Voy a terminar esta serie sobre el S&P 500 ayudándome de nuevo de herramientas distintas de las que suelo emplear en mis análisis de carácter cíclico. En primer lugar, voy a detenerme en el arco parabólico, figura geométrica que sin duda está desarrollando el índice norteamericano.
Los patrones rítmicos de los gráficos pueden manipularse mediante la geometría para ofrecernos zonas de soporte y resistencia y puntos de gran fiabilidad para entrar y salir del mercado. Todas las figuras geométricas tienen la virtud de casar espacio y tiempo (no otra cosa son en esencia los ciclos, de ahí que me agrade valerme de las figuras geométricas).
El ejemplo geométrico más simple es el que acabo de citar, un arco parabólico, que es muy preciso en su forma matemática. Los precios que siguen este patrón tienen una resolución muy fiable. El arco, que encierra una propensión física a la aceleración de precios, refleja con suma precisión el comportamiento humano emocional. Conforme se sube en la dirección del arco, la emoción se intensifica. Cuando el arco llega a “ponerse vertical”, es decir, cuando alcanza su máximo geométrico, la emoción es máxima. Entonces, el movimiento alcista se termina y el precio empieza a bajar. Lo mismo sucede si el movimiento es bajista. Un ejemplo esclarecedor es el arco parabólico descrito por el petróleo durante el año 2008.
Una vez llegado al máximo de la figura geométrica, el desenlace no podía ser sino el desplome del precio, como efectivamente ocurrió. A modo de anotación al margen, diré que el proceso de construcción de un arco parabólico requiere el cumplimiento de una serie de normas muy estrictas. No es una figura azarosa; se trata, en cambio, de una forma geométrica cuyo trazado solicita la presencia de un conjunto de requisitos.
Pues bien, el S&P 500 está dibujando esta figura. Cuando el arco se "ponga vertical", situación que acontecerá durante las dos próximas semanas, aquéllos con posiciones alcistas tendrán que vigilarlas muy de cerca.
Tipos de tendencia
Para la elaboración de lo que voy a exponer ahora no he empleado el análisis cíclico; me he valido, en cambio, del conocimiento extraído de la minuciosa observación de cientos de gráficos. Entender los distintos modos en que puede evolucionar la tendencia alcista o bajista de cualquier activo deviene muy valioso para un especulador. Aunque hasta este momento no había incorporado a mis informes este clase de análisis, debo reconocer que tengo a bien usar este conocimiento con vistas a hacerme una composición de lugar más precisa de cada activo que estudio. Sin entrar en detalles, existen tres tipos de tendencia:
1.- Tendencia normal: En el caso de, por ejemplo, una tendencia alcista normal, se genera un espacio claramente visible entre los techos de las ondas relevantes (que suelen coincidir con los techos de los ciclos de mi modelo cíclico) y sus correspondientes suelos. En el gráfico que muestro a continuación se advierte que entre los techos de las distintas rotaciones del ciclo de 40 días y sus suelos se crea un espacio que nos informa de la fuerza de la tendencia alcista.
2.- Tendencia débil: Aquí se advierte el solapamiento de las ondas; al precio, por tanto, le cuesta horrores ganar posiciones. Una vez conquistadas, las pierde al instante, en un proceso que alerta de la debilidad del movimiento en su conjunto.
3.- Tendencia acelerada: Este es el tipo de tendencia en que se halla inmerso ahora el S&P 500. Una característica para identificarla es que pueden dibujarse en el gráfico al menos tres líneas de tendencia clásicas (que nada tienen que ver con las que acostumbro referir en mis informes), cada una de ellas con un ángulo distinto. El hecho de que el precio adopte en su movimiento ángulos cada vez mayores se explica porque la tendencia se acelera. El último tramo, en el que estamos ahora, es una fase de agotamiento que concluirá cuando se rompa la línea de tendencia más cercana al precio. Otra forma de confirmar el final de este tipo de tendencia lo tendremos al observar al menos cuatro días seguidos de caída en el gráfico diario del S&P 500. En cualquier caso, una vez concluida la tendencia acelerada, lo normal es asistir a una caída de cierto calado y posteriormente a un nuevo impulso alcista que acerque el precio a la zona de máximos para después comenzar, entonces sí, una campaña bajista más duradera.
Permanezcan atentos.