En las últimas semanas hemos hablado de las grandes tecnológicas (Apple, Cisco, Netflix, Facebook...) pero estos últimos días sin duda el protagonismo ha pasado a Turquía, que ha sufrido la represalia de la Administración americana al no querer entregar a un clérigo retenido por el gobierno turco y acusado de diversos delitos.
Un protagonismo que se ha traducido en una fortísima caída de la lira, cuya onda expansiva no solo ha tocado de forma muy directa a algunas entidades bancarias europeas con exposición directa a la economía turca (el BBVA cayó un 5,1% el viernes, Unicredit un 4,7% y BNP un 3%) sino que además llego a tocar a los índices americanos y a las grandes tecnológicas como Apple, nuestro valor de la semana pasada, que el viernes cayó el 0,65%.
El Gráfico que acompañamos muestra la caída que la lira turca venía acumulando en los últimos cuatro años, y muestra asimismo la espectacular aceleración de esa caída el último año, en el que cae cerca de un 80% y, como colofón, en la sesión del viernes, en la que se dejó un 14% en pocas horas. Las consecuencias, como hemos dicho, se han extendido de forma muy amplia a todos los mercados, y la pregunta es si la inestabilidad va a ir a más o no.
Probablemente para responder a esa pregunta habría que analizar temas que van más allá de Turquía, como son las consecuencias últimas de la política monetaria de la Fed y la guerra comercial iniciada por Trump. Son temas que exceden sin duda a este comentario, pero, en lo que a la situación de la lira turca se refiere, apostaríamos más bien por una estabilización en los próximos días y por tanto se-ríamos compradores, de forma oportunista y a la espera de un rebote, de los activos más perjudicados por el movimiento del viernes, como es el caso del BBVA.
Tras la caída del BBVA de más del 20% en el año y del 7% la semana pasada podríamos apostar a corto plazo por el valor, pensando en una relajación de la tensión entorno a Turquía.