Tengo algunas consultas pendientes desde hace bastante tiempo. Más allá de disculparme por los retrasos, (es una cuestión de tiempo), creo que va siendo hora de ir contestando alguna de ella; en particular hay una que me parece muy interesante, que me deja Valentín:
“Si nos atenemos a la historia estadounidense, podemos observar como después de cada guerra en este país, y tras imprimir el dinero necesario para sufragar la guerra, ha habido inflación.
¿Se podría decir, que la inflación es causada por imprimir dinero y destinarlo a una inversión improductiva (que no genera rentas de futuro)?.”
Lo primero que tenemos que entender es que precisamente una guerra no es un buen ejemplo de una actividad improductiva, en el sentido de que no vaya a generar rentas en el futuro. De hecho precisamente las guerras suelen tener la gran ventaja de que acaban produciendo unas rentas en el futuro muy intensas, (reconstrucción), a la vez que se reduce la población, (sobre todo las guerras en tiempos pasados), lo cual provoca que en términos per cápita el efecto es mayor. En este sentido, y más allá de causas de políticas monetarias, la inflación se explica en gran parte por este hecho. Una expansión monetaria incrementa la base monetaria, mientras que el incremento de actividad y el incremento de los ingresos por parte de los ciudadanos explica un incremento del multiplicador monetario de tal forma que la inflación es el fenómeno más plausible en cualquier período post-bélico. En todo caso, tendremos que tener en cuenta que cada caso es muy distinto y sobre todo tendremos que atenernos al resultado final de la guerra y las circunstancias específicas de cada uno de los casos. Evidentemente no es lo mismo perder la guerra que ganarla, tampoco es lo mismo que la guerra se haya desarrollado en el propio país o en otro, además de muchísimos matices como por ejemplo el hecho de que las empresas consigan contratos de petróleo barato o no.
Por ponerlo de una forma sencilla, los efectos económicos de las guerras mundiales, (por poner un ejemplo), no son los mismos para Estados Unidos que para Alemania e incluso aunque el desenlace haya sido similar, finalmente la postguerra para Alemania fue diametralmente opuesta tras la segunda guerra mundial a lo que había sido en la primera guerra mundial.
En todo caso, me gustaría hacer una pequeña precisión. Normalmente existe una distinción entre asignar los recursos, (o el dinero), a actividades productivas o improductivas. Esta clasificación no es en realidad la importante, y de hecho suele llevar bastante a engaño por la terminología. (Esto tocará en otro post). En realidad lo que es realmente importante es entender que las asignaciones de recursos (y en general todo lo que sea asignación), dependen de las circunstancias y la situación, en particular de los mercados.
Esto significa que en determinadas ocasiones, y por distintas razones, todas las decisiones acaban suponiendo ineficiencias en la asignación de activos, de tal forma que se asignan demasiados recursos a un activo que en condiciones normales no se asignaría. Esto es lo que ocurre en el caso de una burbuja, (incluso aunque sea en activos que teóricamente son productivos), o es lo que ocurre en las guerras, (durante las guerras, y no en las recuperaciones).
El hecho de que se destinen recursos y (o) dinero en exceso a determinados sectores, actividades o procesos, (bien sean productivos o no), no genera inflación, sino que acaba generando deflación, ya que se combina una situación ineficiente, (por definición la alteración nos llevaría a una situación que no fuese la eficiente), con un exceso de recursos en uno de los lados.
Esta deflación se puede esconder de varias formas, pero la mejor forma de detectar una situación de deflación es básicamente la misma que cualquier enfermedad; buscar lo que se encuentra en esta situación y hay algo que siempre nos encontramos en cualquier proceso de deflación: Políticas monetarias claramente expansivas. En la inmensa mayoría de las ocasiones, esto genera inflación, (incluso en casos muy particulares hiperinflación), pero en ocasiones, lo curioso es que acaba generando más deflación, lo cual nos lleva a la espiral que tenemos hoy en día. Todo depende de cómo se inyecte el dinero, de las circunstancias y desequilibrios que llevaron a la situación y de la actividad económica. En esto las guerras son muy distintas a las explosiones y a las burbujas.
Pd. El caso de hoy en día es deflación de libro.