Panorama bajo el puente
Parece que estemos regidos bajo la teoría del caos. Bajo este supuesto , en el que como todos uds. saben basta una modificación de una variable para que de lugar un resultado impredecible, el panorama que se nos presenta puede dar lugar a escenarios la mar de diversos:
1º Supongamos que el anuncio de “vuelta a casa” por parte de las tropas en Irak es acompañado por un comunicado de Alkaeda alabando esta posición y exigiendo que los restantes países que han enviado tropas adopten esta misma actitud. ¿Qué problemas se les presentaría a estos países ?.
2º ¿ Y si Alkaeda considera que hasta que no haya una vuelta de las tropas de Afganistán España puede volver a sufrir un ataque ¿ qué haría el gobierno?
3º ¿Qué ocurriría si aparece un grupo islamista reivindicando Melilla etc bajo riesgo de otros atentados ?
4º¿ Qué pasaría si los partidos nacionalistas , para “proteger” a su población, invocasen abiertamente la escisión? ¿ Puede resultarnos extraña entonces
la famosa frase de Otegui el día de la masacre llamando a los terroristas “resistencia árabe” ? ¿ Podría haber una relación cierta entre ETA y los islamistas?...
Evidentemente supuestos hay todos los que uno quiera imaginar. Por eso ¿ qué actitud debiéramos adoptar ante lo que se avecina? ( no imaginemos las armas que pueden disponer estos elementos dentro de unos años). Sólo puedo aceptar una concepción de la política que defienda la libertad como eje al que se articule cualquier opción. España , en este mundo globalizado, no puede hacer una política al margen de los países libres . Dice Norbert Elías que los programas de los partidos políticos se fundan en los deseos. Yo así lo creo .Pero o tenemos claro que la política debe regirse por la ética o señores esta España escindida como una sandía ante un golpe terrorista , es otro Weimar . Y si no acuerdense de las palabras de Stefan Zweig:”He visto nacer y expandirse ante mis ojos las grandes ideologías de masa : el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo , que envenena la flor de nuestra cultura europea”.