Si lo esperaba cerca de 11.800 era porque la inmensa mayoría de los índices occidentales iban a terminar la década con rendimiento negativo, y no pensaba que el creador de mercado del Ibex tuviera el descaro de procurarle un retorno final mucho mayor, y también porque creía que el cuidador no se iba a resistir a dejar una vela doji de onda alta de este tipo. He aquí la explicación y he aquí en qué cosas tan chuscas se pueden basar algunos pronósticos.
- La opción más segura consiste en abrir posiciones vendedoras cuando se produzca un cierre por debajo de los mínimos de la figura.
- La opción más agresiva y especulativa supone vender una vez que se ha terminado de formar la vela.
En ambos casos el stop de protección debería estar situado sobre los máximos de la figura; es decir, por encima de 16.000, lo que arroja una pérdida potencial difícilmente asumible y convierte a la vela prácticamente en inoperativa; a diferencia de otras señales de medio y largo plazo, bien sean semanales, mensuales o trimestrales, ya mostradas en el blog. Otra posibilidad distinta sería tomar el doji como referencia y ajustar el stop en escalas temporales inferiores.
En segundo lugar, voy a rescatar el gráfico de la avena, a añadir el del cobre y a hacer mención de un dicho algo pícaro referido a las velas japonesas, que alude a que normalmente se tiende a buscar las grandes colas. Tanto en un gráfico como en otro se observa cómo la vela que sigue a un doji de onda alta con sombras, mechas o colas muy grandes tiende a moverse dentro del rango establecido en las mismas. Es decir, se acostumbra a buscar la zona de máximos y de mínimos previos y suele costar bastante superarlos.
En el caso del Ibex, por consiguiente, se podría esperar cierta volatilidad dentro de ese rango, y que se terminara el periodo con un retorno pobre o negativo. En ese posible escenario, sería muy interesante comprar lo más cerca de la zona 5.300-6.700 y vender lo más cerca posible de la zona 15.000-16.000; sin obviar que se trata de un plazo de 10 años.
Para terminar, conviene reparar en el gráfico del cobre. A pesar de que el recorrido del precio del futuro del cobre ha estado correlacionado en los últimos años con los mercados de renta variable, de que su evolución ha sido muy parecida a éstos en 2009, y de que apunta en este momento a una corrección, la vela que ha dejado en el dibujo de la década es magnífica y apunta a tratar de buscar precios bajos de compra con vistas a un medio-largo plazo.