España se encuentra en una situación financiera muy complicada actualmente, situación que necesitará de un largo tiempo para rectificar. No ayuda tampoco los signos de que su economía está de nuevo en recesión. Según el Banco de España, el crecimiento se contraerá un 1.5% este año. Para los ministros responsables de colocar a España en una situación fiscal más sólida, su labor se ha vuelto más complicada al tener que alcanzar el déficit fijado de 4.4% del PIB lidiando con un déficit del 8% registrado en 2011. A pesar de que Rajoy ha anunciado un paquete de medidas de austeridad de EUR 15 bln, debemos esperar todavía 2 meses para ver un presupuesto más en detalle.
Preocupantemente, pudiéramos ver aparecer algunas fricciones entre los 2 ministros a cargo de corregir el balance. La semana pasada Montoro solicitó a la UE que relajara el objetivo de déficit del 4.4% argumentando que era irreal. Sin embargo, ayer el Ministro de Economía Luis de Guindo remarcaba el fuerte compromiso de España con la austeridad. La semana pasada Saenz de Santamaría declaró también la determinación de España para alcanzar el objetivo fijado.
Es posible que dichas posiciones no sean necesariamente contradictorias. El nuevo Gobierno español parece estar comprometido con la consolidación fiscal pero se percibe también un reconocimiento de que demasiada austeridad puede poner en riesgo la economía y precipitarla en una espiral peligrosa.