La negatividad de los comentaristas financieros que se desprende de la reunión del miércoles del Foro Económico Mundial en Davos ha afectado a la moneda única. George Soros declaraba que los Gobiernos europeos “han hecho todo mal” y que si el euro colapsara sería una catástrofe para la economía global. Kenneth Rogoff escribió el euro “ como una casa de reinserción que no funciona” (“Halfway house” en inglés). Angela Merkel ha reiterado que los desequilibrios en Europa deben ser corregidos mientras que Lagarde incidía en que los acreedores del sector público deberán participar en la reestructuración de la deuda si la contribución del sector privado no fuera suficiente.
Curiosamente, los comentarios de Lagarde generaron una rápida replica por parte del BCE. El BCE continúa firmemente contrario a cualquier reestructuración de su deuda, la cual afirma haber adquirido por motivos puramente de política monetaria ( y más concretamente para corregir la ineficacia de los políticos europeos a la hora de acordar un pacto con la suficiente urgencia que hiciera frente a los problemas de deuda griegos). La semana pasada, Mario Draghi dijo que el BCE no era una de las parte involucradas en las discusiones sobre la reestructuración de la deuda griega.
En medio de informes sobre un descarrilamiento de la deuda griega, destaca la exposición hecha por el Kiel Institute en la que puntualizaba que la carga de la deuda de Grecia continúa siendo “insoportablemente elevada” aún cuando los acreedores del sector público accedieran a participar.
Por segunda vez en días consecutivos, el euro alcanzó 1.3050 para caer durante el curso de la mañana debajo de 1.2950 como consecuencia de los comentarios provenientes de Davos. Estamos asistiendo a una auténtica guerra entre short-coverers y fondos soberanos por un lado y corporates y leverage funds por otro.