ETFs o fondos indexados. Uno de los grandes dilemas a los que todo inversor más o menos habitual se ha enfrentado alguna vez.
Por mi experiencia trabajando en la industria financiera, productos muy utilizados en la actualidad en sus diferentes formas, que ofrecen amplias ventajas y algún que otro inconveniente. Ahora bien ¿cuál de los dos es mejor? ¿En qué momentos es recomendable apostar por uno en lugar del otro? Acompáñame en este post en el que te explicaré mi opinión al respecto.
Por mi experiencia trabajando en la industria financiera, productos muy utilizados en la actualidad en sus diferentes formas, que ofrecen amplias ventajas y algún que otro inconveniente. Ahora bien ¿cuál de los dos es mejor? ¿En qué momentos es recomendable apostar por uno en lugar del otro? Acompáñame en este post en el que te explicaré mi opinión al respecto.
Cotización vs Valor Liquidativo
Es conveniente analizar para empezar la diferencia entre un fondo indexado y un ETF. Si bien ambos son vehículos de inversión que replican el comportamiento de un determinado índice (global, sectorial, etc.) o estrategia; los ETFs funcionan como fondos de inversión cotizados. Es decir, que existirá una oferta y demanda y al invertir en ellos se estará adquiriendo una participación en el mercado.
Por contra, en el caso de los fondos indexados lo que se compra es una participación de la propia entidad que gestiona el fondo. De esta forma, los fondos se tasan por su valor liquidativo a cierre de día, mientras que los ETFs lo hacen a un valor cotizativo continuo. Es decir, que los primeros no tienen tanta fluctuación como los segundos y se opera con ellos a final del día, a diferencia de los segundos que se pueden intercambiar en cualquier momento según un precio que varía constantemente.
Por contra, en el caso de los fondos indexados lo que se compra es una participación de la propia entidad que gestiona el fondo. De esta forma, los fondos se tasan por su valor liquidativo a cierre de día, mientras que los ETFs lo hacen a un valor cotizativo continuo. Es decir, que los primeros no tienen tanta fluctuación como los segundos y se opera con ellos a final del día, a diferencia de los segundos que se pueden intercambiar en cualquier momento según un precio que varía constantemente.
Fiscalidad
Esta diferencia supone que el ETF sea considerado a efectos fiscales como una “acción”, debiéndose tributar por las posibles plusvalías obtenidas en cada operación, a unos tipos impositivos que van desde el 19% al 26% según el volumen de la ganancia. Por contra, al ser el indexado considerado fiscalmente como una participación en un “fondo”, los traspasos estarán exentos y no será hasta que decida cerrar mi suscripción cuando haya de tributar. Por tanto, una de las aparentes ventajas de los ETFs frente a los fondos indexados viene contrarrestada por el tratamiento fiscal del vehículo de inversión.
Flexibilidad y operativa
Ahora bien, los ETFs permiten el trading, lo que los hace especialmente útiles en contextos volátiles, pudiéndose establecer incluso un stop loss para limitar las consecuencias de fluctuaciones agresivas. Esta flexibilidad no la comparten los fondos, que normalmente exigen también un mínimo de suscripción, ni tampoco su variedad de alternativas, siendo más limitada. Por lo que respecta a las comisiones, los ETFs suelen soportarlas de forma más reducida.
Sea como fuere, una vez expuestas las diferentes variables y visto que ambas opciones cuentan con ventajas e inconvenientes, mi opinión personal es que los fondos indexados son una mejor opción. La cuestión de la fiscalidad es muy relevante en España dados los elevados tipos impositivos, perdiendo un capital que podríamos estar reinvirtiendo. Como es obvio se habrá de pagar impuestos una vez se retire el dinero si empleamos fondos indexados, pero siempre es positivo disfrutar de diferimientos en el pago de tributos.
Con todo, la elección entre una u otra opción dependerá sobre todo del tipo de inversión que cada uno quiera llevar a cabo. Un inversor más activo tendrá fuertes incentivos a emplear los ETFs por la flexibilidad y oportunidades real-time que estos ofrecen, mientras que a otro más pasivo le será conveniente el empleo de fondos. Lo seguro es que conocer el funcionamiento de ambos permite escoger cuál de los dos se adapta más a nuestras necesidades.
Si te ha gustado el post no olvides que en el canal tengo vídeos explicando más en detalle estos vehículos de inversión, así como otros de temáticas relacionadas, que te dejo a continuación.
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