El ser humano no está diseñado evolutivamente para tomar buenas decisiones de inversión. El que lo hace bien está nadando a contracorriente de lo que millones de años de evolución han insertado en nuestro cerebro.
¿Puede ayudarnos la filosofía estoica a ser mejores inversores?
Cualquier inversor con cierta experiencia es consciente de la importancia de no dejarse arrastrar ni por la euforia ni por el pánico, pero también de lo difícil que es ponerlo en práctica y mantenerse racional o ecuánime especialmente en episodios de gran volatilidad en el Mercado.
Ni es estrictamente premio Nobel, al no estar la Economía entre las categorías establecidas inicialmente por Alfred Nobel, ni es que en Suecia se hayan vuelto locos, aunque el título pueda sugerirlo.