Forum Filatelico: 4,5 millones para comprar al Tribunal Supremo
Fecha: 21/02/2011 Daniel Montero
Tras la intervención de Fórum Filatélico, un arrepentido se tiró en brazos de la policía y lo contó todo. El Testigo Protegido 3101 aseguró ante Garzón que el fugado Carlos Llorca, verdadero dueño de Fórum, seguía enviando millones de euros a España para comprar voluntades, que estaba oculto en Venezuela y que mantenía relación con un oscuro empresario de Barcelona que actuaba como conseguidor.
Carlos Llorca se divierte en un escenario de Isla Margarita (Venezuela), donde se ocultó tras fugarse de España y operar su rostro. La reunión se produjo el 20 de junio de 2006 en una concurrida cafetería Vips de la calle Serrano de Madrid. Eran las siete de la tarde cuando, a un lado de la mesa, se sentó una mujer de mediana edad. Su marido, el empresario Francisco Briones, llevaba casi un mes en prisión preventiva acusado de vaciar Fórum Filatélico y dejar sin ahorros a más de 200.000 clientes. Al otro lado del local apareció José Ramón Iglesias Fernández, el conseguidor, el hombre para todo, la persona que –según la fiscalía– ha trabajado en la sombra para Fórum y, sobre todo, para Carlos Llorca, el prófugo más buscado del país. Según la documentación judicial, el motivo de la reunión era económico: la mujer de Briones quería que Llorca –a quien la fiscalía coloca al frente de Fórum Filatélico– enviara una fuerte suma de dinero a España para comprar la libertad de su marido y la absolución ante el Tribunal Supremo del propio Llorca, que tenía ya una condena pendiente de la Audiencia Nacional por blanqueo de dinero.
La información sobre esta supuesta maniobra llegó a la Audiencia Nacional el 31 de enero de 2007. De inmediato, el juez Baltasar Garzón abrió una investigación que ha permanecido oculta hasta ahora. El detonante fue la declaración de un arrepentido. Su nombre oficial permanece en secreto; sobre el papel, este empresario andaluz recibe el apelativo de Testigo Protegido 3101.
Tras conocer las primeras informaciones contra Llorca, el confidente acudió a la policía de la Costa del Sol y lo contó todo. Aportó datos, documentos, fechas y, sobre todo, un nombre: el de José Ramón Iglesias, el conseguidor de Llorca en España, encargado, según su testimonio, de mover los hilos en los juzgados a base de talonario. La declaración del testigo fue la clave para localizar a Llorca un año después en Isla Margarita (Venezuela), donde el prófugo logró escapar de nuevo de los agentes españoles tras comprar a varios policías venezolanos.
Como cortina de humo, Llorca aseguró a sus allegados que tras la intervención de Fórum se marchó a Beirut (Líbano), donde se había convertido a la religión musulmana y se dedicaba a vender blindados a los jeques árabes. En realidad, pasaba los días en una lujosa zona de playa de Venezuela, mantenía en todo momento relación con España, tanto por videoconferencia como por el correo [email protected] y enviaba fuertes sumas de dinero procedente de Londres gracias a personal de su confianza.
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