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Principios para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial (I) | Teoría del Gran Ciclo

Principios para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial (I) | Teoría del Gran Ciclo

 
Si echamos la vista a los últimos años, parece que hemos estado viviendo tiempos únicos y extraños. Pandemia, crisis energética, inflación desmedida… y lo peor de todo, cada vez que vemos las noticias la cosa no parece que vaya a mejor.

Sin embargo, ¿y si te dijera que esto no son más que síntomas de debilitamiento del tipo de sistema que ya han ocurrido en otras ocasiones?

Para entender que es un orden mundial, como funciona, y por qué efectivamente, en los próximos años nos encontraremos ante el debilitamiento del orden mundial actual, en favor de uno nuevo, nos basaremos en el nuevo libro de Ray Dalio, Principios para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial.

Ah y por cierto, si estabas esperando el enésimo texto de como George Soros dominará el mundo, o cómo Bill Gates predecirá una nueva pandemia, este serial de tres artículos no va de eso.

¿Qué significa un Nuevo Orden Mundial?


Antes de definir que significa nuevo orden mundial, hay que aclarar que es una expresión que se ha malentendido, sobre todo en los últimos años, donde no han parado de salir voces que hablan del control del mundo, razones por las que no tendrás nada, etc…

Sin embargo, los órdenes mundiales han existido desde siempre, desde la propia esencia de la civilización humana. Los romanos ejercieron su “orden mundial”, la edad media fue otro, y en los últimos 500 años hemos asistido a diferentes órdenes mundiales:

  • El imperio español
  • La potencia comercial holandesa
  • Gran Bretaña
  • Y actualmente EEUU

Por tanto, ahora que ya sabemos que llevan ocurriendo desde siempre, podríamos afirmar que el nuevo orden mundial es la toma del relevo de una nación emergente y con capacidad de influencia política, económica y cultural sobre el resto de países de su entorno, sobre otra nación que hacía exactamente lo mismo, pero ya estaba completamente agotada.

Simplemente es que en este caso, en un planeta cada vez mas tecnológico, y con vastísima información a golpe de click, el entorno es el mundo entero.

Lo más curioso es que, según Dalio,  se pueden diferenciar dos tipos de subórdenes mundiales:

  • Un Gran Ciclo (o gran orden) que tiende a durar entre 250 y 300 años. Aquí podríamos hablar del ascenso de Occidente como modo de entender la vida y el mundo.
  • Y varios pequeños ciclos (o micro órdenes) que tienden a durar una vida humana larga, es decir, unos 75-90 años, donde una nación coge el liderazgo de la anterior dentro del mencionado macro orden. Por ejemplo, dentro del modelo de vida moderno occidental tuvimos primero a Gran Bretaña como imperio hegemónico y ahora EEUU.
  • Y por supuesto, un periodo de transición de entre 15 o 20 años entre un orden y el siguiente, ya que ninguna potencia entrega su cetro y orden mundial que ha desarrollado sin pelear.

En consecuencia, actualmente vivimos en el orden mundial occidental que alumbró EEUU a partir del final de la Segunda Guerra Mundial como potencia indiscutible, y que fue reafirmado tras su triunfo en la Guerra Fría a principios de los años 90.

El privilegio de imponer tu propio orden mundial


Así pues, el primer principio para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial del que habla Dalio es el siguiente “para entender lo que viene, debes comprender primero lo que sucedió antes de que tú estés”.

No nos iremos muy lejos en el tiempo, concretamente a finales de los años 60.

EEUU tenía un problemón enorme, desde 1944 había ajustado su divisa al oro, y convencido al mundo -o mas bien a los líderes políticos del resto de naciones del mundo- de que su moneda, el dólar, era tan estable y segura como el oro. A este acuerdo se le conoció como Bretton Woods. De esta forma, poseer 35 unidades de dólares, era tan seguro como tener una onza de oro.

Sin embargo, con el paso del tiempo el gobierno de EEUU se había comprometido a efectuar muchos pagos; subvenciones a empresas, a ciudadanos, guerras que financiar, la carrera espacial… todo esto hizo que no pudiera hacer frente con la divisa que tenía, por lo que su Banco Central empezó a imprimir más dinero. Conforme más dinero imprimía, (en términos reales) más se apreciaba el oro y depreciaba el dólar (pero recuerda que el precio de la divisa estaba atado al oro), lo que hacía que aunque en términos nominales una onza de oro, todavía valiera 35 dólares, todo el mundo sabía que esa medida ya era ilusoria. Este hecho produjo que un gran número de naciones que atesoraban dólares en sus bancos centrales, enviaran buques para retirar su oro y salvar sus ahorros, que estaban almacenados en las cámaras acorazadas de la Reserva Federal.

Y así fueron transcurriendo las cosas, hasta que el 15 de agosto de 1971, el entonces presidente, Richard Nixon, dijo basta, y ordenó desvincular su divisa del oro, debido a la imposibilidad física de entregar todo el oro atesorado a cambio de los dólares que los países le devolvían. Es decir, había muchísimos más dólares en circulación, que oro en reservas. Y lo cierto es que de los 35 dólares onza de oro, en los que el dólar dejó flotar libremente a dicho metal precioso en los mercados mundiales, ha pasado a valer más de 1.700 dólares la misma onza.

Sin embargo, lo más curioso de todo, es que este hecho que fue todo un atropello contra el resto de naciones que habían entregado su oro a cambio de dólares, está presente a lo largo de los diferentes órdenes mundiales que ha habido, y casi con certeza, volverá a ocurrir.

Podemos encontrarlo en la hiperinflación que acabó con el Imperio Romano después de un siglo de panem et circenses (pan y circo), donde llegaron a devaluar hasta 24 veces su moneda, el denario.

Pero es que además, estas prácticas también las podemos encontrar en otros órdenes mundiales algo más recientes, como en la hegemonía de España como imperio mundial, y posteriormente en el caso de Holanda con el florín. Por cierto, fue el propio país neerlandés, donde podemos encontrar los orígenes de la bolsa, quien también creó una de las primeras burbujas financieras de la historia, la tulipomanía.

Podríamos decir que el privilegio de imponer un orden mundial propio, da acceso a los ahorros llegados desde todas las partes del mundo, ya que todo el mundo confía en el imperio dominante (y en su divisa), como método para prosperar. Y tarde o temprano, este acaba colapsando por empacho. Al haber recaudado tanto, empieza a gastar y gastar, a saber; abre oficinas u organismos internacionales, prepara ejércitos, da subvenciones a sus ciudadanos y empresas para atornillarse en el poder… y cuando se da cuenta, ya es demasiado tarde y ha prometido muchos más pagos de los que puede atender incluso con el respaldo de todos los ahorros mundiales, lo que le lleva a empezar a devaluar su moneda para poder atender dichos pagos.

Cómo funciona un orden mundial


Realmente una vez se estudia historia, no es muy difícil de entender cómo funciona un orden mundial. La verdad es que siempre se cumple el mismo patrón:

  • Hay una racha de crecimiento y desarrollo muy buena, debido a determinadas circunstancias económicas y demográficas.
  • Este país sirve de ejemplo, se exporta su modelo económico, cultural y político.
  • Esta prosperidad da acceso a mucha divisa creada (de forma no corrupta) por los propios y llegada desde los extranjeros.
  • Ante el éxtasis, determinados gobernantes empiezan a prometer más de lo que pueden ofrecer.
  • Estos charlatanes se ganan el cariño de la masa, que los apoya fervientemente.
  • Con el tiempo, para financiar sus exabruptos necesitan imprimir más dinero.
  • Determinadas materias primas como el oro (pero también otros metales preciosos o materias primas energéticas) se revalorizan en relación a su moneda.
  • La moneda se devalúa y empiezan los conflictos sociales y la polarización.
  • Y por último llega el declive, mientras otra nación con otro modelo (orden mundial), está recorriendo el camino ascendente.

Por hoy, que hemos visto qué es un orden mundial y cómo funciona, lo dejaremos aquí, no obstante en próximas ediciones entraremos en profundidad en el auge y declive de un orden mundial, por qué nos encontramos ante la caída del actual, y en consecuencia, como nos dirigimos hacia un nuevo orden mundial.

No obstante, antes de acabar, y ahora que ya conoces las etapas, puedes responder en los comentarios a la siguiente pregunta: ¿En qué momento dirías que estamos?

Acciones y ETFs para invertir en oro


Así pues, si consideras que esta devaluación del papel moneda actual seguirá presente (quizás no tan a lo bestia como ha sido el año 2022) durante esta década, a continuación te dejo una serie de acciones y ETFs para que sopeses la idea de invertir en oro como valor refugio.

Acciones para invertir en oro 

 

ETFs para invertir en oro

ETFs
TICKER
ISIN
BROKER
Invesco Physical Gold
8PSG
IE00B579F325
iShares Physical Gold
PPFB
IE00B4ND3602
WGLD
DE000A3GNQ18
Xtrackers Physical Gold ETC
XGLD
GB00B5840F36
PHAU
JE00B1VS3770
 

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  1. #5
    25/10/22 09:54
    Interesantísimo artículo.
    La tecnología efectivamente esta haciendo que los avances en muchos campos sean brutales. Esto se esta produciendo a la vez que las naciones/países ceden soberanía a entidades supranacionales como la O.N.U, O.MS, Comunidad Europea.... y los individuos cedemos nuestros datos, privacidad a corporaciones por tener acceso rápido a aplicaciones y servicios.

    La inteligencia artificial monitoriza nuestras vidas. Lo que me preocupa y mucho de este "Nuevo orden mundial" es que dictamina por si que es lo que debemos pensar, que es lo justo o lo injusto, que ideas, lideres son los buenos y cuales los malos en función de si comulgan con todos los postulados de la agenda 2030. 

    Actuamos rápido, se prima la inmediatez, las conversaciones son cada vez más pobres y estamos más pendientes de la última acción-reacción en redes sociales...
    Y con esta situación es sencillo imponer el "pensamiento único", la falta de autocrítica. Pensar diferente implica ser un apestado, antisistema....

    A nivel corporativo se está produciendo una concentración de poder sin precedentes que hemos creado los propios consumidores. En un primer momento nos hace la vida más fácil hasta que estas corporaciones cuando han expulsado a los competidores del mercado tienen el terreno allanado para imponer sus condiciones....
    Ejemplos la banca, energéticas, empresas de alimentación, proveedores tecnológicos. Yo personalmente prefería tener la opción de elegir mi hipoteca o mi cuenta corriente entre 50 entidades que entre 5 , la compañía con la que contrato la luz, dónde hago la compra, mis búsquedas en internet....

    Esta claro que podemos aprovecharnos con nuestras inversiones en detectar estas empresas ganadoras en el medio/largo plazo.... pero ¿es este el modelo de sociedad que nos gustaría para nuestros hijos, nietos? 


  2. Top 100
    #4
    12/10/22 01:46
    ..el mal del salario medio...es una trampa que condena a una meseta de crecimiento donde el bienestar no termina de configurar las bases de una sociedad prospera ...este mal que en china está ya instaurado...impide que haya una alternancia sobre la hegemonía que ahora representa USA...el mal neerlandés explica muchos matices de él porque los imperios ..o como bien explicas los órdenes mundiales terminan debilitándose ...o ..el caso de Rusia o Venezuela ..impedir que prosperen ...un abrazo.
  3. en respuesta a Elsuperamic
    -
    Top 100
    #3
    12/10/22 01:42
    Pues si...pero la tiranía...solo representa poder ..y no necesariamente el abuso de este....un abrazo.
  4. en respuesta a Elsuperamic
    -
    Jose V. Gascó
    #2
    11/10/22 09:01
    Interesante reflexión.
    Gracias por la recomendación.
  5. #1
    11/10/22 00:43
    Como parece usted un hombre inteligente, le voy a recomendar un libro que quizá ya conozca. Se trata de "La decadencia de Occidente" de Oswald Spengler. El libro es difícil de entender. Yo me tengo por listo (probablemente equivocado) y aún así confieso que sólo comprendí o creí comprender la tercera parte de la obra. Ahora bien, dice cosas que me parecieron extrañas cuando las leí, pero que ahora no me lo parecen tanto. Sostiene el autor que las civilizaciones, si nada lo impide, tienen su fecha de caducidad cual si de un cuerpo biológico se tratase. Suelen durar unos mil años y ahí es más o menos donde estamos, (en la civilización occidental) según su cronología. Una cosa que me sorprendió es que sostenía que, en los últimos tiempos de una civilización, hay una pugna entre los internacionalistas y los demagogos nacionalistas. Llegaría el momento en que una élite de empresarios, intelectuales, artistas... que igual desayunan en New York que en Paris o Singapur, se enfrentarían a unos demagogos, con menos viajes pero que, sin embargo, vencerían en la contienda, porque todavía mantienen un apego a la tierra (a pesar de sus obvias ganas de medrar). Creo que tenía razón el alemán. Los internacionalistas (Jobs que en paz descanse, Gates y demás, no podrán con los populistas, porque éstos están más aferrados a la tierra que nos vio nacer y nos alimenta. El demagogo vencerá al ciudadano del mundo, según esta teoría que, como teoría que es, no está demostrada.

    Buenas noches.
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