El presidente del Consejo Superior de Cámaras de España (CSC), Javier Gómez-Navarro no para de cargarla. Días atrás, este ex-ministro socialista, soltó que " las madres con hijos homosexuales prefieren que éstos sean diplomáticos, porque así les ven poco". No satisfecho con esta perla homófoba, ayer se jactó de que "hay que convencer a los sindicatos de que su papel no es defender a los vagos. No deben seguir protegiéndolos". Aparte de la grosería de esta afirmación, lo que sabe peor es que esta bravuconada se la pegue justo cuando las colas de parados frente al INEM no paran de crecer y hay encima de la mesa de la Autoridad Laboral cientos de Expedientes de Regulación en marcha que afectarán a miles de familias. Y si bien es cierto que estas declaraciones se comentan solas y son fiel reflejo de la catadura moral del personaje que se autodefine como socialista liberal (¿?, menudo morro!!), no deja de tener gracia que sea precisamente este tipejo apoltronado el que haga estas declaraciones desde su cargo de capo mayor de las Cámaras Españolas. Unas instituciones inútiles y desfasadas, que si alguien no lo recuerda, son a su vez uno de los mayores parásitos de este país a base de nutrirse de un impuesto revolucionario que religiosamente están obligadas a pagar muchas empresas a cambio de prácticamente nada. En fin, tan solo es de esperar que si este acomodado ex-político tiene un pelín de vergüenza, dimita, o en su defecto, que alguien nos haga el favor de darle una soberana patada en su enorme culo para que le perdamos de vista.
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