Oficiosamente sobrepasamos los 4 millones de desempleados, por mucha contabilidad imaginativa que le quieran echar desde el Ministerio de Trabajo. Tal como andan las cosas, hablar de intentar crear empleo a estas alturas de la película, es simple y llanamente, una penuria.
Se crea empleo cuando hay demanda de mano de obra, pero cuando sobra este factor productivo, cuando sobra mano de obra por doquier como pasa hoy en día, puedes abaratar lo que quieras el despido, flexibilizar la mano de obra lo impensable, suprimir derechos adquiridos a los trabajadores, etc., que si los empresarios no precisan mano de obra, no la van a contratar. Y quiénes la precisaran para casos puntuales, echarán mano de la contratación temporal, porque con diferencia aquí en España es la más barata y accesible de toda Europa.
Muchas veces, lo único que se consigue con según que peticiones de la patronal es generar más conflictividad social y laboral, y de eso, es de lo último que necesitamos en este país.
Hay quién siguen sin enterarse que España nunca volverá a ser en lo económico la de hace tan sólo un par o tres de años. Que jamás el sector de la construcción y afines volverán a absorber tanto factor trabajo como años atrás, y que lamentablemente, se quiera o no reconocer, poca de esta mano de obra podrá ser recolocada en otros sectores productivos. No hay, ni habrá sector que coja el tan ansiado relevo a la construcción. Y olvídense de papanatas de crear de la nada sectores de valor añadido de I+D. Eso requiere, tiempo (que ya no hay) y dinero (que ya no tenemos).
El desajuste entre oferta y demanda de mano obra, es, y seguirá siendo brutal. Sobra mucha mano de obra, con independencia que se precarice todo lo que se quiera el mercado de trabajo español. Aún y con estas, seguirá sobrando muchísima mano de obra.
Y para mayor abundamiento necesitamos mejorar la productividad, eficiencia, de nuestro mercado de trabajo, lo que aún requerirá desprendernos aún de más mano de obra. Y para ello no hay más opción que reducir nuestra oferta de mano de obra, y la que quede, reorientarla hacia otras sectores productivos más sostenibles. La pregunta del millón de dólares sería, ¿y como se hace todo esto?, ..., pues que empiecen por mojarse nuestros políticos que por algo están ahí…