El 57 % de las pymes en España dependieron de la financiación bancaria en 2024. La mayoría no lo hizo por una decisión estratégica, sino por necesidad. En este artículo analizamos cómo hemos llegado hasta aquí y qué papel puede jugar un director financiero externo para revertir esta situación.
Según el último informe publicado en El Economista sobre la financiación de las pequeñas empresas, casi 6 de cada 10 pymes en España recurrieron a la banca tradicional en 2024, con un repunte significativo en microempresas y autónomos. Lejos de ser una decisión planificada, esta tendencia responde a una falta de estructura financiera interna, más que a una oportunidad de apalancamiento bien diseñada.
Este fenómeno pone en evidencia un problema estructural: las micropymes se están financiando mal. No por ambición, sino por urgencia.
La mayoría de autónomos y micropymes no cuenta con una estructura financiera profesionalizada. A menudo, la figura del asesor fiscal o contable cubre el día a día operativo, pero no hay nadie que construya una visión estratégica a medio o largo plazo. Esto deriva en situaciones como:
- Inversiones sin análisis de rentabilidad ni impacto en caja.
- Uso de líneas de crédito para pagar impuestos o nóminas.
- Aceptación de préstamos con condiciones poco competitivas por falta de alternativas.
- Ausencia total de previsiones de tesorería.
En este contexto, la financiación bancaria deja de ser una palanca para el crecimiento y se convierte en un flotador para no hundirse. Un flotador, además, cada vez más caro por la subida de tipos y más difícil de conseguir en pymes con débil estructura financiera.
💡 La solución no está solo en financiarse mejor, sino en dirigirse financieramente mejor
En países con mayor cultura empresarial, la figura del director financiero externo (CFO) ya es habitual en negocios pequeños y medianos. En España, esta tendencia empieza a ganar terreno, especialmente entre empresas que han sufrido los efectos de una mala planificación. Un CFO externo aporta al autónomo o micropyme una visión completa, profesional y estratégica de sus números:
- Diagnóstico financiero realista: análisis de rentabilidad por producto o servicio, márgenes, endeudamiento, estructura de costes.
- Plan de tesorería y control de caja: saber cuándo faltará dinero antes de que ocurra.
- Planificación de inversiones: decidir cuándo y cómo financiar, y si es necesario hacerlo.
- Acceso a financiación alternativa: desde leasing hasta líneas ENISA, ICO o financiación colectiva.
- Negociación bancaria profesionalizada: con indicadores y ratios financieros bien presentados.
🧭 De vivir al límite a tener control
En mi experiencia como director financiero externo con negocios de entre 100.000 € y 2M € de facturación anual, he logrado transformaciones que han permitido:
*Micropymes que pasaron de refinanciar deuda cada año a tener caja positiva sostenida.
*Autónomos que dejaron de usar pólizas de crédito para pagar el IVA, gracias a una planificación anticipada.
*Comercios que empezaron a decidir si abrían o no una nueva tienda con números reales, no con intuición.
Por tanto, financiarse no es malo. El problema es hacerlo sin estrategia, sin datos, sin planificación. Y eso, en el mundo pyme, es la norma.
No se trata de no acudir al banco. Se trata de acudir cuando conviene, con un plan, con respaldo, con visión.
Por eso, incorporar un director financiero externo no es un gasto: es una inversión en estabilidad, rentabilidad y crecimiento controlado.
*Micropymes que pasaron de refinanciar deuda cada año a tener caja positiva sostenida.
*Autónomos que dejaron de usar pólizas de crédito para pagar el IVA, gracias a una planificación anticipada.
*Comercios que empezaron a decidir si abrían o no una nueva tienda con números reales, no con intuición.
Por tanto, financiarse no es malo. El problema es hacerlo sin estrategia, sin datos, sin planificación. Y eso, en el mundo pyme, es la norma.
No se trata de no acudir al banco. Se trata de acudir cuando conviene, con un plan, con respaldo, con visión.
Por eso, incorporar un director financiero externo no es un gasto: es una inversión en estabilidad, rentabilidad y crecimiento controlado.