En 1994, John Meriwether (ex-Salomon Brothers) creó el fondo LTCM (Long Term Capital Management), y se juntó después con los famosos y prestigiosos premios nobel (de 1997) Myron Scholes y Robert C. Merton, cuyo prestigio y fama mundial permanece hoy día a pesar del gigantesco fiasco del LTCM. El trabajo de Scholes y Merton sobre valoración de derivados siguen usándose como una verdad absoluta y matemática en el día a día de los mercados y las instituciones que en ellos trabajan. En 1998 la crisis rusa provocó uno de esos eventos cuya probabilidad teórica es del 0,000[...]1%, lo que se conoce como "riesgos de cola" (se refiere a la cola de la función de distribución de probabilidad que se considera "despreciable" estadísticamente, pero desgraciadamente no en la vida real). Nassim Taleb denunció en su famoso libro "el Cisne negro" (de lectura obligada) las aberraciones de una ciencia que falla más que una escopeta de feria, y que sin embargo se sigue utilizando a diario en los mercados, sin tapujos ni vergüenza.
El LTCM perdió 4.600 millones de dólares en 4 meses, la FED (Reserva Federal de EEUU) tuvo que intervenir de forma concertada con otros bancos para evitar quiebras en cadena en todo el mundo que amenazaban con desestabilizar todo el sistema financiero mundial. Los gestores estrella se arruinaron, y el LTCM terminó cerrando (quebrado) en el año 2000, cerrando uno de los capítulos más bochornosos y patéticamente ridículos de la historia financiera moderna. ¡ Qué peligro tiene la "ciencia" cuando cae en malas manos ! Ese fondo se gestionó usando las más modernas técnicas elaboradas por esos premios nobel, buscando arañar milésimas de beneficio en miles de operaciones en diversos mercados del mundo, una especie de arbitraje matemático gigante, basado en la "certeza matemática" de que los riesgos (eventos de tipo "cisne negro") tenían una probabilidad cercana a cero. Mala suerte: les pilló el "tsunami ruso" pocos años después de empezar...
Los límites de la ciencia y la pseudo-ciencia.
La creencia popular nos dice que la ciencia es perfecta, no porque lo sepa todo, sino porque camina "firmemente" hacia el progreso, con orden y disciplina, sin equivocarse y con control. La realidad es totalmente diferente: la ciencia se basa en el mecanismo de prueba y error, la historia está plagada de científicos que dijeron y creyeron auténticas barbaridades, y pueden estar seguros de que en pleno siglo XXI, hay cientos de "verdades científicas" que se usan en el día a día, y que se demostrará que son falsas. El gran peligro actual es la democratización de la ciencia, porque algo que es válido para las sociedades (la democracia y la libertad), no lo es para el avance científico. Todos los grandes descubrimientos se enfrentaron inevitablemente al escepticismo ó incluso hostilidad declarada del "establishment" del momento. Si fuera cuestión de democracia en la ciencia, pueden estar seguros de que seguiríamos en la edad de piedra.
La pseudociencia.
No obstante, el verdadero problema no es de la ciencia en sí (como ideal y como método de avanzar hacia el conocimiento), sino de toda esa pseudociencia que no respeta las bases del método científico. En ese momento, entramos dentro del terreno de la ciencia-religión, muy presente en nuestro mundo moderno, mucho más de lo que se piensa. El problema está en todo eso que se atribuye a la ciencia y que realmente no tiene nada que ver con ella. Incluso por parte de numerosos científicos que se extralimitan en sus funciones y sus capacidades.
Primer objetivo: desmontar falacias y errores
El primer objetivo de este blog es por lo tanto desmontar falacias, denunciar falsos razonamientos y conclusiones científicas que no lo son. Hay que saber dónde están los límites de la ciencia, y si queremos sobrepasarlos (el intento es lícito), entonces que no sea en su nombre. Por extensión, también hablaré de razonamientos y enunciados falsos, algunos sutiles y otros muy bárbaros. En el mundo del periodismo actual abundan, porque muchos de los que hablan no son economistas (lo cual tampoco garantizaría nada...). Será mi granito de arena para mejorar la cultura financiera de este país.
Segundo objetivo: construir un nuevo enfoque, forma de pensar, de razonar y de actuar.
En segundo lugar, una vez reducida la ciencia a quizá un 10% de lo que se le atribuye hoy día (pero un 10% exquisito y vibrante), quiero que mi labor no sea únicamente destructiva, sino también constructiva. Y ahí es donde interviene la filosofía, la madre de todas las ciencias.
Muchos de los grandes gestores del mundo son filósofos, historiadores, filólogos, y en general, con orígenes relacionados con ciencias sociales y humanistas. El propio Keynes (considerado el mejor economista del s.XX), gran aficionado al mundo de la bolsa e inversor de éxito, decía que cuando tomaba decisiones de inversión, procuraba olvidar ó aparcar momentáneamente sus conocimientos de economista. De hecho, leí hace unos años un estudio que decía que los economistas son los que más pierden en bolsa. No hay nada peor que invertir en bolsa con un enfoque de economista clásico.
Afortunadamente, Daniel Kahneman (el único 'no economista' que ha ganado el premio nobel de economía) ha abierto una nueva vía. El 'BEHAVIORAL' (Finanzas y economía comportamental) es otra forma radicalmente distinta de afrontar la inversión: por fin alguien tiene en cuenta la naturaleza humana en la toma de decisiones (tanto trascendentales como diarias e insignificantes), y se centra en nuestro lado "no racional" en vez de dar por supuesto que somos máquinas de optimización (de beneficios y de satisfacción). Por fin alguien se digna en estudiarnos como animales emocionales, y sólo marginalmente racionales.
Filosofía y Psicología están ligadas, y sin ellas no tiene sentido abordar el estudio de cualquier actividad humana. Con este blog pretendo ahondar en ello, investigar hasta donde nos lleve la curiosidad y la inquietud intelectual, siempre con un enfoque teórico y práctico a la vez.
Un ejemplo de enfoque equivocado: más filosofía y menos ciencia.
El otro día leí por ahí que la burbuja inmobiliaria en España se debió en parte a la poca cultura financiera y desconocimiento de economía por parte de la ciudadanía. Una vez más, hacemos incapié en la parte material, la parte científica, sin valorar aspectos cualitativos (ni ser conscientes de su importancia). Eso es un error: no es cuestión de "conocimiento" (ciencia) sino de sabiduría (filosofía), y eso deberían tenerlo en cuenta en la educación en los colegios, en los medios de comunicación, en la política, etc.
Somos máquinas de sentir, no máquinas de pensar
No actuamos como máquinas racionales, sino como animales movidos por las emociones. El gran error de nuestro tiempo es no tener eso en cuenta. Descartes dijo "pienso luego existo", y a partir de ahí, todo lo demás. La frase correcta debería ser: "siento, luego existo"...
Grandes empresarios a los que no se puede acusar de no tener cultura y conocimientos de economía, se han arruinado con la burbuja, y han cometido auténticas barbaridades. Por otra parte, gente con poco "conocimiento técnico" ha sabido mantenerse al margen de la locura colectiva, simplemente porque eran personas psicológicamente muy equilibradas, con un juicio libre e independiente. No hacían falta grandes conocimientos de economía para librarse de la burbuja. Bastaba con ser sensato. Conozco gente muy inteligente y con muchos conocimientos que ha jugado a la burbuja como el que más, y gente con pocos argumentos y poca cultura, pero la suficiente sabiduría y autoestima para poder decir "no lo entiendo, pero yo a eso no juego, y no me importa lo que me digas, juega tú si quieres". Para poder decir: "están todos locos", no hace falta conocimiento, sino independencia de juicio y valor.
Lo mismo ocurre con otros debates como por ejemplo, cuál es la solución para crear empleo en España. Estamos buscando todo el rato soluciones "técnicas", que dependen del "sistema" (siempre en sentido abstracto), como modificar los tipos de contratos, favorecer la inversión pública, etc. ¿Por qué nadie habla del lado humano? Nuestra juventud lleva años viviendo en la "burbuja" española: comodidad, familias poco numerosas, botellón, más derechos que obligaciones, etc. ¿Qué efecto tiene eso a largo plazo? Es un tema largo y polémico, no pretendo sacar conclusiones, sino simplemente plantear un problema: si falla la materia prima (las personas), poco importa la estructura (el sistema). Una vez más, la solución al problema pasa más por un planteamiento filosófico que por uno económico-material. Soy consciente de la polémica que puede levantar este planteamiento, pero estoy muy convencido de su parte de verdad: nadie va a trabajar por 1000€/mes si cobra 1.200€ de paro. Nadie se va a poner a picar piedras por 800€ si la alternativa es estar en casa de los padres, cómodamente. Somos humanos, y sólo reaccionamos en situaciones extremas. Nos mueven nuestros miedos, nuestras pasiones. Buscamos la comodidad y el ahorro de energías. Si tenemos 100.000 licenciados en derecho, la probabilidad de que se pongan a trabajar de camareros por 800€/mes antes que recurrir a la ayuda de familia, amigos y Estado, es muy baja.
Conclusión
Quiero que quede claro que la filosofía no excluye a la ciencia, para nada. En todo caso diría que la engloba y va más allá. Pero la ciencia sin sabiduría puede ser tan peligrosa como una pistola en malas manos (lo cual me recuerda el debate sobre las armas en EEUU, donde nos centramos en reducir la producción y la venta, cambiar la ley, etc, pero nadie habla de la "calidad humana", de los principios de vida, educación y valores, que son los que realmente han construido esa sociedad).
Quiero hablar de ciencia con filosofía, y también de psicología para explicar cómo sómos y cómo actuamos. Sobre esa base, considero que se pueden tomar decisiones de inversión (y de vida) mucho más profundas, razonadas y coherentes. Después cada cual decidirá su método de inversión, pero como dije antes, los mejores gestores del mundo tienen ese lado espiritual, e incluso metafísico, que les otorga una visión global de las cosas, una capacidad de relativizar el entorno y de mantener la cabeza fría cuando todos la pierden, que al final, es de lo que va la inversión.
Saludos,
Niko Garnier.
www.BolsayFilosofia.es