Acceder

 

Tenemos un nuevo participante del que no había escuchado hablar y como toda persona que quiere hacerse un hueco, ha comenzado lanzando un mensaje contundente, claro y fácil de entender en la web del instituto Juan de Mariana. Me refiero a un tal Fernando Parrilla, que lanza una idea que cumple todos los requisitos para que esta persona llegue lejos en el mundo de los formadores de opinión: Todo el que defienda lo público es alguien que defiende la violencia y desprecia la libertad.

En el eterno riesgo de dar publicidad a elementos como este, tengo que aclarar que tras este post, tengo la eterna duda acerca del redactor de este post. Puede ser que los aspectos que dice se basan en problemas de inteligencia, conocimiento o que directamente le importe tres pimientos todo, con tal de comenzar a ser conocido y prosperar. La verdad es que no tengo ni idea, ni podría tenerla por falta de conocimientos sobre diagnósticos y sobre la persona. Por lo tanto, más allá de que no es normal, no puedo decir lo que hay.

En todo caso, más allá de atacar, lo que voy es a tratar de explicar las incoherencias  de una afirmación tan fácil de destruir. Todo con el objetivo de demostrar (por si hiciese falta), que no defiendo la violencia, ni por supuesto desprecio la libertad, aunque defienda fervientemente lo público en algunas cosas.

La frase “en algunas cosas” es importante, porque echo de menos una cierta elaboración a la hora de generarse una opinión. Es decir, en medio de una guerra entre lo público y lo privado, resulta que, supongo que por las ganas de posicionarse de la gente, resulta que todo el mundo tiene que dar siempre la misma razón. Es muy difícil tomar en serio a alguien que, sea el  caso que sea, nos da siempre la misma contestación; por aclarar; tanto lo público como lo privado tienen una serie de diferencias, que provocan que para contestar mejor público que privado, tenemos que preguntar antes ¿el qué?. Es decir, unos quieren algo parecido a Somalia, (por poner algún estado fallido que es lo más parecido a la inexistencia de lo público), y otros querrán algo parecido a los regímenes comunistas. Pues muy bien; pero resulta que no hay absolutamente nada que nos obligue a elegir entre estas dos alternativas, sino que se puede construir una tercera sin problema alguno.

Evidentemente lo público tiene su sitio, desde la existencia de unos recursos comunes, de infraestructuras comunes y de unos intereses comunes, por no hablar de las relaciones entre distintos agentes. Evidentemente, tiene que existir justicia, tienen que existir carreteras y tiene que haber una gestión de recursos públicos, como puede ser el agua. Aspectos medioambientales, la iluminación de las calles, la justicia, la seguridad, la defensa… Por tanto entiendo que nadie en sus cabales reniegue de estas necesidades. En definitiva, existen una serie de bienes y servicios públicos que han de ser defendidos siempre, porque en ellos radica precisamente la existencia de libertad y la falta de violencia.

 Este gran matiz es obviado, (bien sea por inutilidad, o porque no conviene al mensaje final), cuando nos cuenta que: “El disfrute de los servicios puede ser, y es, restringido y por tanto nadie que no participara en su financiación podría ser excluido sin el más mínimo problema”; sobre todo porque ya no estamos hablando de servicios públicos en general, sino que estamos hablando de sanidad, pensiones y educación, o de lo que este personaje reconoce como “la persecución fiscal para sostener el estado del bienestar”.

Por lo tanto, vamos a otorgar el beneficio de la duda y entender que el violento es el que defienda el hecho del pago de las prestaciones de estos tres servicios (o del estado del bienestar), por parte de todos.

Aun así pasan cosas curiosas; en este post no se dice, pero en otros post del mismo instituto se habla de la sanidad, de forma que se propone Copago y se propone además la gestión privada de este servicio público. Esto también pasa en otros ámbitos. En principio vamos a obviar el copago, y hablar de gestiones privadas de servicios públicos, y la conclusión sería clara; ¿sería un violento también el que proponga servicios públicos gestionados por empresas privadas?.  Porque está muy bien criticar que exista una sanidad pública, pero ¿Cómo se pide gestión privada de servicios públicos?. Si el problema es detraer recursos para prestar un servicio, será tan violento el que pide que se detraigan para pagar a médicos, que el que pide que se detraiga para pagar a una empresa que gestione médicos. El introducir un copago, significaría reducir la violencia, pero no eliminarla. Hable con Juan Ramón Rallo y aclaralelo

Otra cosa que me sorprende es el hecho de que se hable de una “persecución fiscal para mantener el estado de bienestar”; sobre todo porque lo que hay es una persecución fiscal para mantener determinadas cosas que no tienen demasiado que ver con el estado de bienestar. De hecho, lo que hay es una persecución (de todo tipo y color), para mantener en particular los mercados financieros, lo que lleva incluso a cargarse el estado del bienestar. ¿Qué se ha rescatado a costa de qué?.

Esta persona califica de violencia el detraer recursos de los privados para mantener el servicio público, manifestando que si alguien tiene un plan de pensiones privado, porque va a tener que mantener el público. Pero claro, ¿y si resulta que todas las decisiones, presión fiscal incluida se está realizando para salvar a los mercados financieros y en consecuencia a los inversores institucionales lo que viene a ser las pensiones privadas?.  A ver si nos enteramos que todas las medidas, (que tan poco le gustan), y todos los costes que estamos asumiendo todos no están siendo ejecutadas para salvar el sistema público, sino que lo están siendo para salvar el sistema de pensiones privado, que por cierto tiene unos agujeros ingentes de los que no se habla apenas. Habla de presión fiscal exagerada para rescatar el estado del bienestar, pero resulta que los trabajadores pagan la casi totalidad de la presión fiscal, de un presupuesto que luego se usa menos que nunca para pagar los gastos de los que se puedan beneficiar trabajadores.

Y ya que estamos, me gustaría que se recordase que el estado de bienestar es el nombre comercial de una serie de medidas y normas que responden a otro nombre técnico. Se llaman estabilizadores automáticos y surgen en su mayor parte como respuesta a la gran depresión. Lo curioso es que tratan de estabilizar la economía y contribuir a la creación de la clase media. Y esto, guste o no guste, plantea unos beneficios para todo el mundo. Lo curioso del caso, es que incluso para los que no usen el sistema público de sanidad o la educación privada, esto plantea ingentes beneficios. Desde la posibilidad de prosperar en la prosperidad hasta los beneficios de vivir en un país serio; curiosamente no hay muchos que se planteen emigrar a Somalia, aunque sí parecen empeñados en conseguirlo.

Y de libertad, hasta el momento en que no conste ninguna crítica a un modelo concesional, o a cualquiera de los monopolios privados, tendremos que concluir que realmente no molesta ni la violencia, ni la falta de libertad, sino que lo único importante es si se pueden sacar beneficios privados a cambio de esto.

29
¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
  1. en respuesta a el joker
    -
    #31
    23/09/14 16:11

    Es la confirmación de lo que he escrito. O liberal o soviético. Acaso de mi respuesta puede uno sacar que quiero una economía planificada por cinco personas dentro de una habitación? Lo dicho, o liberal o soviético, la escala de grises para la impresora

  2. en respuesta a Sasha
    -
    #30
    23/09/14 13:21

    "Carmen de Mariana" te pediría más respeto porque es un thin tank que no recibe dinero público (cosa que no todas las organizaciones de izquierda pueden decir lo mismo). Y tepediría más respeto porque mientras los ecnomistas que adoráis y salen en la tele decían que la burbuja iba a durar eternamente, estos predijeron el batacazo. Deberías dejar de leer a Krugman y a Jose Carlos Díez y empezar a tomar más en serio esta gente.
    Y para peligrosos los socialistas que lo único que hacen es arruinar países y destruir la libertad individual.

  3. en respuesta a Deus ex Machina
    -
    #29
    23/09/14 13:15

    Deux,¿Desde cuando la planificación centralizada no es socialismo? Aunque es cierto que en las ecconomías occidentales hay elementos de mercado, todavía hay bastante órganos planificadores (el banco central el peor de todos).
    Respecto a lo de "si a las ediciones de los liberales les faltaban esas páginas o no habían leído ese capítulo o simplemente se lo pasaban por el arco del triunfo" te diré que muchos liberales, incluidos Rallo, defienden un estado pequeño, no son anarcocapitalistas.
    Y te hago una pregunta, ¿Crees que cinco personas en un despacho o en una sala pueden planificar algo que funcione para un país?

  4. en respuesta a 8........s
    -
    Top 100
    #28
    17/03/13 22:45

    Yo creo que si contaron. de hecho están usandolos...

  5. en respuesta a 8........s
    -
    Top 100
    #27
    16/03/13 20:44

    Una sola respuesta y se desarticulan tantas y tantas horas para justificar lo injustificable...un abrazo

  6. en respuesta a Zatoichi
    -
    Top 100
    #25
    16/03/13 20:38

    Hablábamos de pagar o no pagar...y aún no me ha contestado cuantos por fraude fiscal están en la cárcel...un abrazo...

  7. en respuesta a Yo mismo
    -
    Top 100
    #24
    16/03/13 20:35

    Un abrazo...Tomás...

    Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en una: fidelidad a la propia máscara. Decía mi maestro Abel Martín _habla Mairena a sus discípulos de Sofística_ que un hombre público que queda mal en público es mucho peor que una mujer pública que no queda bien en privado. Bromas aparte _añadía_, reparad en que no hay lío político que no sea un trueque, una confusión de máscaras, un mal ensayo de comedia, en que nadie sabe su papel.
    Procurad, sin embargo, los que vais para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra; hacéosla vosotros mismos, para evitar que os la pongan _que os la impongan_ vuestros enemigos o vuestros correligionarios; y no la hagáis tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque, más tarde o más temprano, hay que dar la cara.

  8. en respuesta a Yo mismo
    -
    Top 100
    #22
    16/03/13 20:31

    En el diseño de empobrecer no contaron con una variable...aún existen los estados...así qué sí empobrecen llega un momento que tiene que pagar los no pobres...no hay más querido tomas...al cargarse premeditadamente la clase media...pues alguien tendrá que pagar...y por desgracia ahora les toca a los que más tienen...por mucho instituto Juan de Mariana que proclamen lo que se quiera...Juan de Mairena tenía razón...le pese a quien le pese....un abrazo...

  9. en respuesta a Zatoichi
    -
    Top 100
    #21
    16/03/13 20:12

    te contesto primero a lo de los funcionarios. Estoy en absoluto en desacuerdo con la sanidad privada pagada por el estado, sea el caso de los funcionarios o los conciertos. Es decir, tiene que haber servicios públicos y servicios privados. Los servicios públicos tienen que ser tasados en pocos casos y prestarse con criterios distintos a los de la privada. Así de claro. Por que el sistema privado necesita unos mecanismos de libre mercado. Cuando por la razón que sea, esto no se puede hacer, es cuando tiene que entrar el sector público y el sector privado, si entra, tendrá que entrar en algunos huecos de mercado.

    En el tema de la sanidad, está claro que es imposible separar el gasto de seguros o del estado, por la sencilla razón que expones. Ese es el problema grave. El caso es que en SANIDAD todo el mundo tendrá que aportar una parte a un fondo para que este sea el que pague la totalidad de los gastos. Eso lo puedes llamar compañia de seguros o lo puedes llamar estado, pero al final es lo mismo. Ahora bien, el estado y las empresas privadas tienen que tener distintas formas de trabajar y distintos criterios. Y ese diseño es el que lleva a que existan unas diferencias QUE EFECTIVAMENTE EXISTEN. Es decir, son el diseño y los incentivos los que llevan ahí.

    Respecto a lo de la hucha común, la verdad es que cuando he leído esto me he reído y mucho... Me gustaría recordar de donde viene la palabra impuestos y sobre todo que me digas una persona de las que tienen posibilidad de escapar de pagar que no hace lo que sea para no contribuir. ¿Parte de lo que se quita a quien?... En principio me gustaría recordar que tenemos un sistema muy regresivo de tal forma que a algunos directamente no se les quita,...(ya sabes el cuento aquel de que se irían). y luego resulta que aunque se pague una cantidad menor, se busca todo truco para no pagar. Cierto es que de vez en cuando se dan algunas limosnas.. pero vamos... muy simpático.

    Respecto a lo de que el problema es que la gente "no quiere pagar", lo siento pero me parece totalmente grotesco. Resulta que el problema es que en un país en el que el 75% de los sueldos son menores a 15.000 euros al año, con 6.000.000 de parados y con precios a niveles estratosféricos, el problema va a ser que la gente no quiere pagar....

    A ver si nos entendemos, la sanidad privada no deja fuera a los que NO QUIEREN pagar. Deja fuera a los que no interesan porque no pueden pagar o porque sus enfermedades no son rentables. Puede ocurrir que exista algún caso de persona que no se trate un cancer porque decida echar un pulso al estado y a los fondos de salud...(¡lo más sencillo del mundo de ganar!), pero la gente muere porque no tiene otra opción.

    Por esto me parece especialmente grave tu comentario. Como al otro opinador.. por supuesto, es mi opinión.


Sitios que sigo