Para empezar el análisis, conviene recordar que como inversores podemos pasar por varios niveles a lo largo de nuestra vida. También es posible que actuemos de forma distinta según la situación o las recientes experiencias, lo que hará que estemos en varios niveles a la vez sin un rumbo o nivel fijo. Sin embargo, como es evidente para aquellos que tratamos de analizar la sociedad, es muy habitual para la mayoría de las personas estancarse en un mismo nivel (sobre todo inversores de niveles inferiores al 4). El lugar que cada inversor ocupará a lo largo de su vida será definido por sus hábitos, creencias, preparación, aprendizaje, humildad, disciplina, esfuerzo, imponderables y muchas cosas más.
Personalmente, me parece absolutamente revelador la forma en la que John Burley ha conseguido demostrar cómo nuestros hábitos y nuestras creencias acerca del dinero influyen en el sitio que ocupamos en la vida y el resultado que obtenemos como inversores. Es fundamental que cada uno de nosotros sea consciente de este vínculo y sepa reconocer sus debilidades y carencias para poder cambiarlas y mejorar su rendimiento como inversor.En líneas generales, dicha tipología nos parece muy válida para describir y clasificar perfiles de inversores con los que nos podemos encontrar en nuestro día a día, aunque evidentemente nos gustaría hacer varias observaciones al respecto. Para organizar mejor estas observaciones, analicemos los tipos de inversores nivel por nivel comentando aquellos detalles que nos parecen importantes:
Niveles 0, 1 y 2: Inversores inexistentes, consumistas a crédito y ahorradores
Nivel 3: Los inversores pasivos
Es evidente que gestionar la totalidad de un patrimonio utilizando las estrategias o las creencias de los "escépticos" o "víctimas" sería un grave error. Sin embargo sí es cierto que esa mentalidad puede utilizarse para una parte del patrimonio siempre y cuando mantengamos una proporción correcta. Por ejemplo, nos parece adecuado ser algo escépticos a la hora de diseñar las estrategias de inversión y evaluar los riesgos para la parte del Balance Vital que nos tiene que proporcionar los medios necesarios para cubrir los gastos de la familia. Ser un tanto escépticos nos permitirá ser más rigurosos a la hora de minimizar los riesgos y asegurar de esta forma el blindaje de esta parte de la fortuna.De la misma forma, especular con una pequeña parte del patrimonio, destinado especialmente a inversiones de este tipo, aunque quizás sin saltar tanto de inversión a inversión como lo hacen los "víctimas", también puede ser una estrategia provechosa, siempre y cuando se respete y se conserve la proporción adecuada y, por supuesto, no se descuide la formación continua.
Nivel 3-A: Los "refugiados"
Por nuestra propia experiencia sabemos que hay personas, como artistas o deportistas, que no saben ni quieren aprender nada acerca del dinero y de las inversiones. Además, desviar su atención y concentración de su carrera profesional es algo que muchos profesionales de élite e incluso algunos más mediocres no se pueden permitir porque su rendimiento se vería fatalmente afectado y los relegaría a la mediocridad profesional. Una gestión patrimonial realizada por una persona de este tipo realmente puede ser desastrosa para su fortuna y para su carrera, y es evidente que confiarla a un profesional adecuado sería infinitamente más razonable. El problema, en su caso, es que hoy en día es cada vez es más difícil encontrar profesionales que cumplan con los requisitos necesarios para que se les pueda confiar la gestión del patrimonio de una familia. Desde nuestro punto de vista, los tres pilares obligatorios para cualquier profesional no son otros que la Honestidad, la Competencia y la Independencia. Haced la prueba de pasar por este simple triple filtro a los profesionales de gestión patrimonial que conocéis y veréis, si sois rigurosos, como la lista de los que superan esta criba es vergonzosamente reducida.Nivel 3-B: Los escépticos
Creemos, además, que los escépticos cumplen otra función positiva: recordarnos que jamás debemos perderle el respeto a una inversión. Evidentemente, no debemos permitir que el miedo se apodere de nosotros y paralice nuestras capacidades de crear o encontrar inversiones interesantes. Aún así, los escépticos a nuestro alrededor deben de servirnos de contemporizador ante la tentación de perder la humildad frente a las inversiones y, en consecuencia, acabar formando parte del grupo de los "víctimas".Cierto escepticismo es necesario, sobre todo si el inversor en cuestión no tiene el rigor necesario para ser un inversor del nivel 4, y mucho menos para avanzar hacía el nivel 5. Esforzándose para adquirir la disciplina necesaria a la hora de gastar e invertir, con el tiempo debemos ir abandonando el escepticismo a favor de los hábitos de niveles 4 y 5. Pero si no somos capaces de hacerlo, es mejor ser un "escéptico" frente a la posibilidad de destruir un patrimonio como un falso "inversor activo". No obstante, no debemos perder la humildad ante las inversiones y los mercados aunque alcancemos los niveles más altos.
Nivel 3-C: Los víctimas
Nivel 4: Los inversores automáticos
Sin embargo, el hecho de que idear y realizar un sistema así sea simple, no significa que sea fácil. Sea cual sea el sistema que elijamos para este fin, muy pocas personas tienen el rigor y la disciplina necesarios pare llevarlo a cabo. Las tentaciones que abundan en el mundo de hoy o las desgracias que ocurren a nuestro alrededor a menudo nos hacen cuestionar la conveniencia del sacrificio que sólo nos permitirá obtener resultados a largo plazo.
Esta tarea se vuelve más difícil aun para familias no acomodadas con ingresos medios o bajos. La utilización de un sistema de gestión de finanzas personales que incluye la separación de un 10% para las inversiones y otra cantidad para el ahorro significa un sacrificio constante durante muchos años. Se hace complicado no perder el horizonte y continuar haciéndolo con la idea de obtener frutos dentro de 20-30 años. Aunque, por otro lado, ¿cuántas posibilidades tiene una familia de pocos ingresos de conseguir la libertad financiera o recabar un patrimonio importante? Hay muy pocas vías para alcanzar este milagro y ésta es una de ellas a pesar de sus dificultades.


Muchos de ellos no cuentan con el rigor y la disciplina propia de inversores del nivel 4, y además nunca se han preocupado por la gestión de finanzas personales. Sus gastos suelen ser elevados pero no suelen ser conscientes de sus hábitos de consumo.
Tal y como menciona John Burley, una de las motivaciones para los capitalistas del nivel 6 es la de dejar un legado a la sociedad. Por nuestra parte, nos enorgullece decir que para nosotros como Family Office una de nuestras mayores satisfacciones es ayudar a que los inversores del nivel 4 y 5 también puedan (si así lo desean) contribuir a la sociedad y dejar un legado, ayudándoles a vehicular y estructurar sus inquietudes filantrópicas. Hemos comprobado a través de los años que esta labor produce en la mayoría de las familias una felicidad muy superior a su propio coste, satisfaciéndoles incluso más que una inversión exitosa.