc).

Puedes leer más detalles sobre las diferencias entre ambos vehículos en este otro artículo: Fondos indexados vs. ETFs ¿Qué es mejor?

¿En qué ETFs invierto?

En cuanto a cómo seleccionar ETFs, aquí hay que decir que hay infinidad de opciones, puesto que, como ya dijimos, existen infinidad de ETFs (hay más ETFs que acciones). Decirte en qué ETFs invertir, obviamente, sería un completo error por nuestra parte.

Hay muchas fórmulas para invertir en ETFs. Por ejemplo, podrías buscar los ETFs más rentables o los mejores ETF, y, en base a ello, decidir en cuáles inviertes. Sin embargo, esto sería un error.

También sería un error hacer lo contrario: Invertir en aquellos ETFs que peor lo han hecho, esperando una regresión a la media y, por tanto, un aumento en su rentabilidad en los próximos años.

Lo que hay que hacer es seleccionar ETFs en base a un análisis macroeconómico y fundamental. Pero, por supuesto, este análisis tiene muchas aristas y se puede hacer desde muy variados prismas.

Así, habrá tantos de estos análisis como inversores, y, al haber tal variedad de análisis, también habrá una gran variedad de ETFs recomendables para invertir. Y, evidentemente, no hace falta decir que el éxito al invertir con ETFs depende de la selección que hagas de los mismos en base a tu estudio particular.

¿Qué te recomendamos, pues? A nuestro juicio, lo mejor que puedes hacer para elegir en qué ETFs invertir es, primero, determinar si tienes suficiente inteligencia, perspicacia y conocimiento del mundo para detectar futuras tendencias.

Si no es así, lo mejor que puedes hacer es invertir en ETFs que repliquen el comportamiento de grandes índices geográficos de forma diversificada. De esta forma, te beneficiarás del crecimiento económico mundial sin demasiada dificultad ni riesgo.

Si, en cambio, sí crees que tienes ese conocimiento y esa perspicacia, te recomendamos que trates de detectar tendencias globales tanto a nivel sectorial como a nivel geográfico y, posteriormente, inviertas en ETFs que reflejen esas tendencias.

Por ejemplo, puedes interpretar que el futuro va por el lado de la inteligencia artificial y que África será una región con un espectacular crecimiento en los próximos años. Pues deberías buscar ETFs que repliquen el comportamiento de canastas de acciones de inteligencia artificial y de África.

Si, en cambio, no posees todos estos conocimientos necesarios lo más fácil e inteligente es contratar a una gestora que lo haga por ti. Actualmente existen opciones como los Robo Advisors que lo hacen absolutamente todo por ti a bajo coste con una muy buena rentabilidad a largo plazo.

¿Por qué invertir en ETFs?

Ahora, veamos por qué invertir en ETFs. La inversión con este vehículo tiene múltiples ventajas, como tendrás oportunidad de comprobar, pero también tiene algunas desventajas que es menester comentar:

Ventajas de los ETFs

A continuación, vamos a ver las principales ventajas ETFs:

  • Bajas comisiones. Un primer punto fundamental es que son baratísimos. Tienen unas comisiones muy competitivas, lo que nos permitirá que nuestra rentabilidad no se vea erosionada a largo plazo. Y es que, si te preguntas cuánto cuesta un ETF, podemos decirte que, aunque varía, lo normal es que el coste de los ETFs no sea de más de unas pocas décimas porcentuales. 
  • Accesible. Otro punto muy a considerar es que son accesibles a cualquier inversor. A diferencia de los fondos indexados, no tienen exigencias de capital mínimo, más allá de la cotización del fondo, que no acostumbra a ser muy alta. Esto hace que cualquier inversor pueda formar su cartera de inversión en base a ETFs de forma cómoda y sencilla. 
  • Liquidez. Ya lo hemos comentado un poco más arriba, pero no está de más mencionarlo en esta sección de ventajas. Los ETFs, al cotizar como acciones en las Bolsas, tienen una liquidez muy superior a otros vehículos equivalentes. Es cierto que hay algunos ETFs con un volumen de negociación bajo, pero, en general, se puede considerar que los ETFs son muy líquidos.
  • Diversificación. Por supuesto, la diversificación es otro de los puntos fuertes de los ETFs. Por definición, los ETFs representan canastas de activos, no uno solo. De modo que al invertir en ellos, estamos diversificando entre varios activos. Y, con ello, reducimos el riesgo de estar excesivamente concentrados. Además, como son fáciles de comprar y baratos, puedes comprar varios ETFs diferentes, multiplicando esa diversificación
  • Variedad. Por último, una gran ventaja de los ETFs es que hay una gran variedad en el mercado, por lo que podemos formarnos una cartera ajustada a nuestros intereses y a nuestro perfil de inversor con una facilidad pasmosa.

Desventajas de los ETFs

Y, vistas las ventajas, echemos un vistazo, también, a las desventajas de los ETFs:

  • Sin concentración. Evidentemente, al ser una fórmula de inversión en sí misma diversificada, no tienes la opción de acumular capital rápidamente vía concentración. Así que, si esto es lo que buscas, deberías plantearte si invertir en ETFs o acciones, porque, probablemente, esta última opción sea más interesante para ti.
  • Mayores costes por broqueraje. Puesto que los ETFs se compran y se venden como acciones, cuando los compras y los vendes, tu bróker puede cobrarte algunas comisiones adicionales. Esto es algo que debes tener en cuenta al hacer tus cálculos de rentabilidad, porque cabe la posibilidad de que tu rentabilidad se vea erosionada por esa vía (especialmente si tu inversión es pequeña).
  • Trato fiscal de acciones. Por último, hay que mencionar que el trato fiscal de los ETFs es peor que el de otros vehículos de inversión colectiva. Así, salvo algunas excepciones que no tenemos tiempo ni espacio de comentar aquí, la fiscalidad de los ETFs es la misma que la de las acciones, teniendo que tributar por cada venta que llevemos a cabo (y, por tanto, teniendo que pagar cada vez que queramos pasar nuestro patrimonio de un ETF a otro).

Como puedes ver, los ETFs tienen multitud de ventajas para prácticamente cualquier tipo de inversor (aunque algunos ETFs sólo están al alcance de inversores institucionales). Sin duda, es probable que tú ya estés invirtiendo en ETFs sin ni siquiera saberlo. ¡Esperamos haber arrojado un poco de luz al respecto! 

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