Alguna vez he comentado que el
Ibex provoca una
visión distorsionada del mercado en el inversor español, conduciéndole tanto a picos de euforia como a simas de pesimismo; de ahí que sea recomendable echar un vistazo a otros índices.
Dentro del movimiento lateral desarrollado en los últimos meses por los selectivos europeos cabe distinguir una ruptura alcista falsa coincidente con la estacionalidad positiva de la Navidad y el rally de final de año, así como un posterior peor comportamiento relativo del Ibex frente a otros índices que todavía no han perdido los mínimos de septiembre como el Cac 40 francés, el Ftse 100 británico o el Dax 30 alemán.
El ejemplo de los índices norteamericanos es todavía más
significativo, dado que la última parte de su recorrido alcista ha sido más firme y mayor y mantienen una notable distancia respecto a los mínimos de septiembre.
Asimismo se puede diferenciar un primer bloque de 3 velas bajistas consecutivas, con máximos, mínimos y cierres inferiores a los de las velas precedentes, seguido de cierta pausa consolidativa de los descensos y un escaso repunte, y después de una prolongación del movimiento bajista en curso en un segundo bloque de 3 velas.
También en esto salen los índices norteamericanos nuevamente beneficiados en la comparación, rematándose el
segundo bloque con velas de tipo
martillo que apuntan a una nueva fase de pausa y que incluso podrían permitir un cierto optimismo de cara a un repunte. En el caso del
Dow Jones, a la pauta
candlestick de tres
cuervos negros y a la pausa con mínimo avance, le sigue un martillo que le ha permitido cerrar la semana sobre los psicológicos 10.000 puntos. El
Nasdaq 100, por su parte, ha conseguido cerrar incluso sobre los mínimos de diciembre, tras haberse comportado mejor durante toda la subida.
Volviendo al
Ibex, el movimiento de paréntesis se produjo sobre la banda inferior del megáfono y la media de 200 sesiones, como se señaló desde el blog, pero la
reseñada fuerza bajista era muy acusada y la pérdida de esa zona ha contribuido a acelerar los descensos. De hecho, el segundo bloque de tres velas ha sido demoledor y ha perforado el nivel de los 10.500 como si fuera de mantequilla. La cotización ha caído hasta la zona de soporte mayor localizada en el entorno de los 9.800 puntos, que de momento ha servido de fiel apoyo y debería ayudarlo a rebotar.
Ante tal comportamiento y tamaña debilidad, el lector más inquieto podría formularse dos preguntas. La primera es si será el Ibex una vez más el abanderado del movimiento y el que esté prediciendo el camino. La segunda es si los demás índices se deciden a enfrentar sus zonas de soportes mayores, visto lo visto, ¿hasta dónde podría llegar el Ibex?