Cuando en la Edad Media las personas tenían ahorros que se materializaban en piezas de oro guardadas en sus casas, lo que buscaban era un lugar seguro para guardarlas; y fueron los orfebres quienes suplieron esa necesidad a través de sus bóvedas seguras diseñadas para proteger su propio inventario. Una solución que fue muy bienvenida por los ahorradores, aunque eran éstos quienes tenían que pagar a los orfebres por el servicio de custodia que prestaban.
Con el tiempo, el negocio fue evolucionando y los orfebres crearon documentos que certificaban esos depósitos, a fin de no tener que movilizar el oro de un sitio a otro para realizar transacciones comerciales, a lo que hoy conocemos como cheques, e incluso papel moneda.
Ya con poder guardar los ahorros en un sitio seguro, ese servicio resultó un alivio para los ahorradores.
Pero por suerte esa sensación de seguridad ya la damos por descontada al poder guardar nuestros ahorros en una cuenta bancaria de fácil acceso, que en ocasiones hasta es gratuita si se cumplen una serie de requisitos de operativa. Entonces, a partir de ahí pedimos más, y no solo nos conformamos con tener a buen resguardo nuestros ahorros, sino que exigimos una recompensa o interés por dejárselos a un banco y no a otro. Los tiempos cambian…
¿Pero por qué deberían los bancos abonarnos un interés por dejarles nuestros ahorros en una cuenta de su entidad?
Simplemente porque ese dinero lo destinan principalmente a conceder préstamos y financiar operaciones comerciales, de las que obtienen réditos que actualmente podrían situarse en un 6,86% TEDR (Tipo Efectivo Definición Restringida) según datos de agosto de 2025 del Banco de España, para la media de tipos que se aplican a los préstamos personales.
También es cierto que “ojos que no ven, corazón que no siente”… Y con esto me refiero a que mientras nuestros ahorros se encuentren a buen recaudo, podría darnos lo mismo lo que haga el banco con ellos, si estoy seguro de poder disponer de mis ahorros en cualquier momento.
Pero la situación cambia cuando esos ahorros empiezan a mermar debido al efecto inflación; lo que supone una subida de precios generalizada, que hace que nuestros ahorros se vayan diluyendo al perder poder adquisitivo con el paso del tiempo.
Porque al final, si el oro se guarda demasiado tiempo, se empaña; y si el dinero se deja parado, lo ‘oxida’ la inflación.
Ese impuesto silencioso llamado inflación
Es sorprendente ver cómo la inflación se ha ido incrementando desde la pandemia de 2020, tras varios años de inflación mínima e incluso habiendo llegado en algunos períodos a tener deflación.
Si quieres conocer cómo afecta ese incremento del IPC (Índice de Precios al Consumo) a tus ahorros, puedes hacer una simulación en la calculadora del INE, y al igual que me sucedió a mí, seguramente te sorprenderás con los datos que arroja.
10.000 euros en enero de 2020, a enero de 2025 debían equivaler a 12.020 euros aproximadamente.
Más de un 20% de pérdida de poder adquisitivo que han sufrido aquellos ahorros que desde principios de la pandemia, se mantuvieron en la cuenta a la vista… ¿A que ahora ya no da lo mismo lo que el banco haga con nuestros ahorros?
Visto lo visto, sin duda alguna es hora de poner esos ahorros a trabajar.
Alternativa para ahorradores conservadores
Si hasta ahora no has sacado los ahorros de tu cuenta a la vista para realizar alguna inversión financiera por miedo a la volatilidad de los mercados, la renta fija a corto plazo sería la opción más adecuada para tu perfil de ahorrador conservador, y te explico por qué.
Cabe recordar que la renta fija a corto plazo, no es otra cosa que emisiones de deuda que hacen los gobiernos o las grandes corporaciones a plazos muy cortos, para cubrir su tesorería; estamos hablando de tres, seis o doce meses. Ideal para quienes no ven muy claro el panorama a largo plazo, y por ese motivo no desean dejar anclado su capital a plazos muy elevados o a la espera de vencimientos muy distantes.
Al invertir en renta fija a corto plazo, desde el primer momento conoces la rentabilidad que te dejará el título que adquieres, y con plazos tan cortos es más probable que puedas mantener en tu cartera los títulos de deuda hasta su vencimiento.
Ejemplo de un título de deuda a corto, podría ser el de una Letra del Tesoro español a 12 meses.
Si tuvieses que deshacerte de un título de renta fija antes de su vencimiento, podrías venderlo en el mercado secundario, aunque a precio de mercado; que en ese momento puede ser mayor o menor que el precio que pagaste por el título. Es por eso que sería mejor opción invertir en títulos de plazos cortos, ya que es más probable que puedas mantener el título hasta su vencimiento y asegurarte así la rentabilidad pactada.
¿Cuáles son los principales riesgos que asumes entonces?
Tener que vender el título antes de su vencimiento, a un precio por debajo del que lo adquiriste.
Que llegado el vencimiento del título de deuda, el emisor/deudor no tenga los fondos suficientes para devolverte el capital prestado.
Otro riesgo podría ser el de divisa, si inviertes en títulos denominados en moneda distinta al euro. Pero ya son muchas las preocupaciones que tenemos a diario, como para sumar otra… ¿No te parece? Mejor invertir en títulos denominados en euros, y una preocupación menos.
Para mitigar los riesgos anteriormente expuestos, lo adecuado sería invertir a plazos que puedas respetar, e invertir en emisiones de deudores solventes.
Pero si tu problema adicional es identificar aquellos emisores solventes, también podemos evitarlo al invertir directamente en un fondo de inversión especializado en renta fija a corto plazo en euros, y dejar que sean los expertos quienes decidan en qué emisores invertir.
Y para esta semana, la opción que te propongo tras una intensa búsqueda de alternativas, es la que te presento a continuación.
Santalucía Renta Fija corto plazo Euro
El fondo Santalucía Renta Fija corto plazo Euro, invierte el 100% de su exposición en activos de renta fija pública y/o privada con duración media igual o inferior a 12 meses; por lo que resulta interesante para aquellos inversores cuyo horizonte de inversión es de 1 año. Los emisores y mercados serán principalmente europeos y en menor medida de otros países OCDE, pudiendo invertir puntualmente hasta un 10% de la exposición total en emisores/mercados emergentes.
Este fondo gestiona activamente la inversión en deuda a corto plazo de compañías o gobiernos principalmente europeos.
La exposición al riesgo divisa será como máximo del 5% de la exposición total.
Con una beta de 3,28 y una desviación estándar del 0,49%, el fondo sitúa su nivel de riesgo en tan solo un 2, dentro de la escala del 1 al 7.
El fondo dispone de cuatro clases diferentes; pero si deseas contratarlo directamente desde la web y sin un mínimo de importe para invertir, los datos de la clase que permite todo eso son los que te detallo en el siguiente cuadro:
Este fondo cuenta con una amplia trayectoria, ya que su lanzamiento fue en mayo de 2016, y está gestionado por Santalucía Asset Management SGIIC, quien toma como referencia para medir el desempeño del fondo al índice compuesto por: 50% European Central Bank ESTR OIS, 47% Bloomberg Euro Aggregate 1-3 Year Total Return Index Value Unhedged EUR y 3% Bloomberg Pan-European High Yield (Euro) TR Index Value Unhedged EUR.
En el siguiente gráfico, puedes ver la evolución del fondo junto con la de su benchmark, al 30 de septiembre de 2025.
Concretamente, las rentabilidades alcanzadas por el fondo son las siguientes:
Como puedes observar, las rentabilidades son lo suficientemente atractivas en comparación con el bajo riesgo que se asume.
El fondo invierte en una cartera diversificada de entre 60 y 70 emisiones, cuyos principales emisores son los que se observan en la siguiente lista:
Y recuerda: antes de tomar cualquier decisión de inversión, consulta con tu asesor financiero de confianza, para que valore la viabilidad de tu propuesta y determine si se ajusta a tu perfil inversor.
Pero lo que sí está claro, es que después de siglos pasando de esconder oro bajo el colchón a exigir intereses por tener el dinero durmiendo en el banco, lo único que no ha cambiado es que nadie quiere ver cómo sus ahorros se encogen. Así que si la inflación sigue llamando a tu puerta como un vecino pesado, quizás haya llegado el momento en que tus ahorros dejen de descansar en la cuenta corriente y se pongan a trabajar un poco. Que al final, por muy conservador que sea uno, ¡hasta el dinero agradece estirar las piernas de vez en cuando!
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