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El Economista echa el cierre

9 respuestas
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#9

Re: Soitu.es echa el cierre (según El Economista)

La prensa de papel (bonita redundancia) tiene los días contados...
Para que eso lo veamos:
Los editores de prensa tienen que encontrar una forma de rentabilizar la versiones digitales (cosa que buscan con gran afán, pero se les resiste).

La publicidad se tiene que retirar de este medio escrito (cosa que, en parte, ya ha hecho; espoleada por los bajos precios de la tele).

Los editores ya están estudiando la transformación del periódico: menos noticias y más opinión. Es decir, algo parecido a lo que hacen los domingos.

Finalmente, hay una corriente de opinión bastante generalizada que ve una agresión medioambiental en todo aquello que lleve papel. Craso error; pero ya se sabe: una mentira repetida hasta la saciedad acaba convertida en verdad indiscutible...
Es otro handicap más para el periódico tradicional. Hay quien ya clama por campañas de información para "desintoxicar" a la opinión pública.

#10

Re: Soitu.es echa el cierre (según El Economista)

Ya lo estamos viendo.

Caen los ingresos publicitarios por la situación económica y porque poco a poco la tarte se parte cada vez más en internet.

Caen las ventas de periódicos a velocidad de vértigo por los mismos motivos y porque por mucho que madruges a comprarlos ya son antiguos. El OJD de septiembre es demoledor (http://www.prnoticias.es/index.php/component/content/10040562?task=view).

Todo esto lleva a las empresas a una fuerte caida de los ingresos mientras los costes fijos se mantienen en el mejor de los casos y esto los irá matanto poco a poco o no tan poco a poco.

Se pongan como se pongan los editores no les queda otra que las ediciones digitales. Y que se olviden de cobrar a los lectores. Tendrán que ofrecer calidad y veracidad y ganarse la vida vendiendo publicidad en la red.

Supongo que algún periódico quedará en la calle, pero echándole imaginanción quien lo quiera tendrá que depositar una moneda en una máquina en un lugar público y se lo llevará actualizado y calentito y así de un plumazo eliminan los costes de distribución y, desgraciadamente para él, al quiosquero.