Dentro de cómo organizar el perfil de un inversor en la parte conservadora, he hablado de la deuda país y deuda corporativa. Pues bien, se podría decir que esta tercera idea no es muy común y de las 3, quizás la de más riesgo pero puede dar una buena rentabilidad.
Para empezar debemos entender que cada una de las propuestas es con espacios temporales distintos, y esta última no iba a ser menos, te preguntarás cuál es, pues muy sencillo: el FACTORING.
Por si no sabes lo que es, te explico:
Una empresa solicita el adelanto de pago de una factura, ya que esta empresa puede que cobre a los 60 días, por ejemplo.
Una entidad acreditada valora la empresa que tiene que pagar y fija un rating de solvencia.
La entidad paga a la empresa que solicitó el adelante de la factura, que será un importe menor al que venga en factura, es decir, con descuento, y será esta empresa que realiza el pago quien recibirá en los posteriores 60 días el principal de la factura.
De esta forma la empresa principal no se ve perjudicada en su tesorería y puede seguir con su actividad sin que su circulante se vea perjudicado.
Pues esta actividad hoy en día es accesible para el inversor particular con pequeñas aportaciones que pueden ir desde los 50€ y poder así diversificar un poco más su portafolio conservador.
No es apto para todos los perfiles conservadores, generalmente este tipo de factoring es con empresas grandes y reconocidas, donde la rentabilidad no es enorme pero si interesante para complementar con la deuda país y corporativa.
En el siguiente artículo que vendrá hablaré sobre cómo organizaría yo realmente un porfolio conservador usando más productos a parte de los mencionados en estos 3 últimos artículos.
Para empezar debemos entender que cada una de las propuestas es con espacios temporales distintos, y esta última no iba a ser menos, te preguntarás cuál es, pues muy sencillo: el FACTORING.
Por si no sabes lo que es, te explico:
Una empresa solicita el adelanto de pago de una factura, ya que esta empresa puede que cobre a los 60 días, por ejemplo.
Una entidad acreditada valora la empresa que tiene que pagar y fija un rating de solvencia.
La entidad paga a la empresa que solicitó el adelante de la factura, que será un importe menor al que venga en factura, es decir, con descuento, y será esta empresa que realiza el pago quien recibirá en los posteriores 60 días el principal de la factura.
De esta forma la empresa principal no se ve perjudicada en su tesorería y puede seguir con su actividad sin que su circulante se vea perjudicado.
Pues esta actividad hoy en día es accesible para el inversor particular con pequeñas aportaciones que pueden ir desde los 50€ y poder así diversificar un poco más su portafolio conservador.
No es apto para todos los perfiles conservadores, generalmente este tipo de factoring es con empresas grandes y reconocidas, donde la rentabilidad no es enorme pero si interesante para complementar con la deuda país y corporativa.
En el siguiente artículo que vendrá hablaré sobre cómo organizaría yo realmente un porfolio conservador usando más productos a parte de los mencionados en estos 3 últimos artículos.
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