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La deflación es la bajada de precios de los productos que produce una economía. Esa es la definición que nos han dicho siempre. La situación de deflación es la más temida en una economía, y en consecuencia es lo que siempre se trata de evitar.

Sin embargo últimamente hemos entrado en una situación que es completamente surrealista, y de esta forma todas las autoridades económicas han tratado de negar hasta el extremo la situación de deflación; parece ser que alguien piensa que las consecuencias las produce el mencionar la palabra, (y en cierto modo puede que sea de esta forma, pero solo en el sector financiero), pero la realidad es que la deflación es un fenómeno económico, y sus efectos serán reales tanto si se reconoce como si no.

Las bajadas de precios que tienen que hacer las empresas, provoca bajadas en los precios que cobre cada una de las empresas. Se llame o no se llame deflación técnicamente.

Por eso cuando el deflactor del PIB, (que es el índice de precios por el que se corrige la producción de bienes y servicios de una economía), entra en negativo, se ha considerado que para estar en un contexto de deflación tenía que ser el IPC, (que refleja los bienes consumidos por la economía). Pues vale: Podemos entender que deflación es la caída de los bienes de consumo, e independiente de que entendamos que la caída de los precios de lo que consumimos no produce los mismos efectos que la caída de los precios de los bienes que producimos, deberemos tener en cuenta la siguiente situación…

Imaginemos que un año, (por ejemplo el 2008), los precios suben desde enero a julio y comienzan a bajar a partir de julio.


Periodo Nivel de precios
Enero año 1 100
Marzo año 1 105
Julio año 1 110
Agosto año 1 109
Septiembre año 1 108
Enero año 2 105
Marzo año 2 103
Julio año 2 100
Agosto año 2 101


¿La pregunta es simple y clara?. ¿Cuándo bajan los precios?

Según toda la lógica pura y simple, los precios comienzan a bajar en Agosto del año 1, por que en ese periodo los precios son inferiores al del mes anterior. Sin embargo con tal de no mentar la palabreja, nos encontramos con que en este momento, la bajada de precios ha de ser persistente y no puntual. Correcto…

En los meses siguientes los precios siguen bajando, pero en algún momento, alguien dice que no existe riesgo de deflación ya que es desinflación, de forma que se entienda que los precios están subiendo pero menos. (Que según todo el mundo es lo que paso en otoño de 2008 e invierno de 2009). Por supuesto, se acompaña con un nuevo criterio de la situación de deflación. A saber: Deflación será el momento en que el ipc interanual sea negativo durante seis meses consecutivos. Es curioso, por que el hecho de que el ipc interanual sea negativo, no implica que empiecen a bajar los precios, sino que implica necesariamente que los precios se han reducido hasta ser mas bajos que hace un año. Por supuesto, la magnitud de la bajada depende de los precios del período intermedio, y si como en el caso que nos ocupa el ipc marca un record en julio, significa que desde julio de 2008 a marzo de 2009, los precios han bajado todo lo que han subido y más.

Sin embargo además ponemos el límite de los seis meses, de esta forma, resulta que no solo es que bajen para recuperar lo subido en el ultimo año, sino que en la practica, para que lo llamemos deflación, ahora resulta que como eso tiene que pasar seis meses, tiene que pasar eso durante seis meses.

En resumen, a pesar de que los precios caigan desde agosto de 2008 resulta que hasta septiembre de 2009, no se supone la entrada en deflación.

Pero es que lo triste del asunto es que en agosto de 2009, tras seis meses de ipc negativos, nos encontramos con que el criterio ha vuelto a cambiar, y el Sr. Campa, secretario de estado del ministerio de economía y hacienda, no solo no reconoce la situación de deflación, sino que se permite comprobar que “ESTAMOS LEJOS” de dicha situación. Para arreglarlo resulta que Campa insistió en que las inflaciones negativas de los últimos meses "no son ni mucho menos un escenario de deflación", sino que tienen que ver más con una evolución alta de los precios, sobre todo de la energía durante la primera parte de 2008. Y es aquí donde el surrealismo adquiere tintes dramáticos si recordamos que nos hemos cargado la economía europea por la testarudez del BCE subiendo tipos para luchar contra una inflación, que a lo que se ve ahora no era tal ya que parece ser que era una evolución alta de los precios.


Sinceramente esto es completamente demencial y propongo que de una vez por todas, se planteen cuales son los efectos de una situación, (llamémosle X), en la que los precios de los productos que producimos caen, y que analicen las causas y luchen contra ellas.

Por que está claro que contra la deflación no van a encontrar un remedio, porque entre otras cosas, tal nombre hace referencia a una enfermedad distinta en cada momento.

Me gustaría dejar claro varias conclusiones:

- Si una persona entra en un hospital con algo que solíamos llamar cáncer, no va a mejorar por el mero hecho de que cambiemos el nombre que asignamos a su enfermedad.
- Por supuesto, podemos llamarlo gripe y darle lo que el vademecum propone para una enfermedad llamada gripe. Pero la efectividad será nula.
- La mejoría saldrá de cirugía, quimioterapia o radioterapia. Que no se usará mientras el médico no diga la palabra cáncer.
- El que nos intenta convencer de que estamos bien, o de que lo solucionamos con unas pastillitas de azúcar, no es un médico. Es un curandero, que normalmente nos quitará nuestro dinero y además logrará que nos maten.


Y ahora que cada cual extraiga conclusiones.
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