La teoría de la onda de Elliott y los fractales del genio Mandelbrot comparten un importante principio universal de la naturaleza: la repetición de patrones a distintas escalas. En el Universo, los satélites (como la luna) giran alrededor de los planetas (como la tierra), que a su vez giran alrededor de estrellas (como el sol), y éstas alrededor de la galaxia a la que pertenecen, y éstas alrededor del centro del universo (aunque aquí ya entramos en lo desconocido, puesto que algo "infinito" como el Universo, ¿cómo va a tener un "centro"?).
Esa misma analogía se puede aplicar dentro de nuestro planeta, donde los pueblos, las ciudades, los países, continentes y planeta, reproducen patrones. Del mismo modo, me gusta utilizar la analogía entre cuerpo humano y sociedad, donde ésta última sería un ente vivo, con el que podemos razonar de forma parecida.
Cuando un cuerpo humano tiene una debilidad, por ejemplo, facilidad de resfriarse (debido a cualquier acontecimiento pasado como la extirpación de las amígdalas, por poner un ejemplo), es posible que esa debilidad se manifieste ó no, dependiendo de factores externos. Si hace frío y ese cuerpo se expone, caerá. Pero si protege bien su equilibrio interno, esa debilidad podría pasar desapercibida.
La economía occidental actual tiene una debilidad: necesita que los tipos de interés permanezcan bajos durante mucho tiempo. De lo contrario, se desencadenarían peligrosos efectos perversos, y ese delicado equilibrio conseguido con las inyecciones de la FED, podría volverse en contra. ¿Qué podría provocar que en contra de la voluntad de políticos, banqueros y economistas, subieran los tipos de interés? Sin duda, tendría que ser un shock externo. Y la primera idea que se me ocurre es que vendría de los países emergentes (que también tienen sus debilidades).
El mejor ejemplo de shock externo lo tenemos en la burbuja inmobiliaria española. Desde el año 2003 era evidente que existía una burbuja peligrosa. Pero siguió como si nada, con la complicidad de todos los actores involucrados (notarios, bancos, constructores, inmobiliarias, políticos, banco de España, e incluso particulares-especuladores inconscientes). Sólo explotó a partir de 2007, por culpa del shock externo que supuso la explosión de la burbuja subprime en EEUU. Sin eso, ¿hasta cuándo podría haber durado la locura? Visto desde este punto de vista, la pena es que ese shock externo no hubiera llegado antes.
Tarde ó temprano llega un shock externo, y el hecho de que no lo veamos venir ó no podamos imaginar de dónde puede venir, no debe confundirnos. La situación actual no ha cambiado radicalmente respecto a antes de 2007. La cultura del crédito sigue ahí, aunque se ha calmado un poco. La explosión del crédito a estudiantes en EEUU es un ejemplo. Las deudas han bajado, pero seguimos dependiendo de dos factores clave para mantener el castillo de naipes:
- Crecimiento (lo cual me recuerda a las estafas piramidales, un tema que da para mucha reflexión)
- Endeudamiento: la permanente huída hacia adelante.
Italia es de lejos, el país de la zona euro que más deuda emite (para continuar con esa huída hacia adelante que es el capitalismo actual). 230.000 millones de euros en 2013 si no recuerdo mal. Los países de la zona euro siguen mostrando déficits presupuestarios, es decir, gastando más de lo que se ingresa. Por lo tanto, el endeudamiento crece. (aunque el de familias y empresas se reduce). ¿Qué pasaría si no pudiéramos controlar los tipos de interés y éstos se pusieran a subir? Sería un shock externo de consecuencias imprevisibles para la zona euro. Es una vulnerabilidad que el mercado no parece temer ahora, tal y como muestran las primas de riesgo de España e Italia (por ejemplo). La liquidez de la FED, del BOJ (Banco central de Japón), y quizá la liquidez por venir del BCE siguen echando leña al fuego. Lo cual es un riesgo potencial permanente de aquí en adelante. Y un shock externo (¿emergentes?) es el peligro, lo cual no significa que llegue en 2014.
Lo importante es no perder de vista nuestras debilidades. A día de hoy, considero que la necesidad absoluta de tener unos tipos bajos es una debilidad. Y digo ésto porque los tipos reales (tipo nominal menos inflación) están subiendo: