A medida que la crisis financiera hierve a fuego lento y el proceso de creación de crédito sigue lento, no es sorprendente que el descenso de los precio inmobiliarios se haya convertido en una norma. Con las familias sufriendo la denegación del acceso a créditos hipotecarios y con el precio de las viviendas generalmente elevado en relación con los ingresos y rentas, el mercado inmobiliario se ha quedado sin oxígeno.
Aquellos países donde los préstamos especulativos se habían convertido en endémicos y donde la contracción crediticia ha sido fuerte es donde han sufrido más. El valor de las casas en Irlanda han descendido un 50% en los últimos 5 años mientras que en España ya han caído un 20% a la vez que el declive continúa. En un amplio número de economías avanzadas los precios están descendido. En EEUU por ejemplo, el Case-Shiller composite index que analiza el precio de las casas en las 20 mayores ciudades registró una disminución del 3.7% en el año hasta Noviembre, un descenso acumulado desde el pico de 2006 de casi un tercio. En el Reino Unido los precios cayeron un 2% en los dos últimos meses (según Halifax Building Society), un declive del 20% desde el pico de mitad de 2007. Los precios en Australia, a pesar de ser todavía increíblemente caras, han bajado un 5% a lo largo del último año. En China el precio de la vivienda ha caído por quinto mes consecutivo en Enero mientras que en Hong Kong los precios se han desplomado un 6% desde mediados de 2011.
Abróchense los cinturones porque el credit crunch será más duro este año, los precios de la vivienda alrededor del mundo caerán más. Ha habido algunas excepciones de momento ( Sudáfrica, Singapur y Suecia por ejemplo), pero son pocos y distantes entre sí.