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Merkel y Hollande logran que Tsipras acepte un paquete de medidas durísimo

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Merkel y Hollande logran que Tsipras acepte un paquete de medidas durísimo
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Merkel y Hollande logran que Tsipras acepte un paquete de medidas durísimo

Después de casi seis meses de negociación, un cambio de ministro de Finanzas, un referéndum, un corralito, dos semanas con los bancos cerrados, y una maratón de 22 horas seguidas de negociación y 17 seguidas de Eurocumbre Grecia y las Instituciones han llegado a un acuerdo.

A las 08.38, el primer ministro belga, Charles Michel, lo ha anunciado en su cuenta de twitter con un escueto mensaje: "Acuerdo". El primer ministro maltés, Joseph Muscat, lo ha ratificado minutos después de la misma forma "Acuerdo". Y el portavoz del primer ministro de Chipre,

Enseguida, el presidente del Consejo, Donald Tusk, se ha sumado: "La Eurocumbre ha alcanzado de forma unánime un acuerdo. Todo listo para un programa del Mede para Grecia con reformas series y apoyo financiero".

El Eurogrupo de ayer, que empezó a las 11 de la mañana, sentó las bases con un documento durísimo, un pliego de condiciones demoledor por Atenas, mucho más severo que el que estaba sobre la mesa antes del referéndum. Porque entre muchos países había ganas de castigar y porque, explican, una cosa eran las condiciones para cerrar el segundo programa de rescate, y acceder a 7.200 millones de euros, y otra muy distinta es el programa completo para tres años que exigirá a la UE y el FMI más de 80.000 millones de euros para cubrir las necesidades de financiación del país hasta 2018.

Los líderes de la Eurozona entraron a las 18.00 a la sala de reuniones y lograron un pacto pasadas las 5 de la mañana. Las condiciones, claras. El Parlamento griego tendrá que legislar, en un máximo de 48 horas, sobre IVA, pensiones, privatizaciones, una agencia fiscal independiente y la autonomía de la Agencia Estadística Nacional.

El FMI seguirá en el programa. No habrá quita de la deuda, sino el compromiso de analizar la sostenbilidad de la deuda en el futuro, después de que el país ponga en marcha medidas concretas y la Troika dé el visto bueno. Porque la Troika volverá a Atenas, a supervisar de forma similar a como lo hizo siempre, pero sin acceso a los altos cargos políticos, como hasta 2015.

Hay más. A última hora de la noche y con el sol despuntado en Bruselas, Atenas se enrocó en dos aspectos. El primero, acabar con la supervisión del FMI más allá de marzo de 2016, que es cuando acaba su programa con Grecia. El segundo, el polémico fondo que exigen Alemania, Holanda o Finlandia y que cuenta con las simpatías de Christina Lagarde y François Hollande.

Un Fondo que el Eurogrupo sugería de hasta 50.000 millones con activos públicos helenos que serían colocados (lo que aliviaría la deuda del país) para ser gestionados y vendidos lentamente. Alemania proponía que en un país neutral, como Luxemburgo, con "gestión griega pero bajo la supervisión de las instituciones europeas". El Fondo Monetario sostenía que la cifra era demasiado alta, y que una cantidad próxima a los 7.000 millones es más realista, puesto que en los últimos años el país apenas ha podido recaudar 5.000 millones.

El Fondo, al final, seguirá en Grecia, bajo manos helenas y la supervisión institucional y tratará de acelerar la venta de activos. Se trata de un contrato, con exigencias claras, pero que no estará en suelo extranjero, algo imposible de aceptar para Tsipras y de vender en casa.

http://www.elmundo.es/economia/2015/07/13/55a3624aca474142588b4573.html