Una meditación filosófica

Éstos pensamientos, extraidos del mensaje existencial, que transmite una antigua película, permiten pensar sobre los paralelismos, que, a muchos de nosotros y en nuestra situación, nos afectan, irremediablemente:

Un error, pequeño, puede tener consecuencias devastadoras en la vida de un hombre, pues, vivimos de acuerdo, con lo que creemos justo, verdadero y bueno. Pero, descubrir la verdad, puede ser, terriblemente, difícil. Tanto, que nos lleva a caer, en el relativismo, el escepticismo y nos hace perder la “fé en la humanidad”.

Por todo ello, uno de los mayores obstáculos para descubrir la verdad, somos nosotros mismos, porque nuestras creencias, egoísmos y prejuicios, alteran la percepción que tenemos de las cosas, el cómo las vivimos y recordamos. La verdad, queda, siempre, enmarañada, detrás de relatos confusos y contradictorios, que dicen, más, de la persona que los cuenta, que del cuento mismo.

El camino hacia la verdad, puede ser tan enredado, como el avance, a través, de la densa espesura, por un bosque de grandes árboles. Nos destrozará, tratar de alcanzarla, como al emprender la marcha por una jungla intransitable.

Pero, mucho más frustrante y agotador, todavía, es tratar de desvelar el misterio, que nos ofusca, por nosotros mismos. Nos confunde, hasta negarnos esa llave, que podría abrirnos la puerta, hacia la verdad auténtica, que, para que vivamos con sosiego, debe ser repelida por nuestra propia verdad.