El súper anuncio del fin de semana pasado parece haber quedado totalmente en el olvido por parte del mercado. Como vemos en el chart del SPY, poco duró el eufórico rebote del Lunes pasado y estamos nuevamente marcando mínimos a causa de la incertidumbre causada por la crisis europea.
El problema es que a esta altura el mercado ha tomado conciencia de que no se puede solucionar un problema de endeudamiento tomando más deuda. Tarde o temprano, el ajuste es inevitable, y nadie puede gastar más de lo que le ingresa para siempre.
La situación, lamentablemente no es tan sencilla como podría pensarse a primera vista. No es un tema de hacer el ajuste, pagar los costos, y tema solucionado. Existen serias dudas al respecto de si es viable que Europa realice los ajustes que necesita para poner en orden sus cuentas de manera permanenente. La viabilidad de este ajuste está en duda desde tres aspectos diferentes:
1- Económico: reducir el déficit en una economía recesiva es una tarea de las más complicadas que pueden plantearse. Los ajustes de gastos y reducciones de salarios generan caídas en los niveles de actividad y en la recaudación. Si además se genera una situación de crisis de liquidez en los bancos, los tiempos se acortan y las chances de éxito se reducen notablemente.
2-Político: A esta altura varios mandatarios europeos empiezan a tener sus dudas acerca de la conveniencia o no de mantenerse dentro de la zona del Euro, con todo lo que eso implica. No seria de extrañar que tarde o temprano estas ideas vayan tomando fuerza si se complican los esfuerzos para estabilizar la situación.
3-Social: Con el desempleo por las nubes, y niveles de actividad económica que no logran recuperarse de la crisis del 2008, existe un límite al nivel de ajuste que una sociedad puede soportar. El ajuste que necesita Europa es realmente extraordinario, y el contexto en el cual se realiza es muy complicado. No sería de extrañar que los paros, manifestasiones y, en última instancia, los votos de los ciudadanos en los países más comprometidos terminen haciendo inviables los planes para evitar la crisis.
El plan del trillón de dólares ha comprado algo de tiempo para evitar el default de los países más débiles de la Eurozona, pero de ninguna manera garantiza una solución definitiva al problema. Los mercados han puesto ahora la mira en la viabilidad de los ajustes necesarios para equilibrar las cuentas de la región, la cual está muy lejos de estar garantizada.