¿Nos encaminamos hacia la estanflación?
No es nada descabellado, en la situación económica de España, hacerse esta pregunta, de hecho, ya se oyen voces que no dejan de repetirla, y cada vez, suenan con mayor fuerza, de todos modos, no sería ni la primera vez ni probablemente la última en caso de que ocurriera, ya la sufrimos en los años 70 y en los 80. ¿En qué situación nos encontramos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿existen políticas económicas que puedan dar solución o al menos paliar la gravedad de la estanflación?, a estas y otras preguntas intentaré dar respuesta.Estancamiento
1º) La falta de liquidez del sistema financiero, ya que se ha instalado la desconfianza entre los bancos al no saber entre ellos como están sus balances, debido a las hipotecas suprime, esto ha supuesto un recorte del crédito tanto a familias como a empresas, lo que hace disminuir el consumo y el aplazamiento de inversiones. A este efecto se le ha añadido que el EURIBOR ha ido subiendo desde agosto de 2007, ya qué los bancos son reacios a prestarse entre ellos, por esa desconfianza que existe, por lo que pedir prestado sale ahora más caro, esta subida del Euribor, supone pagar más por las hipotecas que tienen las familias, ya que la mayoría están tomadas a tipo de interés variable, lo cual deja menos para consumir.
2º) La crisis del sector constructor-inmobiliario que ante una escalada desmesurada de la construcción de viviendas, alimentada por la subida espectacular de los precios de la vivienda ha creado un exceso de oferta de viviendas que no será posible eliminar en algunos años, teniendo unos efectos de caída en vertical de la producción de dicho sector, como la construcción supone el 9% del PIB y es intensivo en mano de obra, además de ser generador de demanda de otros sectores, como el mueble, electrodomésticos etc. el efecto sobre la economía tanto en la desaceleración de la riqueza como del desempleo será de gran impacto. Esta disminución de la demanda agregada supone una desaceleración del crecimiento económico muy cercano a la recesión. Tengamos en cuenta, que el primer trimestre crecimos el 0,3% y las cosas en este segundo trimestre van aún peor, por lo que no es descartable encontrarnos con crecimiento negativo en este segundo trimestre. Todo lo anterior supone en definitiva, estancamiento de la riqueza, aumento del paro pero a cambio debería implicar bajada de precios ante la menor demanda agregada.
Inflación
Esta situación puede tener un efecto perverso porque podemos entrar en lo que se llama, espiral salarios-precios (suben los precios - se pide aumento de salario – aumentan los costes – suben los precios) y esto supondría por un lado aumento de la inflación y por otro aumento del desempleo debido al aumento de costes de producción y disminución de la competitividad internacional.
Llegados a este punto, lo que se tiene claro es que la desaceleración de la producción (el PIB), quizás recesión, y el aumento del desempleo es un hecho que estamos inmersos en él. Lo que queda por dilucidar es si estamos también ante una escalada de la inflación, todo dependerá de:
1º) si el efecto contracción de la demanda agregada es superior/inferior al efecto contracción oferta agregada (empujón de costes, vía precios del petróleo y materias primas) tal que, el primer efecto (bajada de precios) neutralice al segundo efecto (subida de precios).
2º) si el componente especulativo que tiene la subida del precio del petróleo y las materias primas se desinfla o estalla.
3º) si se es capaz de evitar la espiral salarios-precios, es decir, en otras palabras, si cada uno de nosotros asumimos que cuando suben los precios del petróleo y las materias primas (casi todo importado) somos todos más pobres, porque si intentamos evitar el coste de la parte que nos corresponde echándolos en las espaldas de otros y estos no se dejan o intentan hacer lo mismo, habremos instalado en la economía dicha espiral, perversa, salarios-precios. Empieza haber indicios de que esto pueda ya estar ocurriendo, sólo hay que echar un vistazo al programa de huelgas de sectores económicos (agricultores, pescadores, transportistas etc.) que intentan evitar la subida del precio de los carburantes y que alguien lo tendrá que pagar, si ese alguien se deja, claro está.
4º) La credibilidad del BCE en la aplicación de la política monetaria, si se instala la creencia en la sociedad de que el BCE va a ser contundente con la inflación, es decir, que subirán los tipos de interés todo lo que haga falta para contener la inflación se eliminará el efecto de las expectativas de subidas de precios, lo que esto supone para que los agentes, que tienen que negociar salarios-precios. Hasta ahora, ese es el mensaje que quiere hacer llegar el Gobernador del BCE y parece que lo puede conseguir, de hecho, ya ha amenazado que podría subir los tipos para el mes de julio independientemente de que la economía esté muy mal.
Política económica para luchar contra la estanflación
Y qué le quedaría al Gobierno por hacer en esta situación, poca cosa a corto plazo, muchas cosas para el largo plazo. Intentar reactivar la demanda agregada con políticas keynesianas de corto alcance (como los 400 euros) son, pan para hoy y hambre para mañana, no tendrían ningún efecto, los empresarios no se van a arriesgar a emprender proyectos de inversiones si sus expectativas del futuro de la economía son negativas, por muchos cuatrocientos euros que haya.Ahora bien, se debería aprovechar la situación de crisis para realizar políticas de oferta, que tienen sus efectos a largo plazo en producción y empleo, y así, estar en condiciones óptimas de despegue cuando esta crisis acabe, dichas políticas deberían incluir, entre otras, fundamentalmente: la liberalización de los mercados, la flexibilización del mercado de trabajo, la modernización y ampliación de las infraestructuras, abrir los mercados a la competencia, incentivar la investigación y la innovación, adaptar la enseñanza a las nuevas realidades empresariales, mejorar y optimizar las telecomunicaciones y dirigir un plan energético creíble que elimine en parte la dependencia con el exterior.
Corren malos tiempos, estamos caminando hacia la recesión, lo único que cabe esperar es salir de ella lo antes posible y para ello, es condición necesaria aunque no suficiente, no realizar políticas erróneas que nos llevarían a alargar la agonía aún más.