¡VÁYASE, SEÑOR RAJOY!
25-11-10
Si alguna vez Mariano Rajoy (MR) llega a ser presidente del Gobierno de este desastre de país, no se lo habrá ganado. Le habrá tocado, como al que le toca la lotería.
En primer lugar, MR fue nombrado a dedazo por Jose María Aznar, el mejor presidente de la democracia (con el permiso de Adolfo Suárez, que nos trajo la democracia junto al Rey y legalizó el legendario y de verdad antifranquista PCE, no como el PSOE, el de los cien años de honradez, que estuvo escondido como un conejo en su madriguera durante los años más duros del franquismo) si no hubiera sido por su soberbia de los últimos años y por apoyar una guerra que nadie entendió ni consideró necesaria (las guerras casi nunca son necesarias).
Esto de nombrar a dedo es muy típico de repúblicas bananeras o de Corea del Norte. Muy propio. Muy democrático.
En segundo lugar, porque MR ya ha perdido dos elecciones. La primera vez, en el 2004, no se lo tenemos en cuenta, porque ese año nuestra democracia fue violentada, violada por la conspiración internacional del 11 M (montañas no tan lejanas; desiertos no tan remotos), que significó la muerte de 193 hermanos, y unos dos mil heridos, algunos con secuelas de por vida.
Pero en el 2008, habiendo perdido de nuevo contra uno de los peores gobernantes que ha conocido la historia de España, se tendría que haber vuelto a su Registro de la Propiedad o donde fuera. Pues nada, dale que te pego. Aferrado a su sillón como un percebe gallego a su roca.
Ahora que lo pensamos, MR tiene cara de percebe, un bicho que no nos gusta mucho (más bien nada. No somos mucho de mariscos, moluscos y cosas de esas, entre otros motivos porque se te quedan oliendo las manos horas después de comer, y aunque te las laves bien varias veces) y que en Madrid vale el doble que en Galicia. Los madrileño son unos pardillos, y de ellos se descojonan en media España por pagar esos ridículos precios. Y todo por un bicho que no sabe a nada y que es carísimo.
En tercer lugar, porque le suspenden siempre en las encuestas, y es uno de los políticos peor valorados. De una sola encuesta no nos fiamos. Pero si todas dicen lo mismo, entonces hay hacérselo mirar. Pero MR no se deja mirar nada. Menudo es.
En cuarto lugar, porque MR también es en parte responsable de esta crisis. Ha coincidido el peor presidente de la democracia (acaso de toda la Historia) con el peor líder de la oposición.
En quinto lugar, porque MR no ha sido capaz de movilizar la opinión pública española, que a aparece como narcotizada, asustada, humillada. No ha sabido hacer un discurso vibrante, ilusionante, convertirse en el líder que un país acojonado por la incertidumbre de su futuro y por la indignidad del desempleo hubiera deseado.
En sexto lugar, porque su estrategia sólo consiste en esperar a que la fruta madure en el árbol, y caiga por la ley esa de Newton, la de la manzana (eso seguro que fue un trola de Newton, una leyenda urbana. Seguro que se le ocurrió la ley de la gravedad de otra manera, estudiando, leyendo).
Y en séptimo y último lugar, porque MR no ha tenido güevos para hacer una moción de censura, aunque la perdiera, qué más da.
Sr. Rajoy: haga usted un favor a este país: váyase! Convoque unas primarias de verdad en su partido, y no ese simulacro de democracia interna que fue el Congreso de Valencia.
España necesita un líder de la derecha más joven, más creativo, más activo, y no un señor que ni siquiera se atreve hablar, no sea que meta la pata. Manda a otros y otras que hablen por él.
Hable usted con el político mejor valorado en España, Duran i Lleida, y a pesar de esas horrorosas gafas con monturas de colores (tiene al menos una docena, según dicen. Menudo coqueto). Sea por una vez un líder de verdad. Agrupe usted a todos los partidos de la oposición y haga una moción de censura a ZP, para verle el careto de perdedor y para echarle de un sillón que nunca mereció, y que consiguió (sin desearlo, claro), gracias a la sangre de muchos hermanos.
Usted no lo sabe, MR. Pero si ZP sigue gobernando catorce mese más, no sólo se habrá perdido una década en términos de progreso y desarrollo, que ya es seguro, sino que se perderá otra más.
Haga usted algo, coño.