LOS GULAGS
19-07-10
Pues resulta que, para nuestra nada ingrata sorpresa, el académico diccionario define la palabra gulag, que, claro, viene del ruso, ese maravilloso idioma que nunca aprenderemos (ay), aunque sólo fuera para leer en su idioma al titánico Tolstoi y a al gran pero torturado Dostoievski.
La versión light y oficial del gulag es central administrativa de los campos de trabajo correccionales, traducido directamente del ruso. Manda güevos. Mejor: manda peludos, grandes y negros güevos.
Luego el diccionario añade: Campo de concentración de la antigua Unión Soviética. Esta segunda versión nos parece más ajustada a la Historia, a no ser que los señores académicos y nosotros mismos seamos unos fascistas, como nos acusaría la eficaz (pero muy obsoleta y antigua) propaganda izquierdona.
En nuestras nada frecuentes (pero ya legendarias) columnas sobre política, hemos denunciado la supuesta superioridad moral de la izquierda, o mejor, de la izquierdona, así como Paco Umbral llamaba a la derecha fascista, franquista y casposa, derechona.
Que conste que nosotros siempre votamos a la izquierda, cuando éramos jóvenes y bastante gilipollas. Bueno: para nosotros la izquierda siempre ha sido el PSOE. Más allá de la supuesta izquierda, ni nos sabíamos los partidos. Eran demasiado cutres para nuestro pijo pero un poco rojeras origen.
Nos hemos hecho mayores, y por tanto más sabios. O no, que nunca se sabe.
Ya conocemos la famosa frase: Quién no vota socialista/comunista con 20 años, no tiene corazón. Quién les vota con 40, es que no tiene cabeza.
Nos gusta nuestra hermosa cabeza de patricio romano o así (por cierto, nos tenemos que cortar el pelo mañana, que en verano nos lo cortamos a lo militar. Les pone cachondas a las tías el pelo corto. Sugiere pulcritud, digo yo), y, por tanto, queremos conservar nuestra cabeza y no votar nunca más socialista/comunista, que es más o menos lo mismo.
La diferencia es que el comunista como Julio Anguita se conforma con no ser rico y vivir dignamente y de acuerdo con lo que ha creído y luchado toda una vida (ya bastante tuvo el pobre con un infarto. Un abrazo sincero, Julio), y el socialista como Felipe González y adláteres tipo Carlos Solchaga, no se conforman con todo los millones (de euros) que ganan ahora. No nos extraña. Como dijo alguien, no hay nada más ambicioso, tacaño y pesetero que un socialista enriquecido.
Bueno. Que nos vamos por los Cerros de Guadarrama y todavía no hemos hablado de los gulags.
Las fosas de Katyn. Qué coño es eso? Pues nada: unas simples fosas donde los soviéticos enterraron a unos 20.000 polacos asesinados con tiro en la nuca (oficiales del ejército, intelectuales, poetas, académicos) en mayo de 1940.
Hace poco, este año, se han celebrado unos actos oficiales de hermandad y perdón entre rusos y polacos. Hay que pasar página, y que la tolerancia trufe, enriquezca y permufe la relaciones entre países. Exactamente lo que ha querido hacer ZP y su sicario prevaricador (joder: le pidió pasta a casi todo el IBEX 35) el juez Garzón con la Ley de Memoria Histórica: precisamente cuando todos nos habíamos olvidado del puto franquismo.
Los peores gulags no son los sitios físicos, geográficos, siberianos, donde tantos millones de hermanos murieron.
Los peores gulags los llevamos dentro de nosotros. Y los llevan todos aquellos que todavía quieren demostrar la supuesta superioridad moral de una doctrina que ha asesinado a millones de personas, acaso mucho más que el nazismo, según los historiadores.
Que les den bien por el culo a Marx, Lenin y, al peor de todos, Stalin.
Los experimentos ideológicos/doctrinarios se hacen en casa y con gaseosa, a ser posible La Casera.
Y aquél que no sea dúctil o soberbio (y cabezota) a nuestro impecable razonamiento, le mandaríamos este verano un mes a un gulag.
Y de paso, que también le den bien por el culo. En lo gulags, todo hombres encarcelados, te suelen dar por el culo. A lo mejor algunos izquierdones se aficionan y todo.