Aherrojados en los confines de las leyes físicas que gobiernan el universo, los mercados financieros también sienten la gravedad sedentaria de eso que llamamos tiempo. Nada escapa a la arquitectura cíclica infinitamente compleja que habita cuanto conocemos. Y digo cíclica porque la vigente concepción lineal del tiempo es un fenómeno relativamente reciente y equivocado.
En una época tan vapuleada por las modas y el derrocamiento de pasajeros ídolos, recordar las verdades descubiertas en el pasado deviene imperativo. Los seres humanos han observado procesos cíclicos recurrentes en la naturaleza desde épocas muy remotas. Civilizaciones antiguas fueron capaces de diseñar calendarios y medidas relativas al tiempo a partir de sus observaciones sobre la duración del día, la duración del año, los cambios estacionales, las fases de la luna y el movimiento de los planetas y las estrellas. En concreto, la palabra ciclos era la forma que tenían los antiguos de referirse al ritmo regular con que los cuerpos celestes describían sus movimientos. Por tanto, los antiguos representaban el tiempo de forma circular.
Sobre este andamiaje conceptual, fatigado en la lectura de innumerables autores y codicioso en mi búsqueda de aproximaciones alternativas al mundo de la bolsa, he levantado mi propio sistema de análisis cíclico de los mercados, un mecanismo de estudio que compendia las mejores aportaciones de autores como W. D. Gann y J. M. Hurst.
Inquilino de la leyenda y refractario a los enfoques simplistas de su época, de Gann puede predicarse que fue el primer analista en usar el tiempo como factor de análisis.
El método inquisitivo de Gann hunde sus raíces en las matemáticas, la geometría y la astrología. Resulta ampliamente conocido que Gann empleó una considerable cantidad de referencias a los movimientos planetarios para sus predicciones de mercado. Sus cálculos esenciales o vibraciones se destilaban de la geometría de ciertos movimientos planetarios y las distancias existentes entre ellos. La geometría descrita por el movimiento del propio mercado también abonaba el terreno fértil de sus predicciones. Lo mismo puede afirmarse, por último, de sus cálculos matemáticos, transidos de la obsesión por determinados números cuya recurrencia en los mercados era, a sus ojos, inapelable.
El descubrimiento principal de Gann se resume en que tiempo y precio son intercambiables y que cada movimiento significativo del mercado alterna entre los vectores tiempo y espacio.
Por otra parte, para hacer justicia a J. M. Hurst tendría que escribir un libro entero. Su enfoque científico del estudio de los ciclos alcanza el rango de abrumador. El contingente de sabiduría que rezuma su obra maestra, The Profit Magic of Stock Transaction Timing, resulta apabullante, un vestigio de su indudable genialidad. A Hurst debemos la revolucionaria idea de que cualquier gráfico, sea éste de un índice o una acción, es el resultado de la combinación de varios ciclos de periodicidad o duración distinta, ciclos que pueden aislarse y con los que cabe especular de forma separada.
He aquí un resumen de sus aportaciones:
En el gráfico puede observarse que la forma más sencilla de concebir un ciclo en los mercados financieros consiste en imaginar una fuerza que impulsa el movimiento de los precios de los activos financieros a subir hasta un techo y luego caer hasta un suelo, acción que se repite de forma regular en el tiempo. A la vista está, por tanto, que la representación gráfica de un ciclo es una curva continua conocida como onda sinusoidal, que es la forma gráfica de representar la función matemática seno.
Ésta es, por tanto, la forma idealizada de cualquier ciclo. Por supuesto, cada ciclo posee una duración o período que, aunque puede registrar variaciones al alza o la baja, es constante. Es lo que Hurst llamaba ciclos nominales, esto es, ciclos genuinos, presentes de forma recurrente en la serie temporal de precios y cuya duración media es su propio nombre (de ahí lo de “nominales”), aunque su duración real pueda alargarse o acortarse. Duración que ha de medirse de suelo a suelo.
En suma, a la hora de acercarnos al estudio de cualquier ciclo debemos observar su duración, la fase en que se encuentra (ascendente o descendente) y su amplitud o fuerza.
Mi modelo cíclico
Mi labor investigadora ha deparado cuatro ciclos predominantes, presentes en todos los activos financieros. A semejanza del modelo de Hurst, la duración media de cada uno de ellos la consigna su propio nombre; frecuentemente su duración real se expandirá o contraerá respecto del período nominal. Para evitar equívocos, debo aclarar que el período nominal de los dos primeros ciclos de mi modelo se refiere a días operativos o de trading, no a días de calendario. Clarificada esta cuestión, he aquí los componentes de mi modelo cíclico:
Propongo, en consecuencia, un modelo con pocos ciclos, que además dispongan de una duración adecuada para la especulación. Mi análisis continuado se centrará sobre todo en los ciclos de 40 días y 40 semanas, responsables ambos de los movimientos cíclicos más aprovechables. El seguimiento por mi parte del ciclo de 4 años será ocasional, debido a que transcurre mucho tiempo hasta que se genera una señal de alerta sobre sus techos y suelos. Mi cerco al ciclo de 10 días sólo lo acometo en la otra plaza bloguera en la que lidio todos los días.
Los activos sobre los que centraré mi atención en este blog serán las acciones de mayor capitalización: españolas, europeas, norteamericanas; todas ellas estarán expuestas a mi análisis cuando las condiciones de su configuración cíclica aconsejen su estudio.
Herramientas de análisis
A la hora de estudiar cada uno de los componentes del modelo cíclico, sólo enfoco mi interés al siguiente punto de giro del ciclo que estoy analizando. Así, trazo hacia el futuro una onda sinusoidal teórica acorde con la duración dominante actual de cada ciclo, de modo que con bastante antelación y un ajuste constante hago un pronóstico del Techo Teórico (TT) y el Suelo Teórico (ST) del ciclo objeto de estudio.
A este elemento principal de análisis, incorporo alguna de las técnicas menos conocidas de Gann para cuadrar espacio y tiempo y encontrar así zonas de “vibración” cíclica, capaces de girar el precio en la dirección contraria a la establecida.
Con la combinación de ambas técnicas, TT y ST más las zonas de “vibración” cíclica, suministro los puntos teóricos de giro para cada ciclo.
Y como no ha de olvidarse nunca el factor precio, para cada componente del modelo cíclico calculo objetivos de subida de la fase ascendente, y de caída de la fase descendente.
Por lo que respecta al uso de indicadores que ayuden a la interpretación de los movimientos cíclicos del precio, empleo un oscilador de confirmación que sirve para determinar los techos y suelos del ciclo en cuestión. Es un indicador, por tanto, retrasado respecto del precio, pero que ayuda a visualizar las oscilaciones cíclicas. Encontrar divergencias con el precio es la función del otro indicador que acostumbro emplear, un indicador de momento creado por mí cuyas divergencias con el precio anticipan los techos y suelos cíclicos.
En cuanto a elementos gráficos de confirmación, uso líneas de tendencia siguiendo las indicaciones de Hurst para su construcción. Sin embargo, cuando el mercado no permite dibujar líneas de tendencia, trazo líneas horizontales que sirven al mismo propósito: señalar las zonas cuyo traspaso por parte del precio confirmaría que es muy probable que se haya cambiado de fase en el ciclo objeto de estudio.
Si me fuera obligado referir un escalafón jerárquico de mis herramientas de análisis, diría que las líneas de tendencia y las líneas horizontales ocupan un puesto preponderante. Aunque la onda sinusoidal teórica, las “vibraciones” cíclicas y el indicador de momento cumplen la esencial función de anticipar los períodos temporales donde con mayor probabilidad se formarán los techos y suelos de los ciclos, mi modelo concede un rango mayor a estas líneas que sirven para confirmar cuándo un ciclo ha cambiado de fase.
Vamos con un ejemplo actual donde se visualizan todas las herramientas que acabo de exponer.
BBVA, todos los ciclos
Ciclo 10 y 40 días
Ciclo 10 días
En el gráfico sólo muestro unas cuantas rotaciones de este componente de mi modelo mediante flechas que indican los suelos y techos del ciclo. El ciclo cumple 1 día de duración. Se encuentra en su fase ascendente. Debemos esperar todavía para comprobar qué patrón de precio forma con respecto de la rotación previa del ciclo, esto es, si los máximos y mínimos de la rotación actual son crecientes o decrecientes con respecto de la anterior.
Ciclo 40 días
Este componente cumple 10 días de duración. Se encuentra en su fase ascendente. También debemos esperar más días para comprobar su patrón de precio con respecto de la rotación previa del ciclo. El precio se paró exactamente el día 10 de abril en el primer objetivo de subida de la fase ascendente: 7,023-7,061. El siguiente objetivo se encuentra entre los niveles 7,326 y 7,475.
El indicador de momento, por ahora, no ofrece ninguna información relevante. Repárese, no obstante, en que el suelo de la anterior rotación del ciclo fue eficazmente anticipado por este indicador mediante una divergencia alcista con el precio. Más información nos depara la onda sinusoidal teórica, cuya expresión actual proyecta el techo teórico (TT) del ciclo para el día 15 de mayo. Asimismo, cuatro vibraciones de Gann muy próximas al TT abren una ventana de oportunidad para la formación de un techo: las dos primeras aparecen los días 24 y 29 de abril; las dos siguientes están fijadas para los días 7 y 9 de mayo.
Por ahora no disponemos de ninguna línea gráfica que nos alerte de forma temprana de la posible conclusión de la fase ascendente del ciclo. De todas formas, referiré su aparición en cuanto suceda.
Ciclo 40 semanas
Este componente cumple 38 semanas de duración. Sigue en su fase descendente. Su patrón de precio con respecto de la rotación previa del ciclo ha fabricado la estructura de máximos crecientes. Cabe pensar que los mínimos de la actual rotación del ciclo también serán crecientes respecto de los mínimos de la anterior. El precio ha entrado de lleno en el primer objetivo de caída de la fase descendente: 6,528-6,273. El siguiente objetivo se encuentra entre los niveles 5,792 y 5,462.
El indicador de momento, por ahora, no ofrece ninguna información relevante. Repárese, no obstante, en que el techo de la rotación actual del ciclo fue eficazmente anticipado por este indicador mediante una divergencia bajista con el precio. Adviértase igualmente el excelente trabajo desarrollado por este indicador para anticipar los suelos y techos de rotaciones anteriores del ciclo de 40 semanas.
En cuanto a la onda sinusoidal teórica, su expresión actual proyecta el suelo teórico (ST) del ciclo para la semana que comienza el 13 de mayo. En clara concurrencia con el TT, cuatro vibraciones de Gann abren una ventana de oportunidad para la formación de un suelo: las dos primeras aparecen las semanas que comienzan el 29 de abril y el 6 de mayo; las dos siguientes están fijadas para las semanas que empiezan el 3 y el 17 de junio.
Por ahora, la única señal gráfica de que disponemos para que nos alerte de forma temprana de la posible conclusión de la fase descendente del ciclo consiste en una línea de tendencia bajista que se encuentra bastante alejada del precio.
Ciclo 4 años
Este componente cumple 9 meses de duración. Sigue instalado a lomos de su fase ascendente. Su patrón de precio con respecto de la rotación previa del ciclo (cuyo techo se formó en enero de 2010) está fabricando por ahora máximos decrecientes. Veremos en su momento qué sucede con los mínimos de la actual rotación del ciclo. El precio se ha parado muy cerca del objetivo de subida de la fase ascendente (7,813-8,530).
El indicador de momento tampoco ofrece señal alguna por el momento. Eso sí, anticipó mediante una divergencia alcista con el precio el suelo de la rotación previa del ciclo de 4 años.
La onda sinusoidal teórica, en su expresión actual, proyecta el techo teórico (TT) del ciclo para junio de 2013. Por su parte, dos vibraciones de Gann abren una ventana de oportunidad para la formación de un techo en agosto y octubre de 2013. Repárese en la existencia en febrero de 2013 de una vibración de Gann que ha funcionado a la perfección para, al menos, detener la subida del precio y obligar a una corrección que corresponde a la fase descendente del ciclo de 40 semanas que acabamos de analizar.
En otro orden de cosas, la única señal gráfica de que ahora disponemos para alertarnos de forma temprana de la posible conclusión de la fase ascendente del ciclo consiste en una línea horizontal fijada en el nivel 5,634. Su rotura nos avisaría de que probablemente se habría terminado la fase ascendente del actual ciclo de 4 años.
Permanezcan atentos.