Cuantos cambios se me antojan, cuantos tumbos en el horizonte, gurús de las tendencias, antes consejeros de promotoras.
Al son de la vida es una tombola, de luz y de color. Quiero haceros reflexionar, lo fácil que es marcar una moda, en unos momentos, en los que la gente solo piensa en el día a día.
Los promotores dejaron el ladrillo, por el pladur, para posteriormente acabar en el hormigón prefabricado. ¿quisieron correr mucho?, o ¿quisieron beneficiarse en demasía?.
Ambas afirmaciones son positivas, pero los que tienen delito son los consejeros, que además de llenarse los bolsillos, han llevado a las constructoras a la desoladora quiebra.
En el otro lado de la baraja está el sistema bancario, símbolo de la bonanza, del crecimiento sin fin, así como casi tan desdichado como las promotoras, eso si con el voto de gracia del ojo político. Ayudas si fin para un sector donde nuevamente los consejeros, en busca del premio más alto de la tombola, pusieron sus carnes en un mar plagado de tiburones sin escrúpulos.
Las decisiones las pagaremos todos, de forma directa por la no financiación, así como la indirecta por las ayudas, que las pagaremos bien pagadas.
Lástima que para ser consejero de estas compañías además de tener una familia de postín, tienes que tener oídos sordos, y ojos con cataratas. Por que la que venía, se podía haber visto.
Las modas de los crecimientos prudentes, dieron paso a los crecimientos de dos dígitos, eso era insostenible, los objetivos se amplían con cada vez más mentiras, y las mentiras daban paso a productos más sofisticados e inexplicables.
Las tombolas vendían unos regalos, que no eran más que boletos que daban una opción de un premio, la pericia de los vendedores los convertía de papelitos a extraordinarios premios, la maldad de otros lo convertía de extraordinarios premios a la opción de quedarse toda la tombola. A fín de obtener el objetivo del día que era vender el 20% más de papeletas que las del día anterior. Incluso a sabiendas que era insostenible.
Espero que al menos, dado que lo ayudado nos va a hacer menos ricos, que aprendan la lección, por que sino hay dos sin tres. Que a la tercera la vencida y que la tombola la pague quien la monte. Si eres capaz de vender 5 veces la tombola que alguien se lo impida.
Saludos y buena semana santa.