¿Como funciona un ayuntamiento?

Un ayuntamiento no es simplemente el edificio público con sus funcionarios y políticos; es el conjunto de habitantes sujetos a la legislación del mismo, juntamente con todo el patrimonio y medios de producción que hacen posible su manutención económica.
Un ayuntamiento no vive de impuestos, vive de los medios de producción que posee: tierras dedicadas al cultivo y a la ganadería y fábricas de todo tipo de manufacturas que lo surten de todo lo necesario para la vida de sus habitantes. Aquellos productos que se necesitan y no se producen dentro del ayuntamiento son cambiados por productos fabricados en otros ayuntamientos, vendemos lo que no necesitamos y compramos lo que si necesitamos, cambiamos productos por otros.

Las fábricas; su número y sector al que se dedican, es fruto de negociaciones políticas a nivel internacional. Es el mundo político, con sus contactos, amistades, corruptelas y toda clase de artimañas, quien compra el favor de poseer esos medios de producción. Son las amistades entre políticos lo que decide el tamaño de trozo pastel que nos toca; y nos lo repartimos entre ellos y nosotros. Ese reparto se hace a través de los impuestos.

El dinero entra a través de las fábricas en función del coste de la producción de cada una. Cada fábrica recibe la cantidad de dinero igual al coste total de los productos fabricados. Todo ese dinero iría a parar al bolsillo de los trabajadores, incluído el empresario, pero esto no puede ser así. Existe lo que se llama productividad; es más o menos lo que indica para cuantas personas puede producir una persona sola.

Si un persona puede producir para tres, entonces se aplica unos impuestos de 66%, de tal manera que se le dá a esa persona su sueldo ( el 33 % del coste de los productos que ha fabricado) con el que puede comprar unicamente la parte que le corresponde. El otro 66% se usa para pagar el sueldo de personas que no producen, pero que son igualmente necesarias: funcionarios que se dedican a gestionar los recursos económicos, barrenderos, bomberos, policías, médicos, etc... que se dedican al mantenimiento de las zonas habitables, nuestra salud y nuestra seguridad. Esto es; el sistema de impuestos quita el dinero sobrante a los que producen para darselo a los que no pruducen y así poder comprar todos lo que necesitemos. Al final todos hacemos algún trabajo al servicio de la sociedad.

No nos olvidemos también que el pobre no necesita limosna; necesita trabajo y un sueldo digno.

No se olviden los nuevos alcaldes, de nuevas modas y nuevas ideas, que hay que conservar las buenas relaciones políticas nacionales e internacionales para que nos permitan tener medios de producción. Solo así tendrémos trabajo. Solo así tendremos impuestos con los que mantener el sistema organizativo de los habitantes del ayuntamiento. Solamente así y unicamente así puede sobrevivir un ayuntamiento.