Los mercados han vivido hoy una sesión diametralmente opuesta a la de ayer, al cambiar radicalmente el signo de los acontecimientos en el conflicto de Ucrania y Rusia, convertido en el principal catalizador en estos momentos.
Antes de que abrieran las plazas europeas, Putin mandaba regresar a los cuarteles a los efectivos rusos desplegados en la zona de Crimea, y generaba una apertura claramente al alza de las bolsas europeas, mientras que la bolsa rusa, que ayer se dejó más de un 10%, subía con fuerza.
Al comienzo de la tarde, el premier ruso comparecía en público para transmitir dosis adicionales de tranquilidad que aceleraban las subidas.
La mayor parte de los activos cotizados han deshecho los movimientos realizados ayer.
Las bolsas han recuperado holgadamente los puntos que perdieron (en la mayoría de casos cerrarán por encima de los niveles de apertura de ayer), el oro y el petróleo perdían las posiciones ganadas ayer, la deuda periférica volvía a ganar posiciones frente a la más segura (pese al ambiente de tranquilidad reinante tanto ayer como hoy), y en el mercado de divisas, la preferencia de divisas cíclicas frente a las divisas refugio se volvía a imponer.
Con alta probabilidad, el principal selectivo de Wall Street alcanzará al cierre de hoy un nuevo máximo histórico, motivado por el paso dado en la superación de la crisis ucraniana.
Esta doble circunstancia constituye un fuerte aliciente para que continúen las subidas a corto plazo, pese al carácter claramente reversible de la mejoría en el conflicto ucraniano.
Quedan citas muy importantes esta semana, como la reunión del BCE (en relación a la cual el mercado tiene descontado que no se va a anunciar novedad alguna), y el dato de empleo de EE.UU. (relacionado directamente con el ritmo del tapering, después de que la semana pasada los mercados vieran guiños en las palabras de Yellen en el Senado hacia la posibilidad de ralentizar la reducción de las inyecciones).
La interpretación que el mercado dé a estos dos acontecimientos no está demasiado clara. Si se confirma que el BCE no toma nuevas medidas, podría darse una pequeña decepción, dentro de que esa es la opción que se presupone. Pero si hubiera sorpresa, el mercado podría celebrarlo, o bien, preocuparse por la mala situación económica que justificase tal anuncio (como ya ocurrió con la última bajada de tipos por sorpresa). Algo parecido ocurre con el dato de empleo de EE.UU., pero aquí sí que existe una pauta estadística clarísima que apunta hacia las subidas con independencia del signo cualitativo del dato (que es lo que ha ocurrido en 14 de las últimas 15 publicaciones).
En cualquier caso, la condición necesaria para que se proyecte un nuevo tramo de subidas (que llevarían al Ibex 35 a sus máximos anuales) se ha dado en la sesión de hoy.