Durante toda una semana de las vacaciones de verano de 2009 me tocó aguantar las disquisiciones de un amigo sobre la muerte, tema que como el lector bien puede imaginar no es uno de los que más apetece frecuentar cuando se está de asueto y holganza.
Al parecer hay un pico estadístico de mortalidad cerca de la edad de 50 años, y este buen y preocupado amigo no estaba muy lejos de cumplirlos, de manera que se entretuvo en contarme numerosos casos de amigos, familiares, conocidos, parientes lejanos o vecinos suyos que habían muerto o se habían enfrentado a la muerte bajo diferentes sucesos y perspectivas, desde el infarto de miocardio hasta distintas modalidades de cáncer, pasando por disgustos sobrevenidos y accidentes varios.
Si hay algún lector del blog en esa franja de edad próxima a los 50 años que tenga una preocupación semejante, o que quizá vivía tranquilo en el desconocimiento y ahora se puede sentir preocupado –cosa que lamentaría, sobre todo si es hipocondríaco–, hay que decirle que cuenta con una gran ventaja: si supera esa edad crítica, probablemente vivirá otro buen número de años sin mayores cuitas que los achaques propios de cada edad. Y escribo probablemente con toda la intención, para que no se olvide que éste es un blog sobre inversiones, especulación, futuros, acciones, bolsas, mercados, control y gestión del riego... Probabilidades, en definitiva.
Todo lo anterior viene a cuento de que con los blogs bien podría suceder algo parecido. Hay una zona crítica cerca de los 150 post. El lector escéptico o directamente incrédulo puede echar una ojeada a la lista de usuarios de Rankia a modo de constatación. Pues bien, esta bitácora lleva más de 150 entradas publicadas, 146 de ellas recogidas en titulares de Rankia. No son muchos los que llegan a ese punto y no son muchos los que lo sobreviven. Aunque también parece ser que los que superan tal barrera gozan de una revitalizada salud.
En fin, que desde aquí me gustaría dar las gracias, por un lado, a Fernan2, Jaimarca y Miguel Arias, por facilitarme los comienzos; y, por otro, a todos aquéllos de ustedes, que se han pasado por el blog, lo han leído, lo han comentado, y lo han recomendado, haciendo su continuación agradable y posible. La escritura de este blog es una labor sin mayor recompensa que el aliento que el lector muestra. Y por eso no me gustaría dejar pasar la ocasión de nombrar a Miguelhernandez y Lizpiz, que han sido una fuente de estímulo permanente para publicar y para saber que hay alguien al otro lado, y me parece justo agradecérselo especialmente.
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