Los números del PIB de hoy confirman que la economía americana terminó el año pasado con unos números decentes (2.8% anualizado), a pesar de que estuvo por debajo de las expectativas. Sin embargo, el patrón de crecimiento es tal vez más un poco más preocupante. La acumulación de inventarios representó casi tres cuartos del incremento de la producción. Mientras tanto, el consumo por parte del Gobierno correspondió a un 1% con las exportaciones netas retrocediendo, aunque únicamente un 0.1%. La posible corrección de los inventarios junto con un nivel de consumo decepcionante sugiere que EEUU tendrá dificultades para mantener esos niveles de producción en el primer trimestre. Este punto de vista está respaldado por el hecho de que el ahorro se redujo en el cuarto trimestre para conseguir este crecimiento del consumo. No es un patrón sano en un sector que todavía debe desapalancarse.
La Fed, hasta cierto punto, ha anticipado esto, con la extensión del plazo para el cual entiende los tipos estarán en cero (desde mitad de 2013 hasta el final de 2014) y apunta que más QE puede estar en camino. Como hemos apuntado a principios de semana, este intervencionismo contrasta con el relativo inmovilismo del BCE, más incluso viendo como la Eurozona se encamina hacia la recesión. La Fed reconoce que el ajuste en el balance del sector inmobiliario está en proceso y, a pesar de que los números son esperanzadores, hay poco tiempo para la complacencia con respecto a las perspectivas del año próximo. El dólar está, comprensiblemente, más débil como hemos visto en el declive de un 2.7% en el dólar index desde máximos a inicios del mes.