El techo de deuda (también conocido como "techo de endeudamiento" o "techo de endeudamiento federal") en Estados Unidos se refiere al límite legal máximo que el gobierno federal está autorizado a endeudarse para financiar sus gastos y obligaciones. Es el monto máximo que el gobierno puede pedir prestado para cubrir sus gastos y mantener el funcionamiento del gobierno y sus programas.
El techo de deuda se establece a través de legislación aprobada por el Congreso de los Estados Unidos. Cuando el gobierno alcanza este límite de endeudamiento, no puede emitir más deuda pública sin la aprobación adicional del Congreso. Esto implica que el gobierno no puede pedir prestado más dinero para financiar sus actividades hasta que el Congreso autorice un aumento en el techo de deuda.
El techo de deuda es una medida controvertida y política en Estados Unidos, ya que se relaciona directamente con la capacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones financieras y mantener el funcionamiento del gobierno. Si el techo de deuda no se aumenta y el gobierno no puede pedir prestado más dinero, existe el riesgo de que no se puedan cumplir compromisos de gastos importantes, como el pago de salarios a empleados federales, pensiones, pagos de la deuda y otros programas esenciales.
Ventajas y desventajas de contar con un techo de deuda
Ventajas:
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Control del Endeudamiento: Un techo de deuda proporciona un mecanismo para limitar y controlar el endeudamiento del gobierno. Esto puede ayudar a prevenir un endeudamiento excesivo que pueda llevar a problemas fiscales a largo plazo.
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Responsabilidad Fiscal: Establecer un límite para la deuda puede promover la responsabilidad fiscal al obligar al gobierno a evaluar y priorizar sus gastos y a buscar maneras de financiarlos sin depender excesivamente del endeudamiento.
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Debate Público y Político: El proceso de elevar el techo de deuda a menudo conduce a debates públicos y políticos sobre la política fiscal, el gasto gubernamental y las prioridades presupuestarias. Esto puede ser saludable para la democracia al fomentar la discusión y la toma de decisiones transparentes.
Desventajas:
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Riesgo de Incumplimiento: Si el techo de deuda no se aumenta a tiempo y el gobierno se queda sin capacidad de endeudamiento, existe un riesgo real de incumplimiento de pagos. Esto podría tener graves consecuencias económicas y financieras, incluyendo la reducción de la calificación crediticia del país.
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Volatilidad Financiera: Las discusiones en torno al techo de deuda a menudo generan incertidumbre en los mercados financieros. La volatilidad financiera puede afectar negativamente a los inversores y a la economía en general.
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Limitaciones en la Capacidad de Financiamiento: Un techo de deuda puede limitar la capacidad del gobierno para financiar proyectos de inversión a largo plazo o responder a crisis económicas y emergencias. Esto puede tener un impacto en la capacidad del gobierno para estimular la economía o abordar situaciones de crisis.
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Costos Adicionales: Los retrasos en el aumento del techo de deuda o las crisis relacionadas con el techo de deuda pueden resultar en costos adicionales para el gobierno, como tasas de interés más altas en la deuda existente o la pérdida de confianza de los inversores.
Históricamente, ha habido debates y negociaciones en el Congreso cada vez que se acerca el límite del techo de deuda. El Congreso debe decidir si aumentar el límite para permitir que el gobierno continúe financiando sus operaciones o si se realizan ajustes para evitar la posibilidad de un incumplimiento de pagos.
Historia del techo de deuda en los EEUU
Inicio del Techo de Deuda: El Congreso de Estados Unidos estableció por primera vez un límite a la deuda federal en 1917 con la Ley de Deuda Pública. El objetivo era controlar los gastos del gobierno y limitar su capacidad de endeudamiento sin la aprobación del Congreso.
Ley del Balance Presupuestario de 1939: Durante la Gran Depresión, se promulgó esta ley que establecía un techo de deuda más alto para financiar el gasto en programas de recuperación económica y defensa.
Cambios en los Años 60: Durante la presidencia de Lyndon B. Johnson en la década de 1960, se implementaron cambios en la forma en que se manejaba el techo de deuda para facilitar la financiación de la Guerra de Vietnam y programas de bienestar social.
Límite Impuesto por el Congreso: El Congreso comenzó a imponer límites específicos en la deuda federal en la década de 1970. Estos límites debían ser aprobados periódicamente para permitir que el gobierno continuara endeudándose. A menudo, las discusiones en torno a estos aumentos se volvieron políticamente tensas.
Crisis del Techo de Deuda de 2011: En 2011, el Congreso se enfrentó a una crisis importante en torno al techo de deuda. Las negociaciones para aumentar el techo de deuda se prolongaron y llevaron a preocupaciones sobre un posible incumplimiento de pagos del gobierno. Finalmente, se llegó a un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento y evitar un incumplimiento.
Cierre de Gobierno y Acuerdo de 2013: En 2013, nuevamente hubo tensiones políticas relacionadas con el techo de deuda. El gobierno federal se enfrentó a un cierre parcial debido a la falta de acuerdo en el Congreso. Sin embargo, se logró un acuerdo para aumentar el techo de deuda y reabrir el gobierno.
Incrementos Posteriores: A lo largo de los años, ha habido varios aumentos en el techo de deuda para permitir que el gobierno financie sus operaciones y cumpla con sus obligaciones financieras. Los debates y las negociaciones en torno a estos aumentos han continuado siendo un tema político candente.
Techo de deuda durante las administraciones Obama y Trump
Durante las administraciones de Barack Obama y Donald Trump, el tema del techo de deuda fue un asunto controvertido que generó debates y negociaciones políticas significativas en el Congreso de Estados Unidos.
Administración de Barack Obama:
Durante la presidencia de Barack Obama, el techo de deuda se convirtió en un tema altamente polarizado y politizado. En particular, en 2011 y 2013, se produjeron momentos de tensión debido a las negociaciones para aumentar el techo de deuda. En ambos casos, el Congreso y la Casa Blanca se vieron envueltos en discusiones acaloradas y enfrentamientos sobre las condiciones para aumentar el límite de endeudamiento.
En 2011, las negociaciones se prolongaron, lo que llevó a un ambiente de incertidumbre en los mercados financieros y preocupaciones sobre la posibilidad de un incumplimiento de pagos por parte del gobierno. Finalmente, se llegó a un acuerdo en el último momento para evitar el incumplimiento y se aprobó el aumento del techo de deuda.
En 2013, se repitió un escenario similar de enfrentamientos y negociaciones intensas sobre el techo de deuda. El gobierno federal se enfrentó a un cierre parcial durante un período debido a la falta de acuerdo en el Congreso. Sin embargo, se logró un acuerdo nuevamente para aumentar el techo de deuda y reabrir el gobierno.
Administración de Donald Trump:
Durante la presidencia de Donald Trump, las discusiones sobre el techo de deuda también surgieron en varias ocasiones. Aunque el aumento del techo de deuda es una cuestión de responsabilidad compartida entre el presidente y el Congreso, la administración Trump a menudo expresaba preferencias sobre cómo se debía abordar el aumento.
En septiembre de 2017, se alcanzó un acuerdo temporal para aumentar el techo de deuda y extender el financiamiento del gobierno. En 2019, también se lograron acuerdos para elevar el techo de deuda y financiar el gobierno. En esos momentos, las negociaciones a menudo incluían discusiones sobre gastos fiscales, políticas de inmigración y otros asuntos relacionados.
En ambas administraciones, las discusiones sobre el techo de deuda resaltaron las tensiones políticas y las diferencias ideológicas en el Congreso.
Cuál es el techo de deuda en septiembre de 2023
Bajo la administración del Presidente Joe Biden en 2021, se aumentó el límite de la deuda de Estados Unidos a 31,4 billones de dólares. Aunque oficialmente se llegó a ese límite de gasto en enero de 2023, el Congreso decidió suspender el techo de deuda hasta 2025. Actualmente, la deuda total de Estados Unidos asciende a 32,68 billones de dólares en agosto de 2023.