El problema, radica en que la liquidez a L.P., escasea, es decir, hasta la fecha las entidades financieras, realizaban colocaciones a 3 o 5 años, de cédulas hipotecarias, titulaciones de activos, que permitían una financiación largoplazista. Si bien en la actualidad la financiación más habitual es diaria o bien Semanal.
Por lo que con eso cierran los compromisos, de vencimientos, salidas, etc, pero no prestan.
Las mesas de tesorería tienen que trabajar más arduamente, y el banco no quiere prestar a clientes a largo plazo, porque no sabe si las posiciones de liquidez van a poder ser cerradas en un futuro.
Además unas entidades a otras no se prestan por qué se perdió la confianza, con ello el sistema se ve interrumpido. Los últimos capítulos de crisis subprime han provocado una mayor desconcierto, así como han interrumpido el flujo de operaciones de titularización, por que se han descubierto activos tóxicos.
Las mesas de tesorería tienen que trabajar más arduamente, y el banco no quiere prestar a clientes a largo plazo, porque no sabe si las posiciones de liquidez van a poder ser cerradas en un futuro.
Además unas entidades a otras no se prestan por qué se perdió la confianza, con ello el sistema se ve interrumpido. Los últimos capítulos de crisis subprime han provocado una mayor desconcierto, así como han interrumpido el flujo de operaciones de titularización, por que se han descubierto activos tóxicos.
Con ello el estado presta el aval para que puedan obtener financiación, así como compra activos a las entidades. Pero eso cubre sus posiciones y poco más.
Si se dan operaciones, pero el criterio de riesgos es el que ha variado. Se piden más garantías así como mayores diferenciales.