Seis meses después de la salida a Bolsa de UNICAJA, podemos realizar una valoración de su comportamiento bursátil en el trascurso de este período, comparándolo con el índice general de la Bolsa Española, así como comentar la evolución de los resultados económicos en el último semestre del año 2016, sus fortalezas, debilidades y los comportamientos utilizados en su día por el Banco para contribuir al éxito temporal obtenido.
La cotización oficial de UNICAJA a 22 de enero de 2018, es de 1,43€ la acción, frente a su precio de salida de 1,1€. Esto supone en seis meses una revalorización del 30%. La cantidad captada de liquidez por UNICAJA, ascendiente a 660 millones de euros. Esta fue empleada por la Entidad en devolver al Estado el préstamo que tenia con el FROB en forma de Bonos Convertibles. Estos bonos tenían un costo anual de 60 millones de euros.
Nos encontramos pues, con un Banco que hoy tiene un valor de 2.304 millones de euros, frente a los 1.703 millones de Junio, pero todavía lejos de sus fondos propios de 2.908 millones de euros que presenta en su Balance a 30 de Diciembre de 2016.
Frente a esta revalorización que han tenido los inversores que acudieron a la suscripción de acciones, nos encontramos con un comportamiento errático en el ÍNDICE IBEX-35. Un valor de 10.433 a fecha 30 de junio, día del inicio de su cotización, frente al actual 10.548, con una subida en el periodo de tiempo transcurrido del 2%.
En el momento de su salida a Bolsa, UNICAJA tomó una serie de decisiones difíciles, que con el tiempo han favorecido el éxito en la colocación. La primera, sin duda, es que gracias a la actuación realizada, la Entidad obtiene una visibilidad muy importante de su negocio y por lo tanto un reconocimiento de los Fondos nacionales y extranjeros, frente a los Bancos que han decidido, por diversas razones, no hacerlo. Otra clave muy importante, es que la FUNDACIÓN UNICAJA, consigue de una manera estable fondos para cumplir su obra social. A partir de la salida a Bolsa, sus acciones son líquidas en el mercado bursátil y por otro lado, en un breve espacio de tiempo una vez saneada completamente UNICAJA, tendrá el derecho a percibir dividendos por su inversión, previo acuerdo del Consejo de Administración y la Junta de Accionistas, al igual que cualquier otro poseedor de títulos.
A lo largo del año 2016, UNICAJA, siguiendo una política activa, bien vendiendo entre particulares o bien en paquetes a inversores institucionales, ha reducido sus activos improductivos en 1.190 millones de euros, en total el 21% de los que posee.
Pese al deterioro de las cuentas y ratios de la Entidad, en el tercer trimestre del año 2016 frente al mismo del año 2017, últimos datos disponibles, vemos que su visibilidad actual, va a obligar a UNICAJA a marcarse un plan de negocio, donde el ojo de los inversores estará encima de su cumplimiento.
Este plan debe ir dirigido a aumentar los depósitos de la clientela así como los préstamos concedidos, siempre vigilando en extremo la calidad de los mismos. Ha de aumentar su negocio de intermediación y operaciones fuera de balance. Debe reducir la morosidad y aumentar la venta de activos fuera del negocio y en definitiva, conseguir ser más rentable y eficiente. Todos estos objetivos se pueden cumplir sin estar presente en el mercado bursátil, pero presentan mucha más dificultad. Por otro lado, cotizar en Bolsa y cumplir objetivos, abre la puerta a posibles ampliaciones de capital, para acometer negocios que mejoren su rentabilidad actual y puede llevar a estar preparados para adquisiciones en condiciones de ventaja de Entidades Competidoras. UNICAJA ha conseguido jugar en otra división y debe estar a la altura. Medios tiene para ello.