Ayer leía un post sobre cómo deberíamos hacer las cosas sólo por divertimiento. Cuando hacemos las cosas sin expectativas, sin metas, simplemente las hacemos y nos divertimos en el proceso. Puedes leer el artículo completo aqui.
Por ejemplo, si nos proponemos en un fin de semana subir a una montaña, y el segundo día, por circunstancias tales como cansancio, o porque simplemente hemos encontrado un hermoso sitio para acampar, decidimos no continuar... ¿sería eso un fracaso? Si uno se marca el objetivo de llegar a la cima, entonces sí. Mientras que si uno no se marca objetivos y simplemente nos dedicamos a disfrutar del momento, nunca puede haber fracasos....
Todo muy bonito. Pero mi duda es, ¿habría llegado el hombre ha donde ha llegado si no tuviera la disciplina y la perseverancia para conseguir los objetivos propuestos? ¿Habría conseguido Baumgartner su gran salto sin esos 5 años de dura preparación? Quizá, si sólo lo hubiera hecho por diversión, al mínimo sufrimiento lo habría dejado.
Entonces aquí podríamos entablar un debate. ¿Nos debemos marcar objetivos o No debemos hacerlo y así nunca fracasaremos?
Algo me dice que lo ideal sería un punto intermedio: Marcarse objetivos y disfrutar el camino. Pero muchas veces, ese camino puede ser espinoso, y si uno quiere alcanzar sus metas le tocará sufrir... lo cual iría en contra de esa filosofía zen.
¿Tú qué opinas? ¿Objetivos o Diversión?
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Sergio Nozal
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