¿La quiebra de ABENGOA? Solicita el concurso de acreedores

El pasado 22 de febrero, el Consejo de Administración de ABENGOA enviaba un comunicado a la CNMV informando de su decisión de acogerse al concurso voluntario de acreedores.

Según este comunicado, el grupo había notificado al juzgado competente de Sevilla su solicitud para declararse en concurso ante la incapacidad financiera para hacer frente a sus compromisos de pago.

ABENGOA llevaba los últimos cinco años atravesando serias dificultades financieras, con rescates, reestructuraciones y aplazamientos de los pagos, si bien sus problemas se remontan una década atrás. De hecho, hay dos momentos de crisis clave en sus historia reciente: 

1º) En 2015 el grupo de ingeniería y energías renovables ya se había acogido a la figura legal del "preconcurso de acreedores" declarando una deuda de 20.000 millones, situación de la que pudo salir tras alcanzar un acuerdo con sus acreedores para refinanciar su pasivo.

2º) Y en el 2018, segunda crisis de la que aún no ha logrado salir, al no ser capaz de sacar adelante el plan de salvación que contemplaba una inyección de 550 millones de euros entre créditos y avales: 300 millones en avales por parte de CESCE (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación), 180 millones por la banca acreedora (avalados por el ICO), y 20 millones que aportaría la Junta de Andalucía. 

No obstante, la Junta de Andalucía finalmente se echó atrás en la concesión de su crédito, hecho que parece ser fue decisivo para el desacuerdo con el resto de acreedores, y siendo así imposible la reestructuración de la deuda total de Abengoa, S.A., la matriz del grupo. 

De hecho, el grupo sevillano tuvo que acometer grandes desinversiones y ventas de activos en los últimos ejercicios para obtener liquidez con la que afrontar el pago de sus deudas: la venta de su filial en EE.UU., su negocio en México o incluso su sede central en Sevilla (que fue adquirida por la Junta de Andalucía). 

En los últimos ejercicios, los acreedores financieros de ABENGOA han llegado a capitalizar parte de su deuda, y como consecuencia de la enajenación de activos y líneas de negocio, la plantilla se ha ido reduciendo drásticamente, desde los 32.000 trabajadores con que contaba en 2014 hasta los 14.000 de 2019.

En este momento, el objetivo de ABENGOA es que el concurso de la matriz Abengoa, S.A. y su riesgo de insolvencia no afecte al resto de filiales que componen el grupo, especialmente a Abenewco 1, sociedad a la cual se ha ido traspasando el grueso del negocio y de la que dependen los 14.000 trabajadores que mantiene por todo el mundo, 2.500 en España. 

UNA ENORME DEUDA DE 6.000 MILLONES DE EUROS QUE SUPONDRÍA LA SEGUNDA MAYOR QUIEBRA DE UNA EMPRESA EN ESPAÑA

Según las cuentas anuales presentadas en 2019, el grupo ABENGOA cuenta con un pasivo superior a 6.000 de euros, y entre los sus principales acreedores encuentran el Santander, Caixabank y KKR. 

En este caso, si la suspensión de pagos se llegase a materializar supondría la segunda mayor quiebra de la historia de España, tras la sufrida por la inmobiliaria Martinsa-Fadesa en 2008 y cuyo pasivo era de 7.200 millones de euros.

ABENGOA creció con fuerza en la época del boom de las energías renovables con el apoyo de fondos internacionales que la financiaron, saliendo a Bolsa y llegando a ser uno de los líderes mundiales. Sin embargo, el último lustro representa el de la peor crisis jamás vivida desde su nacimiento en 1941. 

Veremos en un tiempo si la multinacional andaluza es capaz de darle la vuelta a la situación y reestablecer el equilibrio financiero. En el aire está el futuro de una de los principales grupos empresariales españoles y 14.000 puestos de trabajo.

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