Si sabes cuál es tu misión en este mundo, has marcado tus metas y objetivos financieros y has diseñado un plan que te lleve desde donde te encuentras en este momento hasta donde quieras llegar, bien hecho. Solo te faltará entonces perseverar hasta conseguirlo...
Perseverancia, la más importante de las virtudes, es lo que separa a los ganadores de los perdedores. Los primeros empujan y empujan. Cuando las cosas van bien empujan, cuando las cosas van mal, empujan todavía más.
De poco nos servirá tener objetivos, metas, aspiraciones o anhelos si a las primeras de cambio, ante cualquier dificultad, tropiezo o fracaso temporal abandonamos. La mayoría de la gente tira la toalla justo en el peor momento. Lo hacen cuando de haber aguantado un poco más, otro pequeño empujón y hubieran conseguido todo lo que deseaban.
Quizás la culpa de esto la tengan el temor y el miedo. Temor al rechazo, miedo al fracaso, e incluso en algunas ocasiones al éxito en sí mismo. No debemos permitir nunca que el miedo se interponga en el camino hacia nuestros sueños. Los límites que este impone son tan solo ilusiones, somos nosotros los que hacemos que se conviertan en realidad. No podemos pensar:
¿Qué pasará si esto no funciona?
Si sientes pasión por lo que haces, (invertir en bolsa, enseñar finanzas personales o lo que sea que hagas) lo das todo y no te rindes, no hay duda de que lo conseguirás; tarde o temprano lograrás el éxito. No hay ningún secreto en ello, no existe ninguna fórmula mágica. Sólo dedicación, trabajo duro, una correcta mentalidad, avanzar en la dirección adecuada y perseverar hasta triunfar.
En cierta ocasión leí:
"Vive tus sueños o vive tus miedos"
Cuando no estamos persiguiéndolos, estamos literalmente cometiendo suicidio espiritual...
Para conseguir cualquier cosa que valga la pena en esta vida, debemos de desarrollar la clase de actitud que hace mirar al fracaso y al miedo a los ojos para gritarles: ¡esta vez no, no conmigo; este es mi momento, no podrás detenerme; no me rendiré, no me vencerás, voy a intentarlo una y otra vez, una y otra vez, no pararé hasta que no haya quedado ni un solo muro en pie!
Esa clase de actitud es la clave, el talento y el conocimiento por sí solos no podrán hacer que alcancemos nuestros sueños.
Sólo la perseverancia tiene este poder; sólo si perseveramos llegaremos a nuestro destino.
Saludos.