A estas alturas de la crisis la mayoría ya hemos oído hablar de los inconvenientes que tiene la expansión monetaria que realizan las entidades financieras creando dinero de la nada gracias al coeficiente de caja o reserva fraccionaria diferente del 100 % que les permite el Banco Central Europeo. El mecanismo es el siguiente cuando un ahorrador llamado A1 deposita 100 unidades monetarias en el banco, si suponemos que el coeficiente de caja es el 10%, el banco se guarda 10 unidades y le presta las 90 unidades restantes a, por ejemplo, el cliente D1 que quiere comprar una vivienda, el cual le entrega estas 90 unidades a A2 que es el dueño de la vivienda a cambio de ella. Como A2 no quiere tener el dinero en casa deposita estas 90 unidades monetarias en el banco que, encantado de la vida, se guarda 9 unidades y le concede un crédito de 81 unidades monetarias al cliente D2 que quiere comprar un apartamento en la playa propiedad de A3 que a su vez coge el dinero y lo deposita en el banco el cual se guarda 8 euros y concede otro crédito por importe de 73 euros al cliente D3 y así todas las veces posibles.
Si se hacen las cuentas resulta que el banco, en menos de nada, ha sido capaz de convertir las 100 unidades monetarias depositadas por el ahorrador A1 en 271 unidades, de forma que ahora el banco debe 100 unidades a A1, 90 unidades a A2 y 81 unidades a A3 y para hacer frente a estos depósitos tiene guardadas 27 unidades en liquidez inmediata y las 244 unidades en créditos concedidos por importe de 90 unidades a D1, 81 unidades a D2 y 73 unidades a D3. Es evidente que para que este montaje financiero funcione el banco debe extremar al máximo todas las precauciones en los créditos que concede ya que si no lo hace no podrá devolver el dinero a los depositantes cuando lo exijan.
Es posible que D1, por el motivo que sea, esté dispuesto a pagar por la vivienda que quiere comprar a A2 un precio excesivo, pero el banco antes de conceder el crédito de 90 unidades a D1 debe realizar una correcta tasación de la vivienda de forma que el crédito que le conceda no ponga en riesgo los ahorros de A1 y concederlo solo en el caso de que haya suficientes garantías de recuperar el crédito.
Si el banco no extrema las precauciones y concede el crédito de 90 unidades por una vivienda que en realidad no vale más de 60 y lo mismo con el crédito a D2 y a D3 al final resulta que en el lado del pasivo tiene depositados como compromiso de pago todos los “pelotazos” que se han producido con la especulación de las viviendas y para hacer frente a esos compromisos unos créditos con pocas garantías de que lleguen a buen puerto. Como no ha hecho bien su trabajo cuando tocaba, ha puesto en riesgo su patrimonio y el de los ahorradores.
Desde diciembre de 2001 hasta diciembre de 2010 el PIB de España se ha incrementado en 0,37 billones de euros y mientras tanto el balance de las entidades financieras españolas se ha incrementado en 1,99 billones de euros por lo que es evidente que ha habido una expansión monetaria sin precedentes que ha incrementado el volumen de depósitos en 1,29 billones hasta los 2,3 billones. Dentro de estos 2,3 billones se encuentran gran parte de los “pelotazos” inmobiliarios que se han perpetrado en los últimos años pero no hay forma de separarlos del verdadero ahorro que evidentemente es mucho menor. Y para hacer frente a estos depósitos tenemos 2,40 billones en créditos concedidos que a saber en realidad cuanto valen hoy en día, así que no esperen grandes cambios con el nuevo gobierno porque esto es de muy difícil solución. No se hicieron bien las cosas en su momento y ahora pagamos las consecuencias.
Con un coeficiente de caja del 100% no habría existido la expansión monetaria, los créditos serían mucho menores y de mayor calidad.
Saludos.
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