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El nuevo objetivo de déficit es poco realista y aboca a España a más recesión

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El nuevo objetivo de déficit es poco realista y aboca a España a más recesión
El nuevo objetivo de déficit es poco realista y aboca a España a más recesión
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El nuevo objetivo de déficit es poco realista y aboca a España a más recesión

Los expertos consideran que el objetivo de déficit del 5,3% impuesto por Bruselas a España para este año es poco realista, y que el país deberá tomar decisiones complicadas para poder cumplirlo. Además, alertan de que un ajuste tan pronunciado (de 3,3 puntos del PIB) llevará a la economía española a una recesión más profunda de lo previsto.

Para José Luis Martínez Campuzano, de Citi, ajustar el déficit hasta el 5,3% del PIB este año "es más complicado que el 5,8% del PIB, pero, al final, depende de las decisiones que tome el Gobierno sobre el recorte de gastos y su distribución, al mismo tiempo que de la evolución económica".

De cualquier forma, Martínez Campuzano lo ve "factible" aunque conllevará "decisiones complicadas".

Eso sí, este analista alerta de que este esfuerzo adicional que ahora exige Bruselas (unos 5.000 millones más) puede tener un impacto negativo en el PIB y el dato final de este año podría ser peor del -1,7% previsto por el Gobierno para este año.

María Jesús Fernández, de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), explica que cumplir con la cifra le parece "muy difícil". Así, señala: "Ya nos parecía poco realista el objetivo del 5,8%. Y, más aún, si no se sube el IVA [como ha asegurado el Gobierno]".

Fernández destaca, además, que "el próximo año hay que hacer otro ajuste tremendo para llegar al objetivo del 3%". A esto se suma que "va a mantener nuestra economía completamente deprimida, tanto este año como el próximo y el siguiente". Por ello, la economista cree que "la manera en cómo se está enfocando el asunto del déficit en Europa es equivocada. No quieren relajar los objetivos por temor a la reacción de los mercados, pero es que los mercados saben perfectamente que esos objetivos son poco realistas".

Desde su punto de vista, "unos objetivos realistas, que no ahoguen a la economía, acompañados del anuncio de un programa completo de planes y medidas convincentes y cuantificables para recuperar el equilibrio, no tendrían ningún efecto negativo, y daría más certidumbre". Por tanto, considera contraproducente "tener un objetivo del 5,3% si los mercados creen que no se va a cumplir y si no saben qué medidas se van a adoptar".

Santiago Carbó, profesor de la Universidad de Granada y asesor de la Fed de Chicago, cree que Bruselas "nos ha dado un margen de confianza importante, después del desvío de 2011, y ahora hay que hacer todo lo posible por cumplirlo". Según explica, "España debe demostrar en estos momentos la credibilidad del compromiso con la consolidación fiscal".

Carbó sostiene que el 5,3% del PIB es un objetivo "que se puede alcanzar", eso sí, que pasará factura sobre el crecimiento. "Puede hacer más seria la recesión, en un momento en que hay algunos indicadores positivos, pero hay que tener presente que a la larga es más beneficioso seguir este camino", explica.

Francisco Alcalá, investigador del Ivie y catedrático de la Universidad de Murcia, destaca que los cambios de gobierno (tanto a nivel central como autonómico) "tienden a exagerar el déficit del último periodo (el nuevo gobierno acelera el afloramiento de cualquier posible deuda previa y tiene incentivos a adelantar el devengo de cualquier gasto), lo cual facilita la reducción del déficit del próximo periodo. Cabe pensar que el ajuste a realizar entre 2011 y 2012 es algo inferior al que nominalmente se nos presenta".

En todo caso, el ajuste es enorme, asegura. "Sin nuevas subidas de impuestos y sin mayores recortes de los sueldos de los trabajadores públicos, el objetivo de déficit no parece alcanzable", dice.

"Este impacto negativo puede aligerarse en la medida en que los nuevos ajustes se hagan recaer sobre todo en las rentas altas y en la medida en que se consiga acelerar una deflación interna.

Sobre los efectos, Alcalá explica que "el reforzamiento de la magnitud del ajuste aumentará el impacto negativo a corto plazo sobre la economía". Desde su punto de vista, el impacto negativo puede aligerarse en la medida en que los nuevos ajustes se hagan recaer sobre todo en las rentas altas y en la medida en que se consiga acelerar una deflación interna.

"La clave a medio plazo es esto último: la deflación interna; es decir, que se consiga que los precios domésticos crezcan significativamente menos que los exteriores o que incluso caigan con el fin de que la economía española recupere competitividad internacional y el crecimiento de las exportaciones se acelere", asegura.

Por su parte, Barclays Capital explica en un análisis que "si se tiene en cuenta la proyección del Gobierno de que el PIB español este año se contraerá un 1,7%, la consolidación fiscal efectiva para el 2012 -aun con objetivo de déficit del 5,8%- sería de alrededor de 4%, por lo que con el objetivo revisado (5,3%), la consolidación se acerca más a un 4,5% del PIB (es decir, alrededor de 45.000 millones de euros)".

"En general, nos sigue preocupando que va a ser muy difícil para España lograr este nivel de consolidación fiscal, especialmente dado que la economía ha entrado ya en recesión", añade el informe.

A juicio de Ben May, de Capital Economics, a nueva meta de reducción del déficit tampoco será fácil de alcanzar. "No creo que España sea capaz de cumplir con esos objetivos de déficit sin empujar la economía a una recesión profunda, así que hay un riesgo real de que España se sitúe en un círculo vicioso bastante desagradable no muy diferente de lo que ha pasado con Grecia, aunque sea en menor escala ", asegura este analista.

Para Robert Tornabell, de la escuela de negocios ESADE, duda de la capacidad del país para seguir acometiendo recortes. "España es cada vez más pobre, el número de personas que van a los comedores populares se duplicaron en los últimos años, según las ONG. España no invierte en sus jóvenes, y estamos viendo una generación perdida. No podemos reducir el gasto más", explica este economista.

"El mercado negro ha ayudado a evitar el descontento social, pero queda por ver si eso ocurrirá durante los próximos meses", ha añadido.