Parece que esto de la crisis no pasa de moda y cada día las noticias son más surrealistas. Podría escribir un artículo entero hablando de
los nuevos brotes verdes o de
las nuevas ayudas sociales pero no creo que merezca la pena. Hoy me apetece hablar sobre dos conceptos económicos de máxima actualidad: el madmaxismo y el lonchafinismo.
El madmaxismo podría definirse como el estadio superior al burbujismo. Este término nace en honor a la película Mad Max (donde se mostraba un mundo en decadencia en el que había que sobrevivir como fuese) y hace referencia a distintas técnicas de supervivencia ante la crisis: desde cultivar tu propio huerto hasta comprarte un rifle. Se rumorea que para el caso español la cifra de madmaxistas roza los cinco millones (sí, coincide con la cifra de parados), correspondiendo un importante porcentaje de esta masa a dos perfiles de personas: ex-trabajadores de la construcción que no terminaron la ESO y Pepitos con hipotecas desorbitadas que no pudieron pagar. En ambos casos la medida madmaxista adoptada con mayor frecuencia suele ser volver a casa de los padres.
La historia del
lonchafinismo, mientras tanto, parece un poco más compleja. Todo apunta a que el término fue acuñado en el foro
Burbuja.info, cuando uno de sus participantes observó mientras hacía cola en la charcutería de un conocido hipermercado español como el charcutero preguntaba a todos sus clientes si preferían las lonchas de jamón de york finas o gordas, a lo que la mayoría respondían: "finas no, finísimas". Este hecho se asoció a un intento por sacar el máximo número de lonchas posibles para un mismo peso de jamón de york como medida cutre y socialmente disimulada que ayudase a llegar a final de mes a muchas familias ahogadas por la crisis. El lonchafinista es, por tanto, "aquel que por tratar de mantener una imagen de normalidad y bonanza económica, recurre a la modificación de sus hábitos alimenticios a base de reducir el tamaño y calidad de las viandas en pro de conseguir cierta solvencia monetaria." No falta, por supuesto,
el buen manual lonchafinista.
En definitiva, madmaxismo y lonchanifismo son movimientos fuertemente implantados en la cultura hispanistaní que ganan adeptos día tras día. Si conoces a alguien que presuma de no desayunar en el bar, aguantar los zapatos hasta que las suelas estén combadas, conducir el Ford Fiesta a puntita de gas, rellenar la botella de Lajarón con agua del grifo o aparcar el coche a 200 metros de la casa para ahorra gasolina... no lo dudes, tienes ante tí a un miembro honorífico de la tendencia más "chic" del momento. Y recuerda, madmaxismo y lonchafinismo no son una opción, sino una forma de vida.