Vivimos inmersos en una realidad que nos abruma y nos supera. Donde no vemos mas allá de los problemas del día a día. Desempleo, impuestos, deudas, déficit, impagos… una avalancha de datos negativos que ahogan nuestras esperanzas. Es un escenario de destrucción que nos arrastra al pesimismo.
Siempre se ha dicho que las épocas de cambio, son tiempo de oportunidades. La historia está ahí para corroborarlo. Crisis ha habido siempre y las seguirá habiendo. Pero todas ellas han sido y lo serán en el futuro, el origen de la transformación del entorno que nos rodea.
Ese pensamiento es el que cualquier inversor y emprendedor debe tener en su cabeza. Ya que enfocar el pensamiento a los problemas presentes y no imaginar las oportunidades del futuro, conduce a una toma de decisiones equivocada.
Anticiparse a las necesidades del futuro es la clave para conseguir éxito en el presente. Dado que soñar no cuesta nada (al menos de momento) imaginemos como serán los negocios y las inversiones más rentables del futuro. Aquí van unas cuantas ideas.
Hay al menos cuatro grandes campos en los que es posible predecir que será necesaria una gran evolución y transformación. Estos son: Energía, salud, nuevas tecnologías y alimentación.
Si hacemos prospección de un escenario futuro debemos de asumir que los elementos comunes que van a marcar la diferencia en todos los casos son el crecimiento poblacional, los desequilibrios en la asignación de recursos y la escasez de determinados recursos. Los problemas económicos de siempre pero con nuevos protagonistas.
Se prevé que en 2040 alcancemos los 8.000 millones de habitantes. Con el ritmo de consumo y población actual, sabemos que en 2025 tendremos serios problemas de abastecimiento en energías tradicionales como el petróleo. Lo mismo ocurre con determinadas materias primas. Es necesario un cambio de modelo productivo, orientado a al desarrollo y descubrimiento de nuevos materiales.
Las compañías energéticas y de consumo cíclico jugaran un papel relevante. El coche eléctrico ya está aquí. Consigo trae nuevos negocios como las electrolineras. Pero hay otros medios de transporte que también necesitarán transformarse. Puede que los aviones vuelen con placas solares y que los barcos naveguen con una mezcla de energías como la solar, eléctrica y reposten en estaciones mareomotrices.
Los avances en medicina, la prolongación de la esperanza de vida y el incremento poblacional incorporan la necesidad de desarrollar una infinidad de servicios orientados al cuidado y consumo de la que será el grupo demográfico mayoritario en el futuro. Cada vez mas ancianos y menos jóvenes. Tratamiento de nuevas enfermedades, asistencia y dependencia, etc.
La alimentación también jugará un papel importante. Las fuentes de alimentos tradicionales se verán colapsadas. Pesca, agricultura y ganadería. Se extenderá la acuicultura y la producción de alimentos sintéticos de laboratorio. Las farmacéuticas darán al salto al sector de consumo alimenticio con alimentos terapéuticos. La grandes plagas de nuestra humanidad se convertirán en enfermedades cronificadas (cáncer, sida, alzhéimer…)
El cambio climático influirá en la escasez de recursos. El oro del futuro será el agua. Si hoy sabemos que el petróleo ha sido el origen de innumerables guerras, el agua lo será en el futuro. Las compañías y negocios de gestión del agua tendrán un gran poder en el futuro. Los fenómenos meteorológicos extremos influirán sobre la cadena alimentaria y evolutiva.
La tecnología es la gran ganadora del futuro. Quien no esté en la red no existirá. Vamos hacia una sociedad de seres humanos conectados. Una red tecnológica global, de la que quedarán excluidos los analfabetos tecnológicos. Las TIC será la nueva fuente de conocimiento.
La inteligencia artificial, los viajes espaciales en busca de nuevos recursos darán el salto de la gran pantalla a la realidad.
Si piensas que todo esto está en un futuro muy lejano, es que no te das cuenta de la velocidad a la que están cambiando las cosas. ¿Te acuerdas de cuando compraste tu primer teléfono móvil? Imagina cómo será el que tengas en 2020.
Las paredes interactivas de la novela Fahrenheit 451 (1953), de Ray Bradbury son una asombrosa profecía que se quedará corta. Como siempre la realidad supera a la ficción.
¿Cuál crees que será el negocio del futuro? Warren Buffet seguro que ya lo sabe e invertirá en consecuencia. ¿Qué vas a hacer tú?