Quiero empezar mi blog en Rankia dándoles las gracias por haberse puesto en contacto conmigo tras haber leído mi blog sobre inversión http://jpmontes.es/. Lo empecé hace algunos años y la verdad es que pensaba que nadie lo leía y lo tenía un poco olvidado. ¡Me he llevado una muy grata sorpresa y me ha dado ánimos para seguir escribiendo!
Mi idea es ir publicando periódicamente, intentaré cada 2-3 semanas, tesis de inversiones e ideas relacionadas con este mundillo. Soy padre y autónomo, o sea que si no me veis por aquí durante unos meses, podéis imaginaros que no es por estar jugando a la play.
No tengo más objetivo que el de compartir mis ideas y el de recibir comentarios y críticas constructivas. Soy consciente de que hay exceso de información brutal (podcast, blogs, videos…), por lo que si veo que no estoy aportando nada interesante, dejaré mis ideas guardadas en un cajón.
Sobre mí:
Soy un apasionado de la economía y del mundo empresarial. Me considero seguidor de la escuela austríaca ( fui alumno de Jesús Huerta de Soto y eso deja marca) y value investor no sectario. Con la edad me he dado cuenta que nadie posee la verdad absoluta y que hasta “el más listo” en una materia puede equivocarse. Lección aprendida: no caer en el sesgo de confirmación (cuando los ideales llevan mucho tiempo en tu cabeza ya no eres tu el que posee los ideales sino que son ellos los que te poseen a ti) y el efecto halo (por mucho que admires a una persona, siempre has de pensar de forma independiente).
Busco hacer solo lo que me gusta y he emprendido el camino hacia la independencia financiera = trabajo + ahorro + inversión. No considero la independencia financiera como un objetivo sino como una forma de vida. Es decir, mi objetivo no es hacerme rico y luego pasarme el resto de mis días tumbado en una hamaca en una playa del Caribe tomándome daiquiris. Mi finalidad es disfrutar andando el camino, aprender, dedicar tiempo a lo que me gusta, ahorrar (¡sin pasar penurias!) e ir invirtiendo poco a poco y “para siempre”.
Llevo unos 4 años invirtiendo en empresas que cotizan en bolsa buena parte de mi patrimonio. Lo he ido haciendo de forma gradual a medida que pasaban los meses y, en estos momentos tengo prácticamente el 90% de mi patrimonio invertido en bolsa. Mi idea es nunca sobrepasar ese límite porque no quiero tener que endeudarme ni ser un “vendedor forzado”.
¿Inversor individual o a través de fondos de inversión?
Siendo honestos, si no cuentas con un patrimonio disponible importante, yo diría que por encima de los 300.000€, económicamente no compensa invertir de forma individual. La oferta de excelentes gestores con más de 15-20 años de experiencia y rentabilidades anualizadas de doble dígito es muy amplia, tanto fuera (Warren Buffett, Seth Klarman, Jean-Marie Eveillard…) como dentro de nuestras fronteras (Francisco Paramés, Ávaro Guzmán, Iván Martín…) y es muy rápido y sencillo darse de alta e invertir. Solo hay que transferir el dinero de tu cuenta a la de la gestora y esperar a que pasen los años, el resto lo hacen ellos.
Si invertimos por nuestra cuenta, es posible que obtengamos algunos puntos más de rentabilidad que ellos, pero casi seguro que no va a ser significativa y para pequeñas cantidades no se va a notar mucho. Además, para poder obtener unas mayores rentabilidades que esos expertos durante un periodo prolongado de tiempo hay que “aportar un extra”, con copiarse o tener suerte no es suficiente. Ellos cuentan con muchos más recursos: analistas, horas de trabajo, contactos, muchos años de experiencia acumulada y, por si fuera poco, al menos en España, apenas pagan impuestos por las plusvalías.
En resumidas cuentas, salvo por placer, veo una pérdida de tiempo invertir de forma individual.
Invirtiendo de forma individual
Es de Perogrullo pero, para comprar una acción en bolsa, necesariamente alguien te la tiene que vender. Aunque puede haber otros motivos (necesidades de liquidez, mejores alternativas…), básicamente el que compra una acción lo hace porque piensa que el precio subirá y el que la vende lo hace porque piensa que bajará. Uno de los dos siempre estará equivocado. Para no ser el “pardillo” de la mesa (como en el póker, si a los 5 minutos de una partida no sabes quién es el pardillo, entonces es que eres tú), tienes que saber más que la mayoría de los otros (el mercado) sobre esa empresa y eso es muy difícil si no le echas muchas horas de estudio. Si estudiar empresas no te apasiona, te acabará aburriendo al poco tiempo.
A los que nos gusta el “proceso de invertir”, leer sobre empresas, aprender cómo se fabrican las cosas, saber qué empresas fabrican los productos que consumimos, leer historias y biografías de empresarios, analizar sectores y compañías, etc, este mundillo es apasionante y prácticamente ilimitado.
Ventajas del inversor individual:
1. No tenemos presión por los resultados, lo que nos permite ser más pacientes ni tenemos que dar explicaciones a nadie. Podemos equivocarnos sin miedo a que nos despidan y asumir todos los riesgos que queramos. Tal vez perdamos dinero, pero no nuestra reputación. También podemos cambiar de opinión tantas veces como queramos sin miedo a “quedar mal”.
2. No tenemos restricciones. Podemos comprar acciones de cualquier origen y tamaño, podemos construir una cartera con los porcentajes que queramos, invertir todo en solo una, tres o cuarenta empresas, estar al 100% invertidos o tener todo en liquidez si no encontramos nada interesante, etc.
3. Podemos entrar y salir de golpe, la liquidez de la acción no es un problema para pequeñas cantidades.
4. No sufrimos salidas de capitales cuando las bolsas caen ni entradas fuertes cuando suben.
5. Podemos copiarnos y aprovecharnos del trabajo de los mejores expertos si creemos que son mejores ideas que las nuestras. Un gestor profesional también puede copiarse algo, pero si un gestor copia mucho a otro, lo normal es que acabe sin clientes porque la gente se irá progresivamente al “original”.
Aprovecho para decir que me parece un buen filtro comprar acciones que estén comprando buenos gestores pero hay que tener cuidado, la convicción en una acción no se puede copiar, si no analizamos nosotros mismos a fondo la empresa, podemos tener dudas ante ciertos acontecimientos negativos y malvender cuando en realidad tendríamos que estar comprando.
Mi filosofía de inversión:
Me considero un inversor value, invierto en acciones que creo infravaloradas por el mercado.
Como no tengo el talento ni la visión de inversores como Warren Buffett para saber dónde va a estar una empresa de aquí a 10 ó 20 años, busco empresas que estén baratas “hoy”(a menos de 7-8x beneficios normalizados). Obviamente, preferiría invertir solo en negocios excelentes, con fuertes ventajas competitivas, dirigidas por los mejores gestores que cuenten con “skin in the game”, con alto crecimiento, sin deuda y baratos. Pero excelentes negocios y baratos en tiempo real no existen, solo “a toro pasao”. Además, en la práctica es muy difícil discernir si una empresa realmente tiene ventajas competitivas o si lo que ha tenido es pura suerte y/o falta de buenos competidores. Por lo tanto, no me gusta pagar mucho más por empresas con ventajas competitivas ni con alto crecimiento porque no es fácil predecir que eso no vaya a cambiar en un futuro, lo que me lleva a responder a la pregunta:
¿Comprar negocios regulares a precios de derribo o comprar buenas empresas a precios razonables?
Es una pregunta muy planteada entre los inversores value. Personalmente, aunque no me caso con ninguna y las veo compatibles, en la práctica he tendido más por la primera opción probablemente porque me haya resultado más fácil. Cuantificar que una empresa está barata estadísticamente es relativamente sencillo y la única dificultad reside en averiguar el porqué y si los motivos tienen fundamento.
En las empresas de calidad (al tener que pagar más por ellas) hay que saber separar bien el trigo de la paja, es decir, saber qué es lo realmente importante del negocio. Qué es lo que hace que haya crecido más que sus competidores, qué es lo que hace que tenga unas rentabilidades extraordinarias, por qué es el líder de su mercado y si sus ventajas competitivas son sostenibles en el tiempo.
En cuanto a la diversificación, mi consejo es que si se compran acciones de negocios regulares muy baratos, se diversifique más, al menos 20 empresas, porque es muy probable que alguna no funcione bien (el mercado tampoco es tonto) y si se compran negocios buenos, ojo, estando muy seguros de que realmente tienen ventajas competitivas duraderas, no invertiría en más de 3 ó 4. Es muy difícil dar con una “compounder” (empresa con alta rentabilidad capaz de reinvertir manteniendo esa alta rentabilidad) a buen precio en toda una vida, no digamos ya 10 ó 20. A mí con una me vale, así que soy todo oídos para que me respondáis a la siguiente pregunta: ¿Cuál creéis que es el mejor negocio/empresa del mundo y por qué?
Hasta aquí mi primer artículo.
¡Saludos y hasta la próxima!