Un amigo me ha pasado esta imagen que le viene de perlas a una entrada que escribí hace poco y me apetecía compartirla. Aunque no esté directamente relacionado se me vienen a la cabeza una serie de anécdotas que he vivido en el aula, concretamente tres que me hicieron meditar:
1. Caso hace un par de años en que un alumno marroquí de 13 años me preguntó si podía quitar el crucifijo de encima de la pizarra porque él era musulmán. Le explico que la cruz forma parte de la cultura española desde mucho antes de que él naciera y que debía estar ahí por una serie de principios éticos y de respeto. Me mira de reojo y murmura algo en su idioma. Cuando le pido explicaciones responde: "Algún día en Al-Andalus volverá a reinar el Islam y os someteremos, me lo ha dicho mi padre".
2. Últimos diez minutos de la sexta hora del viernes. Propongo un debate en clase de 3º de ESO sobre "qué nos deparará el futuro". Los niños se emocionan y comienzan a decir barbaridades: centro de atracciones en la Luna, república, invasión de Marruecos... De repente, un alumno que siempre se sienta en la última banca de la última fila y con nota media de cero levanta la cabeza y exclama: "en el futuro tendremos que pagar las hipotecas de nuestros padres porque han sido gilipollas y han comprado casas a 250.000 €". Se hace el silencio.
3. Clase de economía con 1º Bachillerato. Tema 7: El mercado laboral. Comento la evolución del desempleo en la última década, la situación precaria de la Seguridad Social, el futuro de las pensiones y las políticas de empleo que se han llevado a cabo, Plan E incluido. En un intento de objetividad informativa no utilizo las palabras Zapatero ni PSOE en todo el discurso. Es más, lo cuento como si fuese historia de hace 50 años. Al día siguiente me llama la madre de uno de los alumnos indignada: "Usted no es nadie para condicionar la ideología política de nuestro hijo. No les mienta más en clase y haga su trabajo".
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