Las estrictas medidas de confinamiento comportaron contracciones económicas sin precedentes en nuestra historia moderna durante el 2T. Con todo, las disparidades entre países en la severidad y duración de las medidas de distanciamiento aplicadas conllevaron diferencias notables en las caídas de PIB.
Las estrictas medidas de confinamiento comportaron contracciones económicas sin igual en nuestra historia moderna durante el 2T. Con todo, las disparidades entre países en la severidad y duración de las medidas de distanciamiento que se aplicaron conllevaron diferencias notables en las caídas de PIB. Así, por ejemplo, en Alemania o EE. UU., donde las restricciones a la movilidad fueron relativamente menores (véase el primer gráfico), las caídas se situaron en torno al 10% intertrimestral (–10,1% en el caso de Alemania y –9,1% en EE. UU.), mientras que en los países que implementaron medidas más restrictivas, como España, la caída del PIB fue sustancialmente superior (del –18,5%).
Fuente: CaixaBank
Durante el 3T, las restricciones a la movilidad han sido, en general, mucho menos severas que en el 2T, pero la amenaza de que se produzcan nuevos rebrotes de coronavirus la ha seguido limitando. Asimismo, como ya ocurrió en el 2T, las medidas que han tomado los principales países avanzados han sido distintas y, por tanto, es probable que el rebote de la actividad también varíe de forma notable. Precisamente, la fuerte relación estadística entre movilidad y actividad económica (véase el segundo gráfico) nos permite obtener una primera aproximación del rebote de la actividad que se está produciendo en el 3T.
Como se puede observar en el tercer gráfico, los datos de movilidad sugieren que la actividad económica ha rebotado en el 3T de forma notable, pero en la mayoría de los países analizados el PIB todavía se emplaza sustancialmente por debajo de los niveles de finales de 2019. Así, por ejemplo, en España e Italia es probable que observemos un aumento de la actividad superior al 10% intertrimestral en el 3T. Una cifra muy destacable pero todavía insuficiente para contrarrestar las caídas ocurridas en la primera mitad del año. Por su parte, la menor reactivación de la movilidad en EE. UU. (la pandemia no ha dado tregua a la economía americana) sugiere que el PIB estadounidense crecerá por debajo del PIB alemán (aproximadamente un 3% frente a un 7%), a pesar de una caída parecida en el 2T en ambos países.